Modelos, utopía y mentiras
En inicios de año el mismo sufrimiento y la misma receta. La causa, el mal “modelo económico”, y la receta -el cambio de modelo-. Así, opositores y despistados bordean la década con esta pesadilla y sus oscuros presagios del desastre nacional. Pero, ¿cuál es el modelo económico ideal para los antagonistas al régimen? Veamos. El modelo intenta reflejar la compleja realidad de un sistema socioeconómico; explica y justifica cómo se desenvuelven los procesos de producción y distribución de bienes y servicios. En principio, el objetivo de todo modelo es alcanzar el bienestar y no de pocos, mas, en la práctica, no funciona porque, a más de la realidad objetiva, hay otro componente subjetivo o intencionado de quién lo aplica. Por ello la importancia de identificar a los responsables de tal aplicación. Los modelos económicos son el modelo de economía planificada o dirigida, donde el Estado organiza y regula toda la actividad económica para alcanzar la igualdad social; en una etapa final el modelo se organiza y regula a sí mismo, consolida el autodesarrollo y finalmente prescinde del Estado. Parece una utopía ¿no? Lo proponen los trabajadores y sectores democráticos; por supuesto son quienes deben ejecutarlo, caso contrario fracasa. Otro es el modelo neoliberal, no exige planificación, el mercado lo regula todo. Basta liberar al mercado de la fijación de precios, control de salarios, seguridad social, barreras tributarias, etc., para alcanzar la máxima producción. La competitividad eleva al más fuerte y sepulta al débil.
Con este modelo funcionan la mayoría de países, como Grecia, España, Portugal, México, etc. del que reniegan la mayoría de sus ciudadanos. Se trata de un modelo con rotundo fracaso porque empobrece a la mayoría de clase sociales. Los gestores son las transnacionales y organismos multilaterales como el FMI, BM, amparados por los EE.UU. Lo aplican, como ya sabemos, burgueses y oligarcas. ¿Y cómo logra este modelo tener cabida en los electores? Por las mentiras. Resta mencionar el modelo mixto, que toma elementos de los dos anteriores. Puede inclinarse por un proyecto de desarrollo justo y solidario si incorpora urgentes demandas de los sectores populares históricamente olvidados, es el caso ecuatoriano y algunos países de América Latina. Por ello, el agresivo desprestigio a este modelo por parte de los capitalistas neoliberales. ¿Qué modelo prefieren?
Rodrigo Proaño C.