Queridos hermanos:
Sin duda todos estamos dolidos por esta situación catastrófica que nos está tocando vivir como país. Estamos de luto, consternados, tristes y muchos desesperados por las condiciones en las que nuestros parientes o amigos están sufriendo; por eso es muy alentador que la respuesta de la ciudadanía no se hizo esperar.
Es maravilloso ver cómo se viven las palabras del papa Francisco que nos dijo: “El amor es más fuerte que la muerte (...) y si nos dejamos sostener por esta fe, la experiencia de luto puede generar una fuerte solidaridad de lazos familiares”.
Y para seguir, debemos pensar en las acciones estratégicas que debemos considerar para continuar en este camino de reconstrucción. Primero, para continuar con esta impresionante y abrumadora actitud solidaria, CONFIEMOS, debemos afianzar nuestros lazos de confianza en las estructuras que conforman nuestra sociedad, más allá de nuestras ideologías, debemos confiar y juntar nuestros aportes a los canales de distribución gubernamental o parroquial. Sin duda, todos queremos vivir la sensación de ayudar a nuestros hermanos y estar en contacto con ellos, pero la disciplina y organización son también parte de la ayuda que requiere este inmenso desastre que vivimos.
Segundo, COMPARTAMOS PAZ, es importante que nos comprometamos a revisar la información que compartimos en redes sociales, pues muchas de ellas son sensacionalistas, irrespetuosas con el dolor y falsas. No seamos parte de este mal uso de la tecnología, que bien encaminada, nos ha brindado herramientas de comunicación, movilización y rescate. Tercero, ESCUCHEMOS las reales necesidades de nuestros hermanos, seamos disciplinados para que nuestra ayuda sea efectiva y oportuna, es el momento de compartir lo que tal vez nos falta. Tomemos aliento, pues las necesidades continuarán por una larga temporada y ellos seguirán necesitando la ayuda de todos. Callemos nuestros egos para escuchar y dar a través de los canales oficiales lo que necesitan nuestros hermanos, no lo que nosotros consideremos necesario. Cuarto, APOYEMOS EN LA RECONSTRUCCIÓN. Las ayudas entregadas son importantes y urgentes, sin embargo, para la reconstrucción de hogares, reorganización de las familias y de todo su ecosistema social como ciudad, necesitarán tiempo, paciencia y dinero. Por eso debemos estar dispuestos a seguir unidos apoyando todas las medidas que como sociedad se deben emprender para ayudar. Necesitamos depositar confianza en cada uno de los que lideran estas acciones, aunque no sean de nuestro agrado o no compartamos la misma ideología, debemos estar unidos y apoyar en esta etapa, donde el agua, el repelente y las medicinas no son suficientes para devolver a una sociedad su sustento afectivo y económico.
Como ciudadana que trabaja día a día para solventar los gastos diarios de su familia, conformada por tres maravillosos hijos, sin duda las medidas económicas para ayudar a nuestros hermanos afectados me significarán un incremento en mis gastos, pero también significarán que continuaré ayudando con ese granito de arena, cada vez que realice transacciones y pague IVA, y a través del descuento de apenas un día de mi sueldo.
Ánimo y sigamos juntos, aunque pensemos diferente.
Marcela
