Ecuador, 19 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Frankenweenie (2012)

Frankenweenie (2012)
27 de enero de 2013 - 00:00

Andrés Cárdenas Matute

Todo padre quiere que su hijo sea normal. Pero, ¿eso en qué consiste? En el universo burtoniano de Frankenweenie, ser normal significa tener muchos amigos con quienes pasar tu tiempo libre, jugar béisbol y no darle demasiada importancia a la ciencia ni a la aficiones freaks. Víctor no es así y esa es la chispa que enciende la película.

Por una coincidencia astrológica, su perro Sparky es atropellado el día de su primer intento de ser un niño normal, y allí nace el segundo pero más importante tema de esta película: ¿cómo se lidia en la infancia con la muerte de alguien querido? Yo no quiero que viva en mi corazón –dice Víctor– yo quiero que Sparky esté aquí conmigo.

El filme es una animación en blanco y negro grabada en stop-motion. Los personajes conservan una estética tipo Burton: son nerds solitarios con cierta dosis de terror absurdo. Mención especial –por lo triste– merecen los momentos en los que vemos las lágrimas de Víctor, que cobran mayor realismo tratándose de un poco de certeza y suelo en medio de un mundo animado extraño.

Víctor logra revivir a su perro poniendo en práctica las clases recibidas sobre la electricidad de los rayos. Sus compañeros se llenan de envidia y buscan robar la receta al protagonista: todos queremos revivir a nuestras mascotas y todos queremos ganar los concursos de ciencias. Pero hay dos maneras de hacer las cosas: con el corazón o sin él. Aquí es donde empiezan a fallar los experimentos que terminarán causando el caos en el barrio.

Tal vez el personaje más interesante, después del principal, es el profesor de ciencias que les había convocado para la feria. Los padres se asustan de que esté entusiasmando mucho a sus hijos con cosas que no entienden y deciden agruparse para sacarlo del colegio. Aquí se instala uno de los mejores discursos de la película en el que él ataca su cerrazón y su estupidez, reivindicando su trabajo como despertador de los cerebros de sus hijos. Sin embargo, estas líneas van mucho más allá de la ciencia. Se las puede aplicar al arte, al pensamiento, a la religión, a cualquier disciplina que busque razones profundas.

La película falla en su público. El final cede para agradar a un público infantil que no se entusiasma mucho con estos personajes freaks. La historia se alarga demasiado. Sin embargo está muy bien como una compensación que Disney le debía a Burton por haberlo echado cuando era joven por el cortometraje que precede a este y lleva el mismo título. Es un bonito e interesante capricho de Burton que gusta más a un público adulto reducido.

Las mejores líneas:
1.
- SUSAN: Cuando pierdes a alguien que quieres, no desaparece, pasa a un lugar especial en tu corazón. Siempre estará ahí.
- VICTOR: No lo quiero en mi corazón, lo quiero aquí conmigo.
- SUSAN: Ya lo sé. Si pudiéramos lo reviviríamos.
2.
- MR. RZYKRUSKI: Damas, caballeros. Creo que la confusión se debe a que ustedes son muy ignorantes. ¿Esa es la palabra, “ignorantes”? Quiero decir estúpidos, primitivos, no instruidos. No entienden la ciencia por eso le tienen miedo. Como un perro le teme a los rayos o a los lobos. Para ustedes la ciencia es brujería porque tienen mentes muy pequeñas. No puedo agrandar sus cabezas, pero las de sus hijos puedo partirlas y abrírselas. Esto es lo que trato de hacer, tocar sus cerebros. Gracias.
3.
- MR. RZYKRUSKI: Tú deberías ser un científico.
- VICTOR: La gente no aprecia a los científicos.
- M: Le gusta lo que les brinda la ciencia pero no las preguntas. No las preguntas que hace la ciencia.
- V: Yo tengo una pregunta.
- M: Por eso eres un científico.
- V: Estaba haciendo mi experimento, mi proyecto, y la primera vez salió perfecto, pero la segunda, no. Funcionó un poco, pero luego, no. Y no sé por qué.
- M: Quizá no lo entendiste bien la primera vez. La gente cree que la ciencia está aquí (cabeza), pero también está aquí (corazón). La primera vez, ¿te entusiasmó tu experimento?
- V: Sí.
- M: ¿Y la segunda vez?
- V: No, solo quería acabarlo.
- M: Entonces cambiaste las variables.
- V: Lo hice por una razón equivocada.
- M: La ciencia no es buena ni mala, pero la puedes usar de las dos maneras. Por eso siempre debes tener cuidado.

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado