Ecuador / Miércoles, 24 Septiembre 2025

Millonario ejemplo

Parece mentira, pero es una curiosa realidad que un grupo de millonarios hacen noticia que de acuerdo al cable internacional se difunde, en el sentido que unos 40 excesivos ricos de Nueva York le piden al Gobierno que les aumenten los impuestos a ellos, para ser un poco más justos y equitativos con la sociedad a la cual se deben. Esto es una bofetada para nuestros millonarios criollos, que solo piensan no solo en mantener sino en acrecentar sus riquezas y, lejos de compartir, siempre existe el lamento con la letanía de la ‘carestía de la vida’ y de protestar per se por los impuestos, los cuales ya se constituyen como una meta y arte para evadirlos, sin lograr entender y mucho menos sentir que los impuestos son la razón de ser para el sostén y mantenimiento de la obra pública. El hacer, mantener y servir es la praxis de la función pública en las obras y sus instituciones; de allí que, curiosamente, muchos se afanan en querer ser gobernantes, en crear partidos, resucitar y refundar a otros. Es como una fiebre y loco afán por llegar al poder político, pero no para servir a la ciudadanía, sino para servirse de ella. Recuerdo el anuncio clasificado en un pequeño poblado de la China: ‘Se necesita alcalde’, y nadie acudía a ese llamado, porque sencillamente, si no cumplía con su programa de trabajo, y peor si hurtaba, el castigo era el fusilamiento. Aquí en nuestro querido Ecuador, por el contrario, todos quieren ser autoridades, gobernantes o asambleístas, con o sin méritos, pues eso es como sacarse la lotería.

La meta es llegar ser ‘elegido’, lo que equivale a un ser privilegiado con todas las prebendas, aparte del buen sueldo, como viáticos, viajes, consabidas influencias; incluso nuestros millonarios criollos también quieren, lejos de dedicarse a sus lucrativos negocios, incursionar a la política para completar su poder (económico y político). Pero todavía no se ve a nuestros millonarios empresarios, hacendados, banqueros, etc., que pidan que les aumenten los impuestos. Al menos que hagan alguna buena obra a favor de la sociedad. Cabe resaltar como una honrosa excepción la de un filántropo guayaquileño que donó una gran suma de dinero para que se construya la nueva maternidad que llevará el nombre de su señora madre.

Aquí -aparentemente- no hay millonarios solidarios, parece que están ocupados en sus riquezas o en ser políticos. Hasta el cantautor Arjona da el ejemplo de regalar una escuela a su país, con el fruto de su trabajo: cantar. Aquí los millonarios no cantan, lloran y reclaman, quieren ser políticos y no son solidarios. Espero equivocarme, pero al menos todos tenemos el ejemplo de los millonarios solidarios de Nueva York.

Ab. Fernando Coello Navarro