El cine nacional pasa por un buen momento. Las propuestas son varias y esperamos encarecidamente lleguen de todos los rincones del país, no solo de las tradicionales ciudades Quito, Guayaquil, Cuenca. Hace poco se puso en el mapa Manabí, sería bueno que nos llegase de todas partes.

Ya contamos con festivales importantes como La Orquídea en Cuenca y algunos de cortos (hasta en formatos variados y no tradicionales), como los organizados por Ochoymedio, Ojo Loco, Los Cortos de Urdesa o Toledo’s y varios más que me disculpan si me olvido, lo importante es que las ganas de hacer cine se mueven, se sienten, y el clima cultural que promueven es y está fabuloso.

De estos intentos, de esas ganas, de esta siembra que tenemos en el país desde los ochenta se ha logrado una producción muy independiente, que se ha cocinado en siete años de trabajo duro, casi sin ayuda de ningún tipo y que llega a ser gracias al sistema del cooperativismo de todas las partes involucradas. Se llama ‘Entre Sombras: Averno’.

Cine policiaco a la vena; no recuerdo alguna otra película ecuatoriana que se haya metido de lleno a contar la historia de detectives, policías, forenses, crímenes, asesinos en serie, balacera, sangre, peleas vertiginosas entre otras sorpresas que nos tiene preparada esta película, letra y puño del guayaquileño X.B. Ruiz, quien recopila en esta historia, que además dirige, buena parte de su carrera como periodista redactor e investigador en la línea de los noticieros.

La crítica frontal al sistema judicial y moral de la sociedad, el dilema planteado entre si un asesino en serie de pedófilos es un héroe o un villano por tomar la justicia en mano propia, la lucha sicológica de los protagonistas que apenas logran sacar la cabeza de tanta inmundicia en la que viven enterrados y el enfrentamiento real y físico de quienes tratan de detener mafias y narcotraficantes que son titiriteros de muchas historias oscuras.

A destacar lo siguiente en el filme, el valor de hacer algo que fácilmente puede ser considerado cliché foráneo con el sobradísimo mérito de tropicalizarlo pero sin caer ni una vez en que ser guayaco es sabroso, sabido, oportunista, bailarín, ni que la ciudad es como la Tailandia de las películas de Van Damme, llenas de folklore, tricimotos, menjurjes con humos exagerados por comida y con villanos caricaturescos en cada esquina, no señor, ‘Entre Sombras: Averno’ es una película que va a lo suyo, se concentra y gana.

Me encanta Daniela Vallejo (La forense), para mí, el punto más alto de la película y no solo por la escena de sexo, sino por lograr entrar en un papel que requiere una fortaleza mental y física que puede resultar complicada para otra actriz; a su lado Juan Pablo Asanza (Policía rudo) y Marlon Pantaleón (Policía bueno) llegan a ser creíbles y acalorados, perseguidos y muy golpeados, mientras que Carlos Valencia (fotógrafo de crónica roja) luce perturbador. Las escenas de peleas son altamente logradas, todos los encuentros a puños son soberbios y te ponen al filo del asiento, esto sumado a los giros insospechados dejan al final de todo, y disculpando ciertos detalles técnicos, un gran sabor de boca. Me froto las manos con deleite pensando lo que puede llegar a hacer X.B. Ruiz con un buen y abultado presupuesto.