Ecuador, 20 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Comidas de película

Escena lde la película Ratatouille
Escena lde la película Ratatouille
10 de mayo de 2015 - 00:00 - María Pessina

Hombres, mujeres e ingredientes culinarios conforman el hilo conductor de cualquier historia y en el cine ninguno de estos actores se escapa de la mirada de los espectadores.

Entre la realidad y la ficción existen platos que han protagonizado relatos suculentos, los cuales deberían obtener un premio o aparecer en los créditos de un filme por su ingenio.

Hay miles de películas en cuyos encuadres aparecen platillos sabrosos y que, en ocasiones, asumen roles seductores, misteriosos y tenebrosos. Por ejemplo, una simple manzana puso a dormir a una futura princesa, o, en el peor de los casos, fue la clave para gestar el pecado en el mundo de los católicos. Sin embargo, la gastronomía define la raza, la clase, la condición económica y las relaciones sociales.

Dime qué comes y te diré cómo vives, podría ser el dicho que describa la filosofía social de un individuo. Pero en el cine todo es más esplendoroso y, cuando se conjugan sus ingredientes, la comida tiene un sabor especial. También hay componentes que están pensados para tramar y contar historias y otros detalles menos vistosos.

Un gazpacho al rojo vivo

Uno de los platos en 35 mm que conquistó mis recuerdos es, sin duda, el gazpacho, del filme Mujeres al borde de un ataque de nervios, del cineasta español Pedro Almodóvar. La cinta no solo es de uno de mis directores favoritos, sino que ese primer guiso tiene un papel indispensable en la historia. Mujeres al borde de un ataque de nervios ganó el premio Goya a la mejor película en 1988.

El gazpacho es un protagonista más de la película Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios del director español Pedro Almodóvar.

El filme relata la vida de Pepa e Iván, quienes se dedican profesionalmente al doblaje de películas y son pareja hasta cierto momento de la cinta. Cuando Iván termina su relación con Pepa, ella descubre que está embarazada. Durante el desarrollo de la película intenta decirle su estado, pero se encuentra con otros enredos. De allí se desprenden algunos encuentros con amigas, exparejas de Iván, una abogada feminista y policías; además suceden eventos divertidos. De repente aparece el gazpacho que es bebido por 2 policías que llegan a la casa de Pepa para interrogarla. Los uniformados caen rendidos, ya que entre los ingredientes sorpresa de este plato están unos somníferos.

Luego, gracias a una exnovia de Iván, el gazpacho termina en la cara de Pepa, interpretado por la actriz española Carmen Maura.

El gazpacho es una sopa fría que se prepara con aceite de oliva, vinagre y hortalizas crudas, como el tomate, pepino, pimiento, cebolla y ajo. Es ideal en épocas calurosas, como el verano. Es un alimento muy preciado en esta época del año por su poder refrescante e hidratante, pero además es un alimento muy completo. Su color varía desde el anaranjado pálido al rojo, según se empleen tomates más o menos maduros.

Ratatouille familiar

Otro de los momentos cinematográfico gourmet es el que conmueve al crítico Anton, en la película animada Ratatouille, que fue considerada una de las mejores cintas sobre gastronomía.

La película narra la historia de una rata que quiere ser chef y hace un acuerdo con el hijo de uno de los cocineros más prestigiosos de París. La cinta ganó el Óscar a la mejor película de animación, entre otros premios.

Aunque en toda la película desfilan varios platillos, uno de los mejores es el ratatouille. Esta especialidad es originaria de Niza, y se elaborada con diferentes hortalizas.

Al igual que el gazpacho, es un plato vegetariano y se guisa con aceite de oliva y hortalizas. Entre sus ingredientes están tomates, pimientos, cebollas, ajo, calabacín, berenjenas e hinojo. Además, lleva romero, albahaca, orégano, tomillo, las famosas hierbas provenzales. Se puede servir acompañado de pan, croutons, arroz, cuscús, papas o con carnes o pescados. En el filme, el plato transporta al reconocido crítico culinario Anton, a los sabores de su infancia a la cocina de su madre.

Anton es un crítico gastronómico severo y extremadamente exigente, que con una sola mala reseña en el periódico puede llevar un restaurante a la bancarrota.

El refugio que deleita

El banquete fílmico, a mi juicio, se lo lleva La fiesta de Babette, que no solamente es una película en la que la actividad culinaria produce todo tipo de sensaciones. Se preparan carnes, pasteles, sopas, postres, etc.

Este filme danés (1987) fue escrito y dirigido por Gabriel Axel. Se basa en el relato de la escritora Isak Dinesen autora de Memorias de África. La cinta narra la historia de una refugiada francesa, Babette, quien, huyendo de Francia durante la represión de la Comuna de París, llega en 1871, a un pueblo en Dinamarca.

Allí encuentra trabajo como empleada y cocinera en la casa de 2 ancianas solteras, hijas de un pastor. En esta casa vivió 14 años hasta que un día gana una rifa, y pide permiso para preparar una cena de celebración del centenario del pastor.

La fiesta de Babette es una metáfora hacia la fraternidad, es un homenaje al sentido social y humano que se esconde detrás de algo en apariencia tan material como la gastronomía, el noble oficio de cocinar.

Babette transforma la comida en un arte y eso lo vemos en cada escena. Ella enseñó a comer decentemente a un pueblo sumergido en la miseria y culinariamente analfabeto. Esta producción muestra el lado amable de cocinar que es el de compartir sabores y dar felicidad, a través del gusto.

Esta película fue, sin duda, un hito de la cinematografía, porque ilustró el alto grado de refinamiento alcanzado en la alta cocina francesa de finales del siglo XIX, que se convirtió en la cocina hegemónica de Occidente.

La sociedad y la miseria del lujo

El ángel exterminador es una de las grandes producciones del director Luis Buñuel. Se desarrolla en la ciudad de México y describe la velada de un grupo de burgueses que fue invitado a cenar en la mansión de los Nóbile después de asistir a la ópera. En un momento, los sirvientes y los cocineros comienzan a sentir fuertes deseos de abandonar la mansión y lo hacen.

Luego de la cena los presentes no pueden salir de la habitación, algo los detiene y no saben qué es lo que les impide hacerlo. Pasan los días, y la comida y la bebida que abundaban comienzan a escasear. Los burgueses enferman, la basura se acumula, todo se deteriora: las relaciones y las buenas costumbres, y aflora el instinto animal.

Aunque la película comienza con una escena de opulencia, la protagonista que se destaca luego, es la hambruna. Aquí la receta es otra, cómo lo excesivo se desvanece.

Buñuel incorporó en muchas de sus películas secuencias gastronómicas, por ejemplo, en Viridiana (1961) en la que se muestra una estupenda cena que satisface a varias personas de escasos recursos.

En la película El discreto encanto de la burguesía (1972) también se hace referencia a la comida. La trama gira en torno a una pareja que ha sido invitada a una cena, pero Monsieur Sénechal, el protagonista, se confunde, va a otra cita y termina en un restaurante cercano, pero al llegar se da cuenta que el dueño del lugar ha muerto.

Luego lo real y lo onírico juegan un papel en el filme; y en varias secuencias sus personajes sufren una serie de interrupciones que les impide comer.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media