“Hoy es viernes, y el cuerpo lo sabe”, dice una frase de la cultura pop más reciente, pero seguramente el cuerpo sabe o se alerta de diversas formas y no solo ese día, por decirlo más claro él sabe que ayer fue viernes, pero también cuándo es sábado (como hoy), domingo, lunes, martes, miércoles y jueves.

El cuerpo sabía que ayer fue viernes porque las piernas se movían solas con ganas de bailar, o correr a comprar un six pack en el market para el after office para tripear y darle Off al stress antes de ir al pub con un date para no ser un forever alone ¿Agringados? ¿Dónde? Eres divertido, y tu cuerpo lo sabe.

El cuerpo sabe que hoy es sábado porque te levantaste tarde y chuchaqui, con mala suerte porque no alcanzaste encebollado, te gastaste la quincena en la botella que pusiste ayer en la fiesta y estás chiro, así que te toca quitar la cruda con agua helada. Eres estúpido y tu cuerpo lo sabe.

Llega el domingo y tu cuerpo lo sabe porque de repente estabas desayunando y ya es de noche, al final todos los fines de semana dan la impresión que duran 5 minutos, y te desesperas porque estás entre dormir temprano o seguir viendo todas las temporadas de tu serie de zombies favorita en Netflix, al final te gana el fanatismo y te obligas a dormir a las tres treinta de la mañana porque a las ocho debes estar marcando tarjeta, hasta que agarras sueño dan las cuatro. Eres novelero y tu cuerpo lo sabe.

Lunes, buscas recargar las pilas en el café cargado que te haces tú mismo porque nadie quiere dejarse aplicar la de secretaria contigo, media llave de camello, sueño, cabeceo, ojos rojos, cuentas las horas como granos de arena en el reloj del día, inventas una excusa para irte a tu casa y mueres en la cama, enterrado en almohadas. Necesitas poner tu propio negocio para ser el jefe, y tu cuerpo lo sabe.

Martes, como el lunes pero mejor dormido y con la cabeza pensando en tres cosas, buscar parqueo en el centro de Guayaquil, como hacer para no sudar a chorro por el solazo y como hacer la vaca para comprar dos pizzas por el precio de una. Duermes cansado y con acidez, tragaste demasiado y tu cuerpo lo sabe.

Miércoles ¡el día más productivo de la semana! Ahora sí, estás con las energías recargadas y en tu agenda aparte de ser el favorito del jefe tienes salida con la amigovia al cine y visita a la casa de la enamorada, peloteo con los panas en la noche y chateo por whatsapp con la ex en la cama, pidiéndole fotos indecorosas para decorar tu fama mientras stalkeas en twitter a las peladas de tus panas. Eres un macho castigador y tu mamá con la que aún vives lo sabe.

Jueves, casi viernes, ya el bicho de la farra recorre tus entrañas, hay alegría en el aire, la gente está con más paciencia, las chicas más coquetas, hasta el sol dibuja una sonrisa cuando lo miras de frente y calcina tu retina, la humedad es dulce, las infracciones de tránsito son jocosas y la gente no viaja hacinada en la metrovía, solo está concursando en el bolón humano más grande del mundo para el libro de Record Guinness, todo tiene una vibra diferente, como un sentido relajado de al fin ya mañana se acaba esta vaina, esta “vaina” de vivir y buscar; y de ese constante ejercicio de  ser, parecer y padecer, porque es lo que nos diferencia de los animales, y cuando ves atrás y luego respiras mirando para el frente sonríes, porque eres humano y tu cuerpo lo sabe.