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¿Qué nos enseña el jefe de Hellboy acerca de la comunidad GLBTI?

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Suena homófobo talvez pedir que las películas y series de televisión y filmes GLBTI (Gais, Lesbianas, Bisexuales, Transgéneros, Transexuales, Travestis e Intersex) que se produzcan de ahora en más, entrando a la segunda década del siglo XXI, sean amigables tanto con la comunidad a la que retratan como con los que suelen interactuar de manera positiva o negativas con ella. En su momento surgieron Brokeback Mountain, Philadelphia, Priscilla reina del desierto, Hedwig and the Angry Inch, Milk y The L Word, que permitieron o que la temática GLBTI se volviera tema del momento en la cultura pop o iniciar la verdadera fraternidad que la comunidad viene promoviendo desde hace varias décadas.

 En Ecuador, se generaban noticias en la prensa rosa o críticas fuertes de grupos conservadores cuando una novela corta del entonces SíTV mostraba un beso entre las actrices Elena Gui y Amparo Guillén, o se hizo cháchara en algunos círculos por el beso entre Alejandro Fajardo y Víctor Aráuz en Mejor no hablar (de ciertas cosas). Además, en la transmisión de la novela brasilera Rastros de mentiras, causó revuelo mediático el hecho de que en el capítulo final, el villano redimido Félix besara en la boca a su ‘Corderito’. En los últimos años han sido motivo de fuerte publicidad y curiosidad del público y los medios tres producciones de temática GLBTI: principalmente, los dos episodios piloto de la serie Versátiles; el filme El secreto de Magdalena, de corte lésbico, y el multipremiado Feriado, del cineasta quiteño Diego Araujo. Mientras, en el mundo de los adeptos a la televisión, solo quienes tengan acceso a los servicios de televisión por internet y bajo demanda han abierto sus mentes y sus corazones a la serie Transparent, de la directora y guionista Jill Soloway.

 La serie de, por ahora, diez episodios, una producción original de Amazon, ofrece la posibilidad de conocer —a veces más de cerca, otras más de lejos— con tintes de comedia dramática lo que sucede cuando una familia descubre que el patriarca, un hombre con serios problemas de límites emocionales y secretos guardados, es un transgénero, quien ahora se identifica como mujer.

La serie ha cosechado importantes premios de la industria estadounidense: dos Globos de Oro y cinco Primetime Emmys. Para el público que vota y comenta en sitios como Metacritic o Rotten Tomatoes, recibe una aceptación del 98% en uno y de 91/100 en el otro. Con solo la mitad de la temporada, cinco episodios, no se puede concordar con las opiniones que avalan los premios, hay una buena dirección, sólidos guiones y una actuación que genera empatía de parte del protagonista Jeffrey Tambor. Es cierto que entre personas que viven una transición de género en Europa la serie ha sido mal vista porque presenta personajes que por momentos resultan crasos, vulgares, malhablados, inmorales o degenerados, especialmente el hijo del medio, Joshua, que se gana mucha antipatía, pero considerados en conjunto, el trabajo del elenco de actores y todo el crew detrás de la serie aparece una buena semilla que incluso es capaz de replantearnos la producción de televisión a escala nacional. ¿Exageración? No esta vez: con Transparent revive la posibilidad de producir televisión de calidad en forma y fondo, que no deja solo moralejas o moralinas, sino que ponga a pensar sobre temas de relevancia social.

El cambio en la ‘tele’

Revisando la lista de nominados y ganadores de los recientes Primetime Emmy, se reveló que la televisión abierta en Estados Unidos está tan en crisis como la de los países latinoamericanos. La mayoría de series galardonadas, como Veep y Game of Thrones, pertenecen a cadenas exclusivas de la televisión por cable y mayoritariamente a la imponente HBO; mientras que un segundo fuerte porcentaje, más que el de las redes NBC, CBS y ABC, provenía de las empresas de televisión por Internet bajo demanda: Netflix y Amazon. Ya no es solo House of Cards la que amenaza con destrozar los ratings de la televisión estadounidense y mundial, ahora aparecen Better Call Saul, Orange is the New Black y, por supuesto, Transparent. El hecho de que esta última sea también calificada de un emprendimiento valiente, no solo por su tratamiento del tema trans, sino por la integración de la comunidad GLBTI en su producción (dos consultores transgénero a tiempo completo, veinte personas transexuales contratadas como reparto y más de sesenta como extras), la hace una producción televisiva contemporánea aún más valiosa. Desde The L Word, que a través de la ficción trataba la vida cotidiana de algunas lesbianas, hablando de tiempos recientes, no se lograba que una serie sobre la comunidad GLBTI cale entre crítica y público.

