Dormido hace más de un siglo, el volcán Cotopaxi asombra nuevamente con su último despertar. El pasado 14 de agosto una serie de explosiones y las emanaciones de cenizas preocuparon a la población aledaña del Cotopaxi y también a los habitantes en general de Ecuador. El Cotopaxi es el volcán activo más alto del mundo, a 5.897 metros sobre el nivel del mar.

Si bien es cierto que por momentos los ciudadanos fueron invadidos por antiguos temores, que como las cenizas volcánicas nublan la mente y el corazón, lo serio del tema obliga a recobrar la serenidad para enfrentar la situación de la mejor manera.

Es común escuchar comentarios de la última erupción del coloso en 1877. No obstante, esta actividad volcánica fue parte de un ciclo que se extendió entre 1877 y 1880. Análogamente, la actividad del Cotopaxi en los últimos días es parte de un ciclo mayor que se inició el pasado abril y se desconoce cuándo terminará.

Sin embargo, una gran diferencia hay entre la actualidad y 100 años atrás: desde el mismo momento del reinicio eruptivo, en abril pasado, las instituciones encargadas del monitoreo, seguridad y gestión de riesgos de Ecuador inmediatamente supervisaron la situación y elaboraron planes de contingencia para prevenir cualquier emergencia. Con estas condiciones y ventajas no contaron los pobladores de Ecuador en el siglo XIX.

El decreto

Cuando se produjeron las primeras explosiones en el Cotopaxi, las cuales provocaron una mayor apertura del conducto del volcán y que son señales comunes en la etapa de su reactivación eruptiva, el Gobierno estableció, mediante el Decreto Ejecutivo N° 755, el Estado de Excepción en el territorio nacional, a partir del 15 de agosto de 2015. Con este documento oficial se autoriza al Ministerio de Finanzas para que todos los recursos financieros de cualquier sector, excepto los destinados a los servicios de educación y salud, puedan ser movilizados para atender la emergencia.

Este decreto estará vigente 60 días y se prolongará 30 días más si la situación de alerta continúa. Y establece que el único canal oficial para informar sobre el proceso eruptivo del volcán es el Ministerio Coordinador de Seguridad.

La decisión de centralizar la información es una condición indispensable en estos casos de emergencia y es necesaria para evitar la propagación de rumores, alarmas y desinformación malintencionada que podría provocar una situación de nerviosismo en la población.

Se puede obtener información oficial ingresando a las páginas web: www.gestionderiesgos.gob.ec y www.volcancotopaxi.com -sitio creado para un acceso ágil y directo a las indicaciones oficiales- o a la cuenta de Twitter: @Seguridad_Ec, en la cual se publican continuamente datos sobre la actividad del volcán.

¿Qué debemos hacer?

Para que la población tenga conocimiento de la situación eruptiva del Cotopaxi se estableció un sistema de alerta basado en colores, similar a una semaforización, que determina el nivel de la aproximación de una posible erupción.

Una vez que se incrementó la actividad del volcán se declaró la alerta amarilla, que se considera un período de preparación para actualizar los planes de contingencia, verificar los sitios seguros, preparar albergues, divulgar las rutas de evacuación e incrementar la preparación y capacitación de la población.

La institución encargada de activar o modificar un estado de alerta es la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) y la divulgación de estos estados se hace mediante los boletines oficiales que publica el Ministerio Coordinador de Seguridad.

Es importante que en los hogares ubicados en zonas de riesgo se elaboren planes familiares, que son el conjunto de actividades que se realizan para reducir la exposición a los riesgos derivados de la actividad del volcán.

El plan familiar determina si el lugar en donde se habita está expuesto a amenazas naturales y considerar si el tipo de construcción de la vivienda puede resistir los sismos, los vientos, las inundaciones y los deslizamientos.

En la casa es importante tener una reserva de alimentos y agua para emergencias, además una mochila con linterna con pilas, radio a pilas, cobertores, velas, fósforos, un botiquín con suero fisiológico, alcohol, curitas, algodón, medicamentos y una reserva moderada de alimentos no perecibles.

La evacuación es tal vez uno de los momentos más delicados para la familia, por lo que de ser necesaria se debe siempre mantener la calma y ser ordenados.

Los ciudadanos deben conocer la ruta de evacuación que se tomará y ubicar con anticipación los puntos seguros más cercanos a sus viviendas.

Es primordial que los habitantes de las zonas de riesgo participen en simulacros para comprobar con anticipación si las acciones de preparación son eficientes y corregir la situación para una mejor respuesta en caso de una eventual emergencia.

En el caso de caída de ceniza se debe tener una mascarilla o un pañuelo humedecido, gorra, gafas y ropa que cubra el cuerpo, conservar la calma y procurar estar dentro de un lugar seguro, bajo techo.

La ceniza puede ingresar por las aberturas a la casa, por lo que es importante cerrar puertas y colocar telas húmedas en las rejillas. Al limpiar los techos hay que tomar las precauciones necesarias para evitar accidentes.

Las mascotas son parte de la familia y se debe protegerlas con telas gruesas. Si están a la intemperie cubrir sus alimentos y evitar que les caiga ceniza.

En caso de estar en la calle evitar conducir porque la ceniza obstruye la visibilidad, además la circulación de los vehículos puede levantar la que se encuentra en las vías.

Un adecuado manejo de la situación es responsabilidad de todos y de todas. En el caso de una erupción del Cotopaxi, todo el país debería demostrar su solidaridad y apoyo a las personas afectadas.

Se recomienda a las personas que permanezcan atentas a la evolución de la actividad del volcán y seguir las instrucciones de las autoridades. (I)