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Música
La ascendencia del reggaetón
El potencial popular de la música latinoamericana
Tanto la música popular como el fútbol han dado a la gente de pocos recursos económicos grandes oportunidades para salir de la pobreza. Desde los inicios del siglo XX son decenas los artistas y deportistas que, exprimiendo su imaginación y venciendo todos los obstáculos con la voluntad de triunfar, han llegado a consagrarse íconos de sus pueblos e ídolos en el mundo entero. Figuras como Carlos Gardel, Louis Armstrong, Mercedes Sosa, Pelé, Julio Jaramillo y Maradona, entre otros grandes nombres, llegaron hasta lo más alto.
En la actualidad, la música popular de América Latina continúa dando artistas que se esfuerzan por buscar el éxito pero con nuevos ritmos y, sobre todo, con instrumentos que le ofrece la electrónica en la periferia, ritmos que han sido englobados en un solo término: el tropical bass. Van desde eldembow dominicano, el tribal guarachero mexicano, la cumbia villera argentina, el baile funk brasileño, la changa tuki venezolana, el cubatón de la isla mayor del Caribe, el dancehall de Jamaica, la champeta colombiana y, por supuesto, el reggaetón provenientes en su mayoría de las barriadas pobres de los países de Latinoamérica. Estos ritmos constituyen una resistencia a la invasión de la música de las grandes transnacionales del disco que tienen colonizado el mercado de la radio y la televisión. En otras palabras, se trata de un abundante aporte de manufactura ciento por ciento latinoamericano a la música electrónica global. Un sinfín de productores y DJ de Sudamérica y México, figuran en la actualidad entre las referencias de estilos ya establecidos en Europa y Estados Unidos como el house, el techno y el dubstep. Así, se presenta un breve análisis de un ritmo muy difundido que ha causado más de una polémica, varios escándalos y hasta censuras: el reggaetón.
El reggaetón
Desde la fiebre del mambo en los años cincuenta y la salsa de los setenta, el reggaetón es la primera música cantada en castellano que compite en pie y en igualdad de condiciones con los lanzamientos anglosajones. El reggaetón es un potente fenómeno que trae una enorme base popular, es la banda sonora de los barrios pobres, que con su ritmo constante y su movido baile conquisto Panamá primero, luego Puerto Rico y después a todo el Caribe, hasta llegar a invadir con su sonoridad y movimiento el mundo entero.
La industria discográfica en el siglo XXI no había prestado mucha atención al fenómeno del reggaetón que, en la década de los noventa del siglo pasado, tanto en Panamá con “El General”, así como en Puerto Rico con Vico C(1), ya habían inaugurado el ritmo. Edgardo Franco (nacido el 27 de septiembre de 1964), popularmente conocido como “El General”, fue hijo de Catalina -una mujer jamaiquina- y Víctor Franco, de Trinidad Tobago, había, es. Es decir, era un auténtico hijo del Caribe cuyos genes venían cargados de mar, ritmo y sabor.
Durante su niñez escuchaba al ídolo mundial del reggae, el gran Bob Marley, quedando hipnotizado con esa música perfectamente conectada con la claridad y la honestidad de las emociones de un líder(2); y al DJ de dancehall jamaiquino Burro Banton, muy popular por ese tiempo, con quien queda muy impresionado, tanto por sus ritmos como por su historia. El General empezó a escribir canciones inspiradas en la situación social de su barrio y en sus propias vivencias; les añadía melodías y luego las grababa en casetes que distribuía a choferes de colectivos de ciudad de Panamá para que los pusieran en sus rutas. Así comenzó, llevando su mensaje a la comunidad. Con pocos años de formación musical, inaugura el raggamufín, cuyo significado es “desharrapado” o “desposeído”, en el que incluía el baile que en las barriadas pobres de Panamá se conoció con el argot de ‘perreo’.
Viaja hasta Nueva York para visitar a su madre y, en la ciudad de los rascacielos, conoce al mánager Michael Ellis, quien le enrumba en la producción y difusión de sus composiciones. ¿Quién no ha bailado o por lo menos escuchado ‘Muévelo, muévelo’, ‘Te ves buena’, ‘Rica y apretadita’ o ‘El Meneadito’? De la mano de su mánager, Michael Ellis, El General llegó a ser el primer artista latino en ganar el premio Billboard, también logró el Premio Lo Nuestro y La Gaviota de Plata, en Viña del Mar, además de adjudicarse un Grammy Awards. En su honor, cada 27 de septiembre se celebra el ‘Funkete Day’. Edgardo Franco se retira muy temprano del mundo del espectáculo en 2004; cambia su profesión de cantante por la de pastor para dedicarse a realizar trabajos de ayuda social.
Siglo XXI
La música popular a fines del siglo XX se había ‘enfriado’ por un tiempo, el pop comercial se volvió demasiado insípido, el negocio estaba deprimido. Eso, lógicamente perjudicaba las ventas de las poderosas discográficas que se vieron obligadas a motivar el consumo. La exagerada producción y difusión de baladas románticas y ritmos estándar de discotecas, había dejado de ser rentable. Entonces, vino la idea luminosa de enviar a sus ‘cazatalentos’ a rastrear en las comunidades afrolatinas pobres y, en poco tiempo, ‘eureka’, en las barriadas del Caribe encontraron la mina de oro de sonidos ‘de los barrios bajos’ que dieron el tratamiento de shock para resucitar el mercado. Un ritmo polémico, sensual, agresivo que adormitaba en un marasmo —el reggaetón—; lo resucitaron, ocasionando una especie de revolución en la industria.
Tuvieron que pasar 10 años para que Daddy Yankee, Don Omar y Wisín & Yandel tomen la posta de El General. Las industrias discográficas empezaron a exprimir como naranjas las composiciones de los boricuas pero domesticándolas, suavizando las letras, extirpando las ‘obscenidades’ de su antecesor. Llevándolas hacia lo romántico, pero añadiendo fórmulas rítmicas de electro-pop para no bajar el voltaje. Esto último, a las industrias discográficas les abrió las puertas del éxito masivo a largo plazo, logrando vender millones de discos, incluyendo decenas de conciertos en vivo en las capitales de los países de América y el mundo. Acto seguido, vinieron las loas, la revista Time ha considerado a Daddy Yankee como uno de los hombres más influyentes de inicios de siglo y la CNN ha dicho que Ramón Ayala Rodríguez —su verdadero nombre—, es una de las celebridades de la primera década del siglo XXI.
Por sus éxitos ‘Lo que pasó, pasó’, ‘La gasolina’, ‘Ven conmigo’ y ‘Limbo’ ha ganado un sinnúmero de premios. Lo mismo con Don Omar, un boricua que en sus inicios fue pastor religioso, entró en el mundo del reggaetón y ha conseguido escalar posiciones en poco tiempo, llegando a vender en un año un millón de copias, elevando su álbum al rango más alto de la historia. ‘Danza Kuduro’ (3) y ‘Salió el sol’ son éxitos que hablan por sí mismos. Parecida suerte ha corrido el dúo boricua Wisín & Yandel, a tal punto que TheNew York Times, en 2013, los describe como: “Un triunfo, no solo para el dúo, sino para el género”.
Estas apreciaciones de los medios de comunicación han sido silenciadas y combatidas por los censuradores sociales e inquisidores de la cultura popular comercial (4). El reggaetón, a pesar de todas las opiniones negativas y de censura: que es machista dicen las feministas, que es reggaetonto opinan los intelectuales, que es sexista califican los moralistas; en la actualidad goza de buen estado de salud, arrasando premios y vendiendo millones de copias con su baile dominante, el ‘perreo light’ que los gringos le llaman ‘twercking’ o simplemente ‘twerck’.
Ecuador —que hasta hace unos años era a donde más tardaba en llegar lo nuevo— se supo de su existencia por los escándalos que hicieron por la televisión comercial algunos presentadores de noticias —puritanos que solo se miran el ombligo—, condenando el reggaetón por el baile del perreo; baile con el que los estudiantes se divierten en las fiestas del fin de año escolar (5). Esos moralistas condenan un ritmo sin analizarlo, lo despedazan, pisotean sus restos y se suben otra vez al púlpito habitual. No miran el mercado, las industrias discográficas, solo tienen un lente pacatamente moralista; ni siquiera se acuerdan que en el pasado se cometieron los mismos errores de censura con el tango, el son, el twist, la lambada y otros géneros y ritmos populares que fueron condenados por ‘obscenos’.
La industria musical y el consumidor
Planteado en otros parámetros, en la actualidad, el saqueo de nuestros ritmos continúa, aunque hayan cambiado los métodos, los estilos y los nombres de los ídolos de turno. En Europa y Estados Unidos se hablaba de una ‘revolución’ en la música popular, supuestamente ocurrida durante los años sesenta. Pero la variedad de formas que adopta la música comercial obedece a patrones en esencia idénticos y responde a los fines de manipulación de la sociedad capitalista, que trata por todos los medios de desvirtuar el carácter de las creaciones populares y reducir a las masas al papel de receptor pasivo de un producto fabricado por ‘profesionales’ amaestrados. Esa música comercial o de consumo se rige por reglas que derivan directamente de la dinámica del mercado y reflejan una ideología burguesa y reaccionaria que propone a las masas modelos de conducta conformistas, con el fin de neutralizar toda posible toma de conciencia crítica y contribuir así a la perpetuación del sistema.
Sin embargo, en 2013, la apertura hacia un cambio de paradigma sobre el estereotipo de la idiosincrasia latina ha cambiado esa actitud conservadora que mostraban los grupos de poder o los ‘Estefan’ (6) en el universo de la música de habla hispana y digo esto, porque el grupo venezolano de indie La Vida Bohème ganó en la categoría Mejor álbum de rock, por su disco Será y, si a esto añadimos los 9 Grammy que otorgaron a Calle 13, demuestra que la industria se ha visto obligada a actualizar su epístola, al incluir al pop independiente entre la oferta sonora y estética de la región.
En síntesis, el reggaetón aún es un fuerte golpe en la mesa de la industria musical por parte de artistas latinoamericanos. Una muestra que ha permitido que la industria anglosajona escuche lo que pasa al sur del Río Grande. Esta música, denominada ‘el tropical bass’, surge de una transformación democrática porque con el cambio de siglo se dispara la venta de computadoras, además de los programas musicales muy sencillos. Cualquier joven de 12 años con una Mac y un curso de informática ya puede transformar una idea en una canción. Con esto, los jóvenes de los barrios pobres acercaron un poco más sus oportunidades al internet, donde empezaron a colgar sus invenciones. Esta pequeña variable creó un maremoto en la industria. El caso más visitado en YouTube, por ejemplo, lo constituye Pitbull que, con su éxito, ‘Yo sé que tú me deseas’ (2009), sigue en el top ten de canciones más vistas en la historia de ese sitio. Hace 2 años sumaba 190 millones de clics. Hoy ha superado los 220 millones. Es el nuevo rey.
Notas:
1. Vico C o Luis Armando Lozada Cruz es norteamericano, hijo de boricuas, nacido en Brooklyn el 8 de septiembre de 1971. Es otro de los iniciadores del reggaetón y difusor del rap.
2. Para ampliar el conocimiento sobre el Reggae, ver el artículo publicado en el Cartón Piedra N°. 46 del 20 de octubre de 2012,
3. Kuduro (del portugués cu duro, que literalmente significa “culo duro”) es un género musical o de baile procedente de Angola.
4. El más patético, el de Guatemala que por decreto # 34-2013, prohíbe la difusión del ritmo. También el gobierno cubano ha calificado al reggaetón de sexista, vulgar, seudo-artístico y hasta agresivo. Sin embargo, los músicos ya se camuflaron con el cubatón una mezcla de reggaetón con timba (son montuno moderno).
5. ¿Qué dirán del ‘twerking’ o perreo que hizo la famosa Milley Cyrus en el último show de gala en MTV Video Music? ¿Cuántas veces hemos visto este juego en la música Pop? Madonna lo hizo. Britney lo hizo. Es muy pobre el criterio estético-musical en prensa y televisión al momento de analizar la música en general. No hay un periodismo musical profesional en Ecuador. Ver por ejemplo, el criterio moralista —de conventillo medieval— que emite el columnista de El Comercio, Pablo Cuvi en ‘Los nuevos dioses’ (sábado 21/09/2013).
6. ‘Los Estefan’ (Emilio y Gloria) propietarios de Crescent Moon Studios y fundadores de los Grammy Latinos (evento anual televisado). Es un Imperio de la música que decide desde Miami, lo que se produce y difunde para Latinoamérica.