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Lectura
Neurografías, una transducción visual
El tema es siempre el mismo. Es el cambio de la imaginación técnica lo que puede “dar la vuelta al tema”, el sistema nervioso personal. Imagine escenas extraordinarias, esto carece de todo interés, desde el punto de vista de la pintura, esto no es imaginación. La verdadera imaginación está construida por la imaginación técnica. El resto es imaginación imaginaria y no lleva a ninguna parte.
Francis Bacon
Lejos de cualquier afán antologador, el libro de los artistas visuales quiteños David Kattán Hervas, Isadora Salas y Chalo Zurita nos propone una relectura o transducción irreverente, tanto de textos clásicos de la poesía contemporánea ecuatoriana, como de poemas de autores inéditos que se mueven en la periferia de la escena literaria nacional. La selección propuesta en Neurografías (Ruido Blanco / Ministerio de Cultura y Patrimonio, 2014) es arbitraria y obedece al instinto lector de los pintores, quienes responden a inquietudes y estéticas disímiles, pero perfectamente complementarias.
David Kattán Hervas (1993) trabaja desde la fotografía digital y la pintura, en su obra encontramos una corporalidad monstruosa en la que —a la manera de Francis Bacon o de David Nebreda— el cuerpo es el campo de batalla de fluidos y pasiones exacerbadas. La presencia de falos flácidos es recurrente en su obra, pero estos carecen de todo morbo y el punctum(1) de la imagen no está en la genitalidad, sino en los feroces rostros —ausentes o incompletos la mayoría de las veces— que concentran el mensaje oculto de la imagen. Su paleta digital en la cual predominan tonos oscuros, por el manejo de la luz nos remite a Velázquez, clásico al que se permite homenajear en el enigmático Estudio para la calavera de Yorick(2), tal vez la obra más lograda e incómoda del libro.
Isadora Salas (1991) tiene una formación autodidacta alejada de la academia y su trabajo se acerca a la ilustración. Sus obras transmiten cierta inocencia y una sensación de intimidad acentuada al trabajar con una paleta de colores reducida. En contraposición a la corriente dominante entre los ilustradores, en que priman una visión comercial y el apego irrestricto al texto, la obra de Salas apela a la introspección por sobre el artificio técnico.
Gonzalo —Chalo— Zurita (1992) traza su territorio desde el caos, la constante de su obra es el dejar una suerte de final abierto en sus cuadros. En esta ocasión escogió trabajar solo con lápiz, realzando su relación con los grandes espacios en blanco, los cuales —de forma análoga a la propuesta de Maurice Blanchot sobre la problemática de la página en blanco en la escritura— son borrados por su pluma. “Más que el material del pájaro lo que se cuestiona es su capacidad de volar”, escribe Chalo en una de sus obras, condensando en dicha frase su forma de enfrentarse al hecho pictórico.
La imagen es importante. Hay un cambio de código evidente, en el sentido de valorizar el signo que no sea alfabético. El signo alfabético ofrece muchas oportunidades porque el escritor va con un salvavidas puesto. La cultura literaria realizada con el código literario siempre es una garantía, aquí se salta al vacío.
Joaquín Soler Serrano
Neurografías más que una muestra es un ejercicio de desterritorialización entre poema e imagen, la búsqueda de un punto equidistante en el que la intención no es ser reflejo especular del texto, el cual puede ser violentado pero con respeto en su traducción pictórica, hasta cierto punto podríamos decir que es una codificación paródica donde el poema sale de su acartonado espacio tradicional para enfrentarse con su imagen, la cual responde desde un dialecto primigenio que nunca antes fue usado pero en el cual reconoce lo que puede llegar a ser con tan solo sustituir símbolos por texturas, tal como señala el catedrático Fernando Albán en el prólogo del libro: “La obra es digna de ser traducida en la medida en que está constituida por una diferencia que la vuelve extraña a sí misma”.
Lo importante no es la imagen resultante, sino la relación que se establece entre ambos productos artísticos, en los que se traspasa información a un nivel inconsciente. El nexo comunicativo es presignificante, casi animal, no en vano el rasgo que une el trabajo de los tres artistas que participan en el libro es que privilegian lo instintivo por sobre lo racional, lo cual se denota desde el título del libro, que hace referencia al gráfico que se observa en un sistema nervioso crispado tras un accidente, el cual bien puede ser resultante de un estímulo lingüístico. Este libro sin lugar a dudas causará recelo a los puristas, va contra las leyes tácitas del mercado artístico, pero es una obra refrescante que puede constituirse en un hito por su forma novedosa de acercarse al hecho poético.
Notas:
1. El punctum de una fotografía según Roland Barthes, es “ese azar que en ella despunta, puede llenar toda la foto, aunque muy a menudo solo es un detalle que deviene en algo proustiano: algo íntimo o innombrable donde se esconde el discurso del autor.
2. Montaje fotográfico digital realizado a partir de un poema de César Eduardo Carrión. Cabe señalar que de todos los artistas participantes en el libro, Kattán es quien más ha trabajado anteriormente en simbiosis con poetas, destacando sus colaboraciones con Juan José Rodríguez y con el peruano Maurizio Medo.