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La impunidad y el dolor, el punto común de protesta
Han transcurrido 25 años y el país no olvida el cruel asesinato de los hermanos Carlos Santiago y Pedro Andrés Restrepo, detenidos y posteriormente desaparecidos supuestamente por miembros de la Policía. El drama que vivió y vive la familia Restrepo Arismendi -que lucha porque no se olvide este crimen calificado de Estado-, es similar al de decenas de casos que denuncian violación a los derechos humanos, ejecuciones extrajudiciales, malas prácticas médicas o torturas.
Los exteriores del emblemático Palacio de Justicia, en el centro de Guayaquil, son el picentro de varios testimonios de estos casos que amenazan con quedar en la impunidad, por lo que es común ver a los activistas en manifestaciones, plantones y marchas en busca de una justicia verdadera Hace más de 18 años, la vida de Liduvina Peñafiel dejó de ser considerada normal.
Era la época de 1995 cuando recibió la noticia de que su pequeño hijo Carlitos Mora había ido contagiado con VIH/Sida, producto de una mala práctica médica en la Clínica Garcés.
Así comenzó el calvario de lo que es pedir justicia y no obtenerla, hasta hoy.