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Orígenes e historia del blues

Orígenes e historia del blues
09 de junio de 2013 - 00:00 - Freddy Russo, Musicólogo ecuatoriano

Ningún río del planeta ha dado tanta música como el Misisipi. Este “padre de las aguas” que nace en Minnesota (tierra de Bob Dylan), recorre 6.400 km, baja caprichosamente curvándose, separando Estados, erosionando tierras, creando pantanosos deltas hasta llegar a su desembocadura en el puerto de New Orleans; cuna del jazz, hijo ilustrado del blues. Este legendario río divide el enorme territorio en Este y Oeste. Sin este río no se podría comprender la historia de los Estados Unidos, ni hubiera existido una ciudad que creció entre ritmos y lágrimas, entre tormentas y resacas, entre el ruido y la furia. A lo largo de este río fueron repartidos millones de negros africanos en condición de esclavos por inescrupulosos blancos traficantes. A su paso, ha visto crecer grandes ciudades y desaparecer pequeños poblados, inmensas plantaciones de algodón, tabaco, maíz y maní embellecen sus orillas. Por sus aguas han navegado legendarios escritores como Francois Chateaubriand y Charles Dickens. Aquí Harriet Beecher Stowe se inspiró para escribir cautivantes leyendas como La cabaña del tío Tom y Mark Twain contó al mundo Las aventuras de Tom Sawyer. Narradores famosos como William Faulkner, Margaret Mitchell y Tennessee Williams contaron historias conmovedoras al punto que Hollywood las llevó al cine, emocionando y cautivando a cada espectador del planeta. Lo que el viento se llevó y Ese tranvía llamado deseo describieron dramáticos episodios de la vida del sur.

 

El blues como hijo del Misisipi, nace en sus orillas, en los campos agrícolas como “canciones de trabajo” o “work songs”, fruto de la esclavitud. No nace en las iglesias como los spirituals y el gospel. No es un canto tipo coro, es una respuesta individual a la sociedad racista de Norteamérica; es una reacción personalizada contada y cantada en inglés. En el blues canta un individuo que es sujeto de su canto. Es un monólogo de la subjetividad, que al mismo tiempo es el portavoz de la condición en que sus compañeros estaban sometidos en los campos agrícolas o en la penitenciaría. El cantante de blues no solamente canta sino que gruñe, llora, se lamenta, arma su propio escenario dramático, porque el blues es sinónimo de problema, de preocupación. Cuando se está preso, o sin dinero, o sin trabajo, cuando no puedes dormir por tanta preocupación, es que tienes blues. Es decir, es la expresión de un estado existencial aquí y ahora.*Los franceses dicen que lo ven todo azul (je n´y vois que du bleu) cuando quieren expresar que no ven nada y, en alemán: ich bin blau es igual a haber perdido la conciencia por efecto del alcohol.

 

“Deja tu ego, toca la música, ama a la gente”: entonaba Luther Allison.

 

El blues tiene su base en la poesía africana del esquema responsorial de la religión Agysimbia. La estructura literaria de la poesía blues tiene su lógica; está basada en “llamada”, que siempre se repite y “respuesta”. La “respuesta”, tanto en su forma como en su contenido, tiene caracteres de una auténtica contestación a la “llamada”. Hay dos modos posibles de contestación: o la respuesta fundamenta la llamada, la esclarece, la justifica, la adorna o aparece como contraria a la llamada, en cuyo caso llamada y respuesta están en confrontación. Es decir, la una es una lógica blues de fundamentación y la segunda es una lógica blues de confrontación.

 

“Ya tenemos cinco hijos, baby. / Yeah daddy! / Ya tenemos cinco hijos, baby/ Yeah daddy/ Sí, pero ninguno se me parece! Ironizaba Robert Johnson.