Transparent permite rescatar a un actor de carácter del cine poco apreciado como Jeffrey Tambor (el socio de Matt Dillon en Loco por Mary, el yerno de Anthony Hopkins en ¿Conoces a Joe Black? y el jefe del FBI en Hellboy) y dos íconos de la televisión moderna y contemporánea: Judith Light (Ángela en ¿Quién manda a quién?) y Bradley Whitford (The West Wing), que aparece recurrentemente como actor invitado. Esa tríada actoral a la cabeza solidifica el trabajo tras cámaras de Jill Soloway, creadora de la serie; el productor Victor Hsu, y la codirectora Nisha Ganatra, además de valorar aún más el trabajo en pos de explorar las ideas de identidad de género a través de “un padre que es reemplazado por una estupenda madre”, como Soloway imaginó a la protagonista Maura Pfefferman (nacida como Morton L. Pfefferman). De hecho, la principal cabeza creativa de la serie ha dedicado algunos de los premios a la memoria de Leelah Alcorn, nacida como Joshua Ryan Alcorn, una chica transexual estadounidense que había publicado una nota de suicidio en su blog de Tumblr, en la que hizo una declaración sobre las normas sociales que afectan a las personas transgénero, y manifestó su esperanza de que su muerte contribuyera a generar un diálogo acerca de la discriminación, el abuso y la falta de apoyo a las personas transgénero.

En Ecuador

Sería ideal que los premios de Transparent no solo hayan servido para la renovación por una segunda temporada de la serie, sino para incentivar que en el panorama latinoamericano, donde poco o nada podemos verla, se genere más producción audiovisual sobre temáticas GLBTI. Y no es que no la haya, sino que no recibe la difusión suficiente y necesaria para generar niveles de rating o recaudaciones de taquilla que justifiquen invertir en ellas (lo que realmente es secundario ante la posibilidad de que ayuden a educar y estrechar lazos sociales). Vérsatiles, El secreto de Magdalena y Feriado no son para nada las únicas producciones de corte GLBTI, considerando que el Festival Internacional de Cine GLBTI El Lugar Sin Límites mantuvo abierta su convocatoria 2015 hasta el 1° de agosto para otorgar los Premios Max a los trabajos cinematográficos cuyo tema principal sea sobre lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex, pudiendo ser estos ficción, documental o videoarte, uno por cada categoría. De hecho este importante y representativo festival de la escena cinematográfica ecuatoriana celebrará su decimotercera edición desde noviembre 22. El creativo detrás de Versátiles, Elio Peláez, dado a conocer al público gracias al programa de investigación y festival Ecuador Bajo Tierra, ya tiene una producción de más de catorce audiovisuales para cine, algunos con temáticas GLBTI.

Ha habido importantes documentales sobre la comunidad GLBTI, y en especial los trans y la gente que hace teatro drag como A imagen y semejanza, producido a manera de tesis para la Universidad Casa Grande por Diana Varas; Tal y como somos, de José Brito e Isabel Silva; Ñuca Trans, realizado por estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central del Ecuador, y Lentejuelas en libertad de Eric Enríquez. Algunos llegaron al público a través del festival de cine documental Encuentros del Otro Cine (EDOC), pero si uno no está bien conectado con la comunidad GLBTI nacional que ahora vive uno de sus mejores momentos de activismo cívico, ciudadano y político, es posible que ni se entere de qué se habla en esos filmes. Si alguna vez en el cine foro del Museo Municipal de Guayaquil se vio el documental mexicano Juchitán de las locas (2002) y ocasionalmente en Ochoymedio de Quito y la Sala Alfredo Pareja Diezcanseco de la Cinemateca Nacional Ulises Estrella hay Noches de Cine Sin Límites y Noches de Cine GLBTI, por qué no exhibir lo que más haya de producción nacional sobre esa temática. Nunca se podrá entender lo que no se conoce o lo que aún explicado permanece en un circuito muy cerrado o reducido de debate y exposición.

La propuesta

Transparent es la llave para que surjan no camadas, sino oleadas de cine GLBTI en todo el mundo. El hecho de que ya en China por primera vez se exhibiera un filme de este tipo da a entender que ya hay espacio para explorar creativamente este tema, como sucedió en Cuba con Fresa y chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea. Canadá y zonas de Oceanía como Australia ya llevan la delantera en la cantidad de audiovisuales GLBTI que se producen, pero eso no es para desanimarse. Para muestra todo lo conseguido por Feriado en sus primeras etapas de producción y difusión: premio de Producción de Largometraje del CNCine; participó junto a doce proyectos latinoamericanos en el Foro de Coproducción AustraLAB del Festival Internacional de Cine de Valdivia, Chile; asesoramiento del laboratorio de guiones Cine y Creación, creado por el Instituto Mexicano de Cinematografía con el apoyo del Instituto Sundance; premio Heineken Voces Grant durante el Festival de Cine de Tribeca...

Aunque algunos puristas o aficionados al cine mostraron displicencia por Versátiles por la calidad de las interpretaciones del elenco protagonista y El secreto de Magdalena, según su director, es la primera película erótica ecuatoriana producida en los últimos 20 años. Ambas tienen un significado más denso para la integración social total. Ese significado es la necesidad de rodar no solo lo políticamente correcto o lo socialmente aceptado sino romper el canon y los paradigmas para generar debate. Del debate se pasará a la asimilación y el entendimiento, y nunca está de más esperar también la comprensión. Las tres cintas ecuatorianas mencionadas y la serie de Amazon Transparent son tan solo cuatro peldaños en esta vía.

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