¿Qué otra cosa vemos en televisión? Aparte de los programas de chismes, fuera de aquellos shows de humor que ante los cambios de formato se han tenido que volver telenovelas, más allá del fútbol, olvidándonos de los noticieros y sacándole el cuerpo a los matinales que dan manotazos de ahogado en la franja temprana, ¿qué más estamos viendo?

Primero, para mí, la otra televisión es la que sale en señal UHF a la que siempre he llamado televisión de guerrilla porque en ella se encuentra una chanfaina de muchos proyectos que no cuajan por calidad, presupuesto o suerte en las ligas mayores.

Pero si le damos una oportunidad, no solo que nos divertiremos, sino que podemos ver el bosque detrás del árbol, las amplias posibilidades y lo mejor es que sí hay quienes tienen a estos canales dentro de sus preferencias.

Segundo, hay que decir que estamos cautivados por la televisión pagada o cable y las varias operadoras y sus ofertas, con sus películas y series afamadas. Las casas de los sistemas de televisión pagada -además- tienen sus propias programaciones y con ambiciones de crecer en el país, es cuestión de tiempo que tengan parrillas enteras con oferta local.

Y tercero, por último -y más importante para mí- llega el otro segmento que marca una fuerte tendencia, la verdadera televisión alternativa, es la SmarTV, la programación inteligente, la que se obtiene con una suscripción y hay varias alternativas, muchas más de las que creemos. Y ahí la reina es Netflix.

Netflix, en una sola frase, es: el poder de elección, fortaleza principal porque aquello no te lo brinda la televisión tradicional, ese es el mejor atributo de este servicio: eres amo y señor de lo que miras en toda la extensión de la palabra. Punto a favor que los programas vienen en combo, si se estrenó Fuller House (secuela de Full House, 1987-1995).

Incluso, hace unos días llegó toda la serie original Full House, si ingresa a la parrilla ‘That 70’s Show’ al mismo tiempo aparece la nueva serie exclusiva de Ashton Kutcher y Danny Masterson, The Ranch, y así con muchos títulos en inglés, español y hasta en japonés.

Recientemente llegó un cargamento de animes lo que abre una línea nueva de fanáticos, aparte de los de cine latino de varias épocas en la que se destacan mexicanos, argentinos, chilenos y peruanos llegando a los consagrados españoles. ¿Se dan cuenta? Es el mundo en un click.

Punto en contra puedo citar que me he vuelto un zombi dominado por la extrema afición de ver películas seguidas, atrapado en maratones de series queriendo más y más episodios, las malas noches, el empacho visual, la sobredosis de información, risas, drama y acción.

Voy a dos años con Netflix y aún no me he peleado, es una bonita relación que ha atravesado la tormenta de la pasión inicial para ir madurando y hoy en día ya tengo mi sistema para relacionarme con mis aficiones de forma saludable o menos nociva, un episodio de las series que me gustan por día; y en películas, una el sábado y quizás dos los domingos. Después de todo, hay que dejar tiempo para tantear el verdadero HD y 3D, que es salir por la puerta de la casa y vivir la vida. (O)