 

La melodía del blues no va con el sentido de la clave o llave que rige en la música europea occidental, tradicional de escala “mayor” y “menor”; y esto porque cuando los negros comenzaron a hacer música en América, enfrentados a la música europea, adoptaron con asombrosa rapidez su sentimiento musical pentafónico al sistema tonal europeo. O sea que el problema estaba en las dos notas que les faltaba para la “octava”: la tercera y la séptima. Al inicio simplemente tocaban o cantaban por inseguridad unas veces, la tercera menor y otras la mayor, así igualmente con la séptima, sin tener como referencia de la “academia” europea. De este modo apareció la simultaneidad de sentimientos, alegres y tristes. Por lo tanto, el blues se hizo emocionalmente ambiguo. Este uso de las dos notas (tercera y séptima) se denominó blue note, más tarde con el aporte del Be-bop, los músicos añadieron una nota más, la quinta disminuida.

 

Construcción melódica del blues

 

1. El blues no es una música diatónica. La música diatónica está basada en las escalas do-re-mí, construidas con base en una sucesión de tres notas tónicas, seguida de una semi-tónica y creada según la clave. Así podemos transportar la misma melodía a otra clave. El blues no está basado en el sentido de la clave, no tiene una escala “mayor” o “menor”.

 

2. La técnica de construcción en el blues es la siguiente: con frecuencia ocurre que un acorde usual de tónica o dominante se encuentra debajo de una “blue note” de tal modo que por ejemplo, se toca en el bajo la tercera mayor y en el soprano la menor. Produciéndose combinaciones disonantes que pueden interpretarse como un fricción entre dos sistemas armónicos distintos: las estructuras de acordes correspondientes a la tradición europea y las “blue-notes” de la línea melódica que procede de la música africana. Con esto lo que se crea es una suerte de tensión y resolución, lo que es en suma la parte fundamental del desarrollo melódico, armónico y rítmico del jazz. La continua tensión y resolución, muy parecida a la vida cotidiana del ser humano en general: tensión y relajación. Algo más, en el blues, las notas o caracteres se denominan sweet y hot.

 

“Cuanto más vives, baby,/ menos mueres, honey” : poetizaba James Cotton.

 

Características del blues

 

Señalamos tres características como fundamentales de los primeros cantantes de blues: 1. Fue el aislamiento que había entre los músicos; aislamiento que fue aprovechado para consolidar un estilo propio en cada uno de los bluesmen. Un representante clave del blues del Delta de Misisipi fue Robert Johnson, una leyenda: decían que él había “vendido su alma al diablo” porque jamás entró por la puerta del gospel.

 

2. En el blues del Delta, fue la aparición de la figura del vagabundo o hobbo; fueron los primeros trotamundos que viajaban gratis en los vagones de la locomotoras a vapor o iban a dedo en lo que podían. Grandes representantes como John Lee Hooker con su Hobo blues, B.B. Broonzy y su Key to the highway y otros que tenían a la guitarra como su única compañera de viaje en todo lugar y circunstancia.

 

3. El uso de la guitarra —era como una extensión de su propio cuerpo—, la misma que “adornada” de poesía constituyó para el bluesman un arma cargada de futuro. Hay blueseros con poca técnica pero con mucho feeling y una profundidad única en su voz. A la guitarra le incorporaron el uso del slide o cuello de botella, los riffs repetitivos y la armónica.

 

Primeros estilos de blues

 

Blues Arcaico o Campesino.- Nace en las orillas del Misisipi de cuerdas lastimeras impulsadas por hábiles dedos negros recogedores de algodón, de músicos que en su mayoría eran ciegos. Estos entonaron las primeras canciones de dolor, de indignación, de lamento y añoranza por la libertad perdida. Expresaban con sentimiento su protesta; en cada canto reclamaban su patria lejana, sus antepasados y sobre todo su libertad. Cada frase que rasgaban con su bajo primero y más tarde con su guitarra, penetrando en el alambique del cerebro de sus hermanos de raza. Lemon Blind Jefferson, Blind Blake, Charlie Jackson, Huddie Leadbelly, Son House y John Temple fueron los primeros cantantes del blues arcaico, folk o country blues. Estos bluesmen evocaron con fuerza, valor y coraje mensajes de reivindicación para romper las infames cadenas de la opresión y la marginación impuestas por inescrupulosos traficantes europeos y racistas blancos.

 

Musicalmente la estructura del blues campesino lleva la célebre estrofa de tres versos, en 12 compases en un tiempo de 4/4; con un esquema rítmico A-A-B y una longitud de versos normalmente acompasada por cinco sílabas acentuadas. La repetición constante y el uso de esas estrofas, le dieron al blues la unidad narrativa y ese carácter único que influirá en futuros estilos.

La incorporación de la “tabla de lavar” o “washboard” en el ritmo y la armónica para matizar la línea melódica le dieron mayor fuerza al country-blues.

Aunque se aclare o se oscurezca nunca desaparece el blues…cantaba John Temple.

 

Blues urbano.- Después de la Guerra Civil y la abolición de la esclavitud, la migración del campo a la ciudad en los EE.UU. fue masiva. Millones de negros se trasladaron a urbes industrializadas como Chicago, Detroit y Nueva York. Las líneas férreas y los trenes fueron siempre aliados del negro. Decenas de cantantes viajaron “gratuitamente” en condición de “hobbos”, de extremo a extremo por el extenso territorio.

 

Una vez en las ciudades, poetizaron su pobreza, su soledad, su marginación, su anonimato y la transformaron en canciones, en blues. Fueron escuchados también por intrépidos productores de discos. En la ciudad, se introduce por primera vez el piano en el blues, a Leroy Carr se le concede el honor de ser el iniciador del blues urbano por ser el primero en componer y ejecutar blues en el piano. A continuación le siguieron Tampa Red, Lonnie Johnson y otros que buscaban grabar sus voces, sus canciones, sus blues. Pero no fue un hombre sino la cantante negra Mamie Smith quien tuvo el honor de grabar el primer disco en Chicago, en 1920 con el tema Crazy Blues. A partir de este hecho histórico discográfico, Robert Johnson, Big Bill Broonzy, Elmore James, John Lee Hooker, Lightnin’ Hopkins, Reg Leg Howell, Wolfin Wolf y muchos más, multiplicaron el blues. Radios y emisoras difundieron los discos que estaban grabados en sellos como: Race Records, RCA Victor, Paramouth y Chess.

 

Bajo la inspiración de Mamie Smith nuevas cantantes negras entraron en los escenarios y estudios de grabación. Preocupaciones de corte espiritual y existencial fueron el sustento de sus canciones, de sus blues. Sus voces empezaron a cautivar en distintos clubes y bares de Chicago, que en su mayoría estaban controlados por mafiosos inmigrantes europeos. Gertrude “Ma” Rainey, Bessie Smith, Ida Cox, Clara Smith, Victoria Spivey, Billie Holiday, Sarah Martin y otras se destacaron como las primeras divas del blues. Mientras cantaban desnudaban duras realidades en contra del abandono, la soledad, la pobreza y el dolor de vivir...

 

Compositores y poetas

 

En este periodo aparece el primer compositor negro W.Christopher Handy (1873-1958). Desde sus primeras composiciones: The Memphis blues, The St. Louis Blues no paró de darle al blues una categoría de música profunda y seria hasta el día de su muerte. Inspirado en la vida de los extensos barrios obreros y en los campos agrícolas compuso más de mil obras. Otros historiadores como Gèrard Herzhaft en La gran enciclopedia del blues (*), sostiene que W.C. Handy lo único que hizo fue transcribir a partituras los blues que oía en los barrios populares y publicarlos con su nombre; para después “autodenominarse” primer compositor e inventor del blues.(2)

 

Dos grandes poetas negros también irrumpen en este periodo: Countee Cullen (1903-1946) y James Langston Hugues (1902-1967): Versos crudos de una realidad lacerante están plasmados en su obra poética. En uno de los poemas de Langton Hugues encontramos versos como estos: “No olvides / que la muerte es un tambor / que redoblará / hasta que los últimos gusanos / acudan a la llamada”. Versos diametralmente opuestos a los de las canciones de los blancos que le cantaban a las flores, al claro de la luna y a la dulce vida.

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