“Es una carrera contrarreloj”
Los niños están pagando el precio más alto por un conflicto que no han provocado. Han sido asesinados o mutilados en todo el país, y ya no están seguros en ningún lugar de Yemen. Incluso jugar o dormir se ha vuelto peligroso.
A medida que la guerra se intensifica, el reclutamiento y uso de niños en los combates sigue aumentando. Los niños están adoptando papeles mucho más activos, como operar en puestos de control y llevar armas. El año pasado Unicef confirmó 848 casos de niños reclutados para el combate, algunos de solo diez años.
Además de las muertes producidas por el impacto directo de la guerra, Unicef estima que cerca de 10.000 niños menores de 5 años murieron el año pasado por enfermedades prevenibles, ya que servicios sanitarios básicos, como la vacunación o los tratamientos contra la diarrea y la neumonía, entre otros, han disminuido.
Necesitamos agilizar la distribución de ayuda humanitaria y continuar salvando vidas y los sueños de los niños de crecer, tener una educación y formar sus propias familias.
Julien Harneis
Representante de Unicef en Yemen