Seguir la ley es un deber ciudadano, es la base de la sociedad, es el primer y último intento de asegurar una convivencia normal; pero ¿qué sucede cuando las leyes, con el paso del tiempo, se vuelven obsoletas? Seguro caen en un saco que recoge más criterios de comedia que legales, como es el caso de las que a continuación les cuento.

En Inglaterra, si aparece una ballena muerta en las costas británicas la cabeza es del rey, pero la cola pertenece a la reina en el caso de que necesite los huesos para su corsé. Un hombre que se siente obligado a orinar en público puede hacerlo siempre y cuando apunte hacia la rueda de su vehículo y mantenga su mano derecha apoyada en él mientras que una embarazada puede orinar donde quiera, incluso en un casco de policía. La ley autoriza a las vendedoras a hacer topless en Liverpool, pero solamente en negocios de peces tropicales, pero es ilegal colgar la cama de la ventana así como estar borracho en posesión de una vaca y por último está terminantemente prohibido morir en el Parlamento británico.

En Estados Unidos las mujeres de Vermont necesitan un permiso firmado de sus maridos para usar dentadura postiza, mientras que en Kentucky es ilegal llevar armas ocultas que excedan de los dos metros de largo; en Florida las mujeres solteras que salten en paracaídas los domingos pueden ser encarceladas; en Ohio es ilegal tener un pez borracho y en Alabama es ilegal vendar los ojos a una persona mientras conduce.

Los doctores de Bahréin pueden examinar los genitales de una mujer, pero tienen prohibido mirar a ellos directamente y solo puede ver su reflejo en un espejo, esto no es tan extremo comparado con El Salvador, donde los conductores ebrios pueden ser castigados con la muerte ante un pelotón de fusilamiento que suena como un juego de niños cuando en Indonesia la masturbación está penada con la decapitación.

En Francia es ilegal poner de nombre a un cerdo Napoleón, en Dinamarca nadie puede poner en marcha su vehículo si hay alguien debajo de este y en Suecia, aunque la prostitución es ilegal, sí es legal usar el servicio de la prostitución.

Los golosos de Ottawa, Canadá están limitados porque la ley prohíbe comer helados el domingo en la vereda del Banco, en Israel está prohibido meterse el dedo en la nariz los sábados y en Cali, Colombia, una mujer solo puede tener relaciones con su marido, pero la primera vez que eso ocurre, su madre debe estar en el cuarto para testimoniar el acto; si esto le parece incómodo que piensa de que en Guam está prohibido que las vírgenes se casen.

En Australia los electricistas tienen harto trabajo porque en la ciudad de Victoria no se puede cambiar un foco fundido si uno no es un profesional de la corriente y en Haifa aquellos que gustan de pasear con sus osos no pueden llevarlos a la playa.

Extremos serios suceden en China, Hong Kong donde una mujer engañada puede legalmente matar a su marido adultero, pero solo con sus manos, mientras que la mujer infiel puede ser asesinada de cualquier manera por su esposo y en la universidad, por ley, solo pueden inscribirse “los inteligentes”.

Descabellado en realidad, pero es que al parecer no todas las leyes pueden ser tan románticas como la que en Alemania ordena que “en toda oficina se debe poder ver el cielo, aunque sea poco”, y sí… a veces solo un poco es lo que hace falta para formar un todo.