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El Telégrafo
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En esta temporada el atleta competirá en 2 campeonatos sudamericanos en las categorías sénior y juvenil

Río 2016 es la obsesión de José Pacho

El atleta esmeraldeño José Pacho (centro) ensaya un salto durante sus prácticas en la pista de Los Chasquis. Foto: Carina Acosta
El atleta esmeraldeño José Pacho (centro) ensaya un salto durante sus prácticas en la pista de Los Chasquis. Foto: Carina Acosta
12 de febrero de 2015 - 00:00 - Redacción Fanático

La medalla de oro iberoamericana que obtuvo en agosto pasado le permitió al garrochista de Quinindé (Esmeraldas), José Pacho, alcanzar