HISTORIAS DE LA VIDA Y DEL AJEDREZ
Volaba como mariposa, y, ¿A qué le tenía miedo Mohamed Alí?
08 de junio de 2016 - 00:00Una tarde, en New York, Robert Bruckell, un joven negro, decidió suicidarse cuando descubrió que le tenía más miedo a la vida que a la muerte. Su niñez había sido una sobredosis de humillaciones, y al final sintió que la vida le quedaba grande.
Robert trepó a la cornisa del piso 10 de un edificio, y amenazó con lanzarse. Enseguida, los canales de televisión estuvieron allí a la espera de que retrasara más su salto al vacío, para seguir disparando el rating. Entre los televidentes estaba otro negro: Casius Clay, más conocido como Mohamed Alí.
Cuando Alí vio la escena, fue al lugar para hablar con el muchacho. Entró corriendo al edificio, localizó el piso, se asomó a la ventana, y después de un nervioso intercambio de palabras, el joven, desesperado, dijo:
“Soy negro y pobre. No soy nada para nadie en este país.”
“Para mí eres mi hermano, y estoy dispuesto a morirme por salvarte. Recuerda que me negué a pelear en Vietnam para salvar otras”, le dijo Alí.
“Pues voy a matarme para salvar muchas vidas, —dijo el muchacho— porque solo pienso en matar. Retírate. Los campeones me importan tres cojones."
“¡Tres cojones!” dijo Mohamed Alí, y soltó una carcajada. “Uno ya es bastante... Imagínate tres: entonces te importo mucho.”
Robert quiso sonreír, pero se contuvo. Mohamed Alí continuó:
“Dijeron en la tele que te llamas Robert. Un vecino te identificó. Así que, Robert, escucha bien y no me hagas una trastada: soy más corpulento y para mí es más peligroso pararme donde tú estás. Y le tengo tanto miedo a las alturas, que me tiemblan los tres cojones…”
El joven sonrió esta vez sin ningún pudor.
“Voy a caminar por esa cornisa. Y te daré un abrazo. Y si quieres nos lanzamos juntos. Pero muérete sabiendo que eres importante. Me juego por mis amigos, y tú eres mi amigo. Ahí voy, Robert... y no me dejarás caer.”
En una acción suicida, Alí caminó por la cornisa y abrazó al muchacho que estalló en llanto compulsivo. Se tambalearon por un momento, sobre el vacío, en medio del horror de la multitud, y al final se aferraron a un lugar seguro.
Conocí al Doctor Robert Bruckell, veinte años después, cuando él ya se había graduado como médico y me acabó de narrar la historia:
“Durante una semana Mohamed Alí caminó conmigo por el barrio y jugamos al básket en el parque. Me habló de historia y política, de ajedrez y poesía, de la guerra y de la vida. Desayunaba en mi casa. Al final los chicos de mi barrio, también me pedían autógrafos. Él me ayudó con el estudio, y pude continuar después por mi cuenta. Y aquí me tiene, intentando salvar vidas, como lo hizo Mohamed Alí conmigo”.
En ajedrez, mundo paralelo, no se trata de salvar vidas sino de todo lo contrario
1: Af3; e4
2: Axe4; Axe4
3: Da2+ y lleva al mate