El Telégrafo
Ecuador / Domingo, 07 de Septiembre de 2025

La niñez y la adolescencia del pasado y del presente

Según la retórica de nuestros padres, tenían muy presente los mejores consejos para sus descendientes, niños y adolescentes. En aquel tiempo eran tradicionales los principios y valores, estaban al día para dirigirlos por los mejores caminos, donde existía el saludo - que por el momento ha disminuido un 85 % aproximadamente - muy pocos saludan o dicen por favor, tenga la bondad, disculpe, gracias. Respetar al semejante, ser solidario, no mentir, cuidar la propiedad ajena y muchas expresiones más, que estaban ligadas a los mejores espacios culturales, donde nuestros maestros nos castigaban por mal comportamiento o rendimiento en clases, son detalles que se han ido perdiendo a través de los años, junto con los valores y principios, fundamentales en nuestra sociedad, ya que eran el estandarte en los mejores términos, para poder guiar a nuestros hijos en aquel tiempo, donde el mejor sicólogo era “el látigo”, fue de esa manera que se formaron ilustres profesionales.

Me parece que esa época, el ser sicólogo era un mal negocio y ahora creo que es muy rentable pues cada vez hay más casos patéticos; un ejemplo: un profesor mira mal o amonesta a un alumno, automáticamente este queda traumado, por tal motivo tiene que acudir a tratamiento. Nadie ha logrado jamás un triunfo sobresaliente sin bases, sin aplicar el principio creativo; ninguna mente es completa en sí misma, pero el tiempo ha cambiado de una manera exagerada y de forma global, esto nos da tiempo para pensar o recordar antaño donde existían la moral, cívica y urbanidad, asignaturas que hoy por hoy ya ni se estudian.

Nuestros niños y adolescentes se han perjudicado en su formación y se   desvían constantemente por caminos equivocados como la drogadicción.

Ahora las buenas costumbres no se dan, porque los padres cambiaron su rol de progenitores y lo reemplazaron por el internet; ahí nuestros hijos consultan todo; esto ha cambiado a muchos, porque los menores se olvidan de hacer trabajar sus neuronas, que están vírgenes y dormidas, no piensan ni razonan, solo actúan a través de la red. Creo que hay un camino equivocado en ciertas cosas, con esto no quiero decir que todo está mal, sino que hay que rescatar elementos que se han perdido; empecemos reconociendo que necesitamos un cambio urgente. Quiero aclarar, para que no haya malos entendidos, que hablo de todos los problemas comunes, de todos los hogares y la humanidad en general, situaciones que tienen una matiz global, y que aún no hay un Estado que lo pueda resolver. Busquemos una solución inmediata, porque esto no da tiempo para pensar que solo hay que actuar, sino ratificar y guiar a nuestros hijos al buen vivir y a una formación integral, ellos son el presente y futuro del país.

La niñez debe formarse hoy, mañana y siempre con guía de sus progenitores porque la mejor escuela empieza en el hogar; el punto de partida para el desarrollo de la inteligencia debe consistir en establecer actitudes positivas. Para llegar al éxito no se lo hace relacionándolo con lo que los demás pueden decir, hacer o lograr, es el grado que se utiliza como el potencial que posee cada uno, el éxito no se debe merecer o ganar, es más bien un derecho inherente a una responsabilidad, al valor de las actividades intelectuales dentro de su familia.

La nueva generación después de la nuestra quizá sea peor, por lo que hay que cambiar de actitud en forma generalizada porque todos tenemos el mismo derecho a triunfar; recuerden que cualquier momento es bueno para comenzar y ninguno debe ser considerado terrible como para claudicar. (O)