Esa parte de la niñez que todos vivimos con nuestros juguetes más queridos, esos que nos traen muchos recuerdos llenos de alegría y que, seguramente, guardaremos por siempre en nuestros corazones.

La inocencia mezclada con las películas de Pixar hizo que más de un niño creyera que sus juguetes en realidad tenían vida propia, quizás tú también te ocultaste alguna vez para verlos hablar o moverse, como pasaba en Toy Story con Woody, Buzz Lightyear o el Sr. y la Sra. papa.

La primera parte de Toy Story se estrenó en 1995, fue el primer largometraje de Pixar y la primera película animada hecha totalmente con efectos digitales, convirtiéndose en la película más taquillera en el primer fin de semana después del estreno en EE.UU. y Canadá.

Y aunque ahora ya es muy natural la tecnología usada en la gran pantalla, hace 24 años era el inicio de una nueva era en la historia del cine, con la innovación de apostar más por la animación, logrando influir también en otras industrias, como la de videojuegos, robótica etc.

Con cada estreno de la saga infantil, no solo veíamos cómo crecía Andy y las nuevas etapas a las que se enfrentaba, sino que también nosotros crecíamos con él, dejando de lado también nuestros juguetes más preciados para vivir nuevos retos.

La amistad y la hermandad muy presentes que de una u otra forma hizo que nos sintamos identificados. Y por supuesto las aventuras que juntos vivimos con cada personaje, demostrándonos que todos tenemos una historia que contar y que de nosotros depende cómo se sigue escribiendo.

¡Llegó Toy Story 4 a los cines! Un estreno que llena de emoción a aquellos que crecimos con las películas, y al igual que Andy nos convertimos en adultos y, por supuesto, sin olvidar a las nuevas generaciones que nacieron en esta época tecnológica que podrán vivir y sentir esta historia que comenzó hace más de dos décadas. ¡Y pensar que todo se inició con una historia de juguetes!

Samantha Jijón Gagliardo