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Crónica
Un trending Topic llamado #30S
La noche del 29 de septiembre de 2010, nadie en Ecuador creía posible un golpe de estado. Aunque la salud del presidente Rafael Correa no era la mejor en ese momento —acababa de ser operado en su pierna izquierda y para movilizarse usaba un bastón— La historia de su salud política era distinta: había pasado apenas un año y medio de que ganara las elecciones para su segundo período presidencial en una sola vuelta. Nadie imaginaba tampoco que la rebelión policial del día siguiente haría que cuatro de los diez ‘temas del momento’ en la red social Twitter estuvieran relacionados con el #30S, como fue bautizada la fecha: el tiempo del microblogging había llegado, y 30 de septiembre era demasiado largo para los tuits. El intento de golpe quedó en intento, pero el ‘periodismo ciudadano’ en redes sociales tomó ese día otras dimensiones en el país.
En medio del jaleo en Twitter por la inestabilidad política, el cronista chileno Juan Pablo Meneses decía:
@menesesportatil
En 10 meses de gira por Latinoamérica, era probable toparme con un intento de golpe de estado.
Era cierto. Meneses vive de escribir historias por el mundo, y la mañana del 30 de septiembre se encontraba dictando un taller en la Universidad Católica de Guayaquil, donde aseguraba que la noticia dura —o seca— está destinada a desaparecer para dar paso a la crónica y a las historias. Entre las 09:00 y las 10:00, Meneses recibía a cada uno de los talleristas con su cara de poco dormir y con la misma pregunta: “¿Qué hay de nuevo?” Todos llegaban con información que agregar, pese a que en el aula había más de veinte personas, entre periodistas y estudiantes de periodismo: smartphones para informarse sobraban.
La fotografía del Presidente de la República atacado con gases lacrimógenos le empezaba a dar la vuelta a Twitter. En la mañana, Rafael Correa fue —con su talante de macho cabrío que pretende no dejarse amedrentar—al Regimiento Quito 1 a frentear a la policía, que reclamaba por una serie de prebendas estatales perdidas con una nueva legislación: la Ley del Servicio Público. Aquello de apersonarse le había funcionado antes al Rafa: el Presidente tiene labia. Ya había calmado en 2009 una manifestación de taxistas que pedían la circulación exclusiva de taxis amarillos. Pero al interior del Regimiento, el diálogo fue muy poco, y llegó el momento del desencaje. Correa, desde una de las ventanas, volvía a encarar: desajustándose la corbata –muy al estilo de Jaime Nebot, su principal opositor, cuando se abre la guayabera para mostrar el pecho– retaba a los uniformados a que lo mataran, si era eso lo que querían. Pero al bajar, fue alcanzado por gases lacrimógenos. El Presidente debía ir al hospital más cercano: el de la Policía, de donde no pudo salir en más de diez horas.
Mientras algunos canales transmitían programas como El Pájaro Loco y el Club de la Mañana, en Twitter se armaba un debate sobre la actitud de Correa. Desde su cuenta, Martín Galarza, rapero conocido como ‘Audi’, desde su cuenta —cuya foto de perfil mostraba sus brazos totalmente tatuados— se preguntaba: “@ué se puede esperar de un país donde sus autoridades se comportan como pandilleros”. José María León, editor de GKillCity.com, se expresaba algo más lenguaraz:
@josemarialeonc
¿Cuando Nebot se golpea el pecho te mojas y cuando lo hace Rafa te cabreas? Por eso estamos en la verga.
Aunque Quito era el centro de atención, la policía se había sublevado a escala nacional. En Guayaquil, la ausencia de vigilancia en las calles provocó en la marginal vía Perimetral —que rodea a las afueras de la ciudad— un saqueo de masivo de supermercados, comparable al corralito argentino de diciembre de 2001. En un lugar algo alejado de la vía Perimetral, el taller de Meneses permanecía interrumpido. El chileno tomó una esquina para tuitear con comodidad.
@menesesportatil
Estaba explicando la teoría de El Gran Golpe, en el taller de periodismoportátil, cuando anunciaron el golpe.
Minutos después, a las 13:39, la cuenta de la Presidencia de la República publicó el que sería el quinto tuit más poderoso de 2010, por su impacto y su alcance, según el propio Twitter
@Presidencia_Ec
Gobierno declara estado de Excepción #Ecuador #30S.
El estado de excepción incluía una cadena nacional que controlaba la información transmitida en todos los canales y radios del país. En adelante, la versión única hablaba de golpe de estado y secuestro al Presidente, en contraposición a las versiones de los actores de la oposición, que intentaban posesionar una versión distinta, la de una simple protesta. En su silla, Meneses lucía desesperado. Se levantaba, fumaba y volvía a sentarse. La televisión, al parecer, no le satisfacía. Al cabo de unos minutos, se volvió a su hotel para seguir el #30S en Twitter.
Seguir un golpe de Estado en Twitter es una tarea difícil: costaba navegar con certeza en esa sopa de letras que no tiene paralenguaje, pero sí mucho subtexto: la polarización política en Ecuador tenía sensible a todos. Alrededor de las 16:30, la actividad se disparaba aún más, según el desaparecido servicio de Google para medir las estadísticas de Twitter: los ecuatorianos empezaban a llegar a sus casas. Circulaban y circulaban fotografías de locales comerciales saqueados en la vía Perimetral. Cundía el pánico, pero Pedro Ortiz, editor de La Onda, la revista juvenil de mayor circulación en el Ecuador, se permitía un chiste.
@pedritortizjr
SENORES POLICÍAS, APRENDAN DE LOS DELINCUENTES: ELLOS TRABAJAN 24/7
Carlos Vera, activista político que meses antes del #30S promovía la recolección de firmas para revocar el mandato de Correa (una consulta que nunca llegó a ser), condenaba las acciones de la policía: “A Correa hay que botarlo… pero con votos. ¡¡ÉSA NO ES LA MANERA!!”. Pero horas antes, Vera felicitaba a los uniformados.
@CarlosVerareal
¡Bravo policías dignos! ¡¡Bravooo!! No basta sacar la cúpula sumisa: ¡que les garanticen respeto y no los sancionen por ser dignos!
Para ese entonces, el contador de Twitter mostraba decenas de tuits nuevos a cada segundo. Muchos se perdieron para siempre, difíciles de recuperar incluso con herramientas que prometen ser ‘máquinas del tiempo’ de Twitter. De todo aquello que se escribió, la información más recuperable fue aquella que se publicó con el hashtag que le dio nombre al evento histórico: #30S. Un hashtag es una etiqueta que, precedida por un signo numeral, clasifica la información a través de algoritmos para encontrarla con mayor facilidad. El #30S, hashtag iniciado por Eduardo Arcos, un ecuatoriano dedicado a la comunicación en España, era citado por miles de usuarios, ya no solo en Ecuador.
Meneses seguía tuiteando, fascinado de encontrarse en Guayaquil en ese preciso instante. Más aun cuando un grupo de manifestantes de la oposición se tomaba el canal público Ecuador TV, desde donde se transmitía la versión única, replicada en todos los canales nacionales.
@menesesportatil
La conductora, con las manos temblando, dice: es un momento de mantener la calma.
Cuando la turba llegó al set de grabación, una joven irrumpía ante las cámaras: exigía que le permitieran contar su verdad. Y cuando los conductores le preguntaron a qué agrupación representaba, María Alejandra Cevallos pareció olvidar por un momento su rol como la alterna del asambleísta por la provincia del Guayas, Nicolás Lapentti, para contestar que era tan solo una estudiante universitaria.
@menesesportatil
Estamos aquí para decir que no hay un solo lado, dice la manifestante. Los conductores: helados.
En ese momento, alguien movió un switch: Ecuador TV salía del aire, pero la cadena continuaba desde la señal de Gama TV, canal incautado por el Estado. Sin embargo, lejos del lío mediático, había periodistas que se encontraban dentro del hospital policial, donde permanecía el Presidente. Aunque no podían informar en directo por causa de la cadena, contaban que se empezaban a mover las piezas para ejecutar el rescate del Presidente. Lo tuiteaban, porque transmitir aún no estaba permitido. Susana Morán, periodista de El Comercio, escribía a cada minuto, apremiada porque su teléfono pronto se quedaría sin batería.
@susanamorg
Caos en el hospital. Llegó el GIR. Cerraron otra vez las puertas del hospital donde aún sigue Correa. Hay mucha tensión.
En la noche, el hashtag #30S llegaba a ser trending topic (TT), es decir, una de las palabras más nombradas entre los usuarios de cierta parte del mundo. En este caso, de todo el planeta. Pasaba el tiempo y Correa seguía encerrado en el hospital. Su nombre también ocupaba un espacio entre los temas del momento. Y a esa lista se sumaron más tarde los hashtags #ecuador, #VivaCorrea, #Pueblo Ecuatoriano, #Nebot y #LucioGutiérrez, quien en la cadena nacional aparecía como el principal sospechoso de ser el autor intelectual del levantamiento.
Y a las 20:00, el Grupo de Intervención y Rescate (GIR) y las Fuerzas Armadas entraban en el hospital para rescatar al Primer Mandatario. Era el prime time de la televisión ecuatoriana, Correa no podía pedir nada mejor. Y cientos de cosas sucedieron en minutos. Todo el país estaba atento.
Ráfagas.
@susanamorg
Estoy metida en un baño del hospital. Solo escucho disparos y más disparos. Muchos compañeros periodistas se quedaron abajo.
Más ráfagas.
Ya Twitter era insuficiente: dos canales privados rompían la cadena nacional. Las imágenes mostraban a figuras parapetadas en la calle del hospital, en espera de su turno para disparar. Mientras las balas seguían como sonido de fondo, había quienes criticaban el desacato al estado de excepción. Uno de esos era José Yturralde, estudiante de Comunicación Social.
@JoseYtur
¡¿Por qué Teleamazonas se salió de la cadena?!
Pero en breve, ni él ni ningún otro tuitero atinaban a hacer nada más que comparar la situación con una película de guerra. Los periodistas seguían informando desde adentro. Morán advertía que, al parecer, Correa no saldría aún. Mientras tanto, algunos disfrutaban la balacera, igual que Meneses.
@Juanleon89
Nunca un Espoli - El Nacional fue tan interesante.
Pero Correa salió. Iba en un vehículo rodeado por un escudo humano de policías del GIR. Los sonidos de bala se intensificaron un momento, pero de pronto, hubo una especie de suspensión: en vivo, uno de los policías cayó y rodó por la calle. Mientras Ecuador esperaba por verlo levantarse, Morán y otro periodista, César Alarcón, informaban enseguida de la muerte de Froilán Jiménez, miembro del GIR. En Twitter, los ánimos se exacerbaban. Entre manifestaciones de rencor y alegría —el Presidente despierta todos los tipos de pasiones—, entre la imagen dividida del discurso triunfal y la balacera atroz, José María León alcanzaba a decir:
@josemarialeonc
Situación de guerra por prebendas estatales de la policía: Mañana, el Ecuador —pase lo que pase— será un peor país.
Pero la mañana del 1° de octubre de 2010, Meneses tuiteaba nuevamente. Regresaba de desayunar y anunciaba que retiraría algo de efectivo en el banco. La vida seguía su curso como si el #30S no hubiera existido. Ya era cosa de ayer. Ninguno de los seis gobiernos que precedieron a Correa había llegado a los 3 años. Durante la década anterior a la Revolución Ciudadana, derrocar presidentes era un hábito en Ecuador.
@menesesportatil
Es tan normal la vida en Ecuador, que la gente habla de fútbol en la fila del banco.
Rubén Darío Insúa acababa de ser nombrado nuevo técnico de Barcelona.
*Versión editada de la crónica ganadora del primer lugar en la edición I del Gran Etecom, de Telefónica Movistar, Ecuador (2011)