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El Telégrafo
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Los perros también se suben a la caminadora (Galería)

Fotos: Andrés Darquea
Fotos: Andrés Darquea
05 de octubre de 2014 - 00:00

Vodka, una bóxer de 8 años, es una perra con suerte. Todas las mañanas, a las 08:00, una buseta la recoge por la puerta de la casa y la lleva al gimnasio. En el vehículo, ocupa una de las jaulas diseñadas para los canes. Adentro el bullicio es ensordecedor. Su dueña la sigue con la mirada hasta que el bus se pierde de vista. Sus dueños la inscribieron hace 3 años en este sitio concebido para ejercitarlos y mantenerlos en forma. Fue una decisión acertada, porque en el gimnasio gasta todas sus energías. Ya no destruye los muebles ni la ropa. Además era una perra que se tornaba agresiva con personas desconocidas y con otros canes que se le aproximaban.

Antes de ingresar al gimnasio, Vodka no salía a pasear con frecuencia. El horario de trabajo de María Fernanda Kusanovic, su dueña, no lo permitía. Aunque tiene un patio amplio y recibe los mimos de toda la familia, era una perra estresada, poco sociable y con mucha energía acumulada. Al poco tiempo, se convirtió en un problema. El ritmo de vida actual obliga los paseos diarios con las mascotas. Para muchos, de hecho, es casi una misión imposible. Es precisamente para estos casos, que comenzaron a surgir los gimnasios caninos en el mundo y Ecuador no es la excepción. Hace 3 años, se inauguró un gimnasio con caminadoras, una piscina cubierta con agua temperada, área de socialización, pista de obstáculos y espacios para descansar.

La banda caminadora, por ejemplo, refuerza el ejercicio cardiovascular y mejora la postura y el movimiento de los perros. Al nadar se queman calorías, se tonifican los músculos y los canes adquieren un mejor cuerpo. Además, está comprobado que este ejercicio también es recomendable para postoperatorios o después de una fractura para recuperar el movimiento de los animales.

En realidad, estos sitios no son un capricho que responde a una tendencia por humanizar a los animales, sino lugares que están pensados para mejorar la relación entre ellos y sus amos. Hoy en día, hay muchos perros, grandes y chicos, encerrados en apartamentos y amos que tienen poco tiempo para sacarlos de paseo. También hay razas muy activas que requieren ejercicio, así como razas pesadas, por ejemplo, el bullmastiff. Según el veterinario Rubén Morejón, la rutina de ejercicio depende de la edad que tiene el perro.

Los más jóvenes y de razas pequeñas requieren más actividad que un perro adulto o uno viejo de raza grande. Todo depende de la raza del perro: un labrador o un golden retriever requieren altos niveles de actividad física. Pero a los perros de compañía no siempre les agrada el ejercicio; se conforman con estar sentados junto a su propietario. Sin importar la raza, la actividad física en los canes es muy importante. Rubén Morejón recomienda que esta sea de mínimo 30 minutos diarios. Solo por orden médica, por problemas cardíacos, respiratorios o por alguna malformación están exentos del ejercicio.

Es común escuchar que un perro encerrado es un perro estresado. Y es que no solo se enferman físicamente sino también psicológicamente. Está comprobado que se vuelven agresivos, cohibidos y ermitaños.

A Vodka el gimnasio le cayó como anillo al dedo. Ahora es sociable, juguetona y cariñosa. No duda en lanzarse al agua para atrapar sus juguetes o subir a la banda caminadora para mejorar su resistencia física. Aunque Ingrid Dávalos, propietaria del gimnasio The Blue Kangaroo, asegura que lo más recomendable es que los perros grandes estén separados de los pequeños, hay muchos canes de menor tamaño que no tienen empacho en molestar a los grandes. “Los más chiquitos no miden su tamaño y provocan a los otros, hasta que ellos reaccionan y son los pequeños los que salen mal heridos”. Por eso cada grupo tiene su espacio. En el gimnasio los perros juegan y se distraen, aprenden a convivir con otros de su especie y, sobre todo, mejorar su salud. El ejercicio continuo evita que los canes puedan sufrir en algún momento de exceso de peso, lo cual puede provocar problemas respiratorios y desiquilibrios hormonales.

Tips:

Un perro que hace ejercicio tendrá un peso corporal adecuado y evitará el sobrepeso.

Si tu mascota se somete a entrenamiento por primera vez, es recomendable que empiece con una rutina que aumente gradualmente para no causarle lesiones musculares como contracturas o lesiones de tipo óseo. Si empiezan con ejercicios fuertes le causaremos dolor muscular y desarrollará miedo a la actividad física. Cinco o 10 minutos para comenzar está bien, poco a poco aumenta el tiempo por semana, hasta llegar a por lo menos 30 minutos diarios.

La alimentación depende del grado de actividad que realice el can. Si realiza una actividad física elevada necesita alimento hipercalórico porque quema más calorías de las que necesita para su mantenimiento. Tome en cuenta que si no realiza suficiente actividad física para las calorías que ingiere empezará a engordar. Acompañe a su perro y realicen ejercicio juntos.

Rubén Morejón

Veterinario

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