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Personaje del año
Y luego de una exhausta búsqueda he recordado que el tapete de los meses y los acontecimientos de este 2013 fue levantado y sacudido por la calentura de Miley Cyrus, su video desnuda y su lengua inquieta; la gira de Justin Bieber en la que estuvo en Quito y aunque pidió banano ni siquiera se detuvo a olerlo mientras que en Brasil fue grabado cuando dormía por una chica que supuestamente pasó la noche con él, tal vez consolándolo por el botellazo que recibió en el escenario. Después se fue para Argentina, donde -‘sin querer queriendo’- trapeó el piso con la bandera nacional y de coincidencia canceló el siguiente show, porque según allegados le dio churrete, claro que lo dijeron de forma más sutil. Y, por último, ahora se presume que es buscado por la Interpol luego de verlo vandalizar propiedad privada en un video de seguridad, si no es él “se parece igualito”.
Acaso podría ser mi persona favorita de este año un futbolista extranjero tipo Cristiano, Messi, Neymar o Zlatan, definitivamente NO, porque en mi corazón no les llegan ni a los talones al ‘Chucho’. Llegado el momento mejor sería nombrar a la selección clasificada al Mundial o a Emelec campeón de la 11 después de 11, al Quito entrando a Libertadores tras un año de economía de guerra, ejemplo de jugar con la camiseta puesta. ¡Carajo aprendan pechos fríos!, o tal vez debería quedarme con la gran participación de Ecuador en los Bolivarianos.
Podría recordar acongojado a los que ya no volverán a pasearse entre nosotros, como las estrellas de fantasía como Paul Walker y Cory Monteith, muy trágicas muertes o escuchar hasta gastar mis vinilos de Velvet Undergroud en un sentido tributo a Lou Reed; pensar que Chávez sigue vigente en el poder de Venezuela mientras debate de política con Margareth Tatcher en un acalorado discurso en el más allá, donde seguro Madiba con todo su ubuntu agotado le dijera “¡POR QUÉ NO TE CALLAS!”.
El presidente negro del primer mundo, Barack Obama, no puede estar en la lista; su popularidad cayó del 60 al 40%, mientras que cada vez se oye menos de Assange, al menos hasta escucharlo cantar con Calle 13, en tanto que Edward Snowden y su caliche de información clasificada estuvo más vigente.
Probablemente si sometiera a una votación ganaría largo y tendido el papa Francisco, escoba nueva que barre bien hasta ahora, en poco tiempo se ha vuelto un personaje destacado; su extrema humildad, su voto de pobreza, su entrega al pueblo cuando visitó Brasil y puso en apuros a la seguridad que corre a su lado en el papamóvil que ahora es abierto; su pasión por el San Lorenzo, su censura a ciertos obispos millonarios, la intervención en el banco del Vaticano y los censos incluyentes que está realizando, lo hacen merecedor del primer lugar, pero tampoco es mi elegido.
¿Y entonces? ¿Quién es el personaje del año? Pues para mí la respuesta es USTED que lee esta columna. Sí, usted, perfecto don nadie o privilegiado señor alguien, me quedo con la complicada sencillez oximorona del ser humano común, corriente, extraordinario, que es actor de dramas al volante cada hora pico del día; paladín y justiciero cuando llama al 911 para denunciar un delito, político de la tienda de la esquina que no teme enfrentarse contra rivales que piensan diferente, pero que comparten la misma cerveza, deportista de TV pagada, goleador de grada en los estadios, rajero de indor en la calle y campeón mundial de ecuavoley de a dólar el punto, presidente de su casa aunque todos sepan que manda la primera dama, gran economista de la quincena y conocedor experto de la ortografía natural de las cosas, esa que le obliga a poner la virgulilla a la eñe para que FELIZ AÑO NUEVO no suene a grosería feliz.