Está por cumplirse el segundo año en el que se celebrará el Día Internacional del Yoga, y en nuestro país se realizarán diversas actividades con este motivo, en los que se invita a la comunidad a participar.

Pero, a pesar de que es una práctica cada vez más conocida, aún hay muchos que se preguntan ¿qué es el yoga?, ¿dónde y cómo se practica?, ¿cuáles son los beneficios de hacer yoga?, y ¿por qué se celebra?

Este día tiene como objetivo que la gente tome conciencia de los beneficios de esta práctica.

Por medio de la Resolución 69/131 del 11 de diciembre del 2014 la Asamblea General de las Naciones Unidas  proclamó el 21 de junio como el Día Internacional del Yoga. De esta forma “la Asamblea General reconoció los beneficios holísticos de esta práctica atemporal y su compatibilidad inherente con los principios y valores de las Naciones Unidas”.

Con motivo de esta proclama, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, declaró: “El yoga ofrece un medio sencillo e incluyente para promover la salud y el bienestar físicos y espirituales. Este ejercicio no discrimina; en diversos grados, todas las personas pueden practicarlo, independientemente de su fuerza, edad o capacidades relativas. […] Los invito, en ocasión de este primer día internacional del yoga, a apreciar los beneficios de esta destreza en lo que respecta al bienestar individual y a nuestro esfuerzo colectivo para mejorar la salud pública, promover relaciones pacíficas y auspiciar una vida digna para todos.”

La India propuso el proyecto de resolución para crear este día y recibió el apoyo de 175 Estados miembros.

Según el primer ministro Indio Narendra Modi, en su discurso pronunciado en la 69 sesión de la Asamblea General, “el yoga representa la unidad de la mente y el cuerpo, el pensamiento y la acción. No se trata solo de una compilación de ejercicios, se trata de una manera de descubrir el sentido de identidad de uno mismo, el mundo y la naturaleza”.

La palabra yoga es un término de origen sánscrito que puede traducirse como “unión”, y se refiere a una disciplina física y mental que se originó en el valle del Indo, en la India, se cree que alrededor de unos 4.500 a.c. Su objetivo es lograr el equilibrio entre cuerpo y mente como camino para alcanzar la iluminación y la unión con el Todo Absoluto.

Su principal teorizador fue Patanjali, autor del Yoga-sutra, texto compuesto fundamentalmente por aforismos sobre el yoga.

Pero, ¿cómo llega el yoga a occidente? La India fue colonia del Imperio británico y fue en principio por medio de esta relación que occidente entra en contacto con esta experiencia y sus beneficios.

Por otra parte, Paramahansa Yogananda, un Yogui (Maestro) indio que es considerado como uno de los pioneros en difundir el yoga en occidente, se mudó de India a EE.UU. en 1920 y fundó ese mismo año la sociedad Self-Realization Fellowship, con el fin de enseñar Kriya yoga. Fue tal la magnitud del impacto de sus enseñanzas, que llegó a influenciar profundamente a grandes personalidades del siglo XX como Steve Jobs y George Harrison. Desde entonces el yoga se ha difundido ampliamente y actualmente es una práctica cada vez más popular.

Existen varios sistemas de yoga. Entre los más practicados en occidente vale destacar cuatro: el Hatha yoga que se realiza a través de asanas (posturas) que energizan el cuerpo. También se practica el control respiratorio, mantras (sonidos que armonizan y calman la mente), mudras (gestos con las manos que movilizan energía y aquietan la mente) y meditación (aquietar la mente a través de su observación); el Kundalini yoga que se centra en el despertar de la energía kundalini, que se encuentra en la base de la columna vertebral y que, a través de prácticas de asanas, pranayama (movilizar energía a través de la respiración), mantras y mudras se busca que dicha energía ascienda por la columna disolviendo cualquier bloqueo; el Bhakti yoga que busca la unión con Dios a través de la devoción, pureza y conducta correcta; y el Raja yoga que es la unión con el Todopoderoso a través de una mente libre de pensamientos. Se utiliza básicamente la meditación, concentración y visualización.

Existen estudios científicos que avalan los beneficios de una práctica constante de yoga. En noviembre del 2013, científicos del instituto Benson-Henry del Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos, determinaron, después de 5 años de estudios, que practicarlo influye en los genes y ayuda a prevenir enfermedades que son producto del estrés, ya que según los expertos “las denominadas técnicas mente-cuerpo activan los genes vinculados al sistema inmune, lo que produce un efecto biológico que incide positivamente en la salud del organismo y el cerebro”. La investigación concluyó que las “prácticas de meditación, como el yoga, pueden mejorar la expresión genética vinculada con el metabolismo, la secreción de insulina, la respuesta inflamatoria y el estrés.”

Según John Denninger, quien es parte del instituto, los resultados de sus investigaciones podrían llevar a los médicos a replantearse el uso de métodos alternativos para hacer frente a enfermedades producto del estrés, desde la hipertensión o depresión hasta el proceso de envejecer. Denninger afirmó que “hay un efecto biológico real”, al concluir que “los procesos (que se producen) cuando se medita tienen efectos en todo el cuerpo, y no solo en el cerebro”.

Por otra parte, la ganadora del premio Nobel, Elizabeth Blackburn junto con científicos de la Universidad de California, demostraron que 12 minutos de meditación al día, durante 8 semanas, aumenta la actividad de la enzima  telomerasa en un 43%, lo que sugiere que esta práctica tendría un efecto positivo para contrarrestar en el ser humano el proceso de envejecimiento inducido por el estrés.

Podríamos concluir entonces, basados en los antecedentes expuestos, que el yoga es una disciplina que además contempla el aspecto mental y espiritual de las personas, y que su práctica puede ayudarnos a llevar una vida más saludable, plena y feliz. (I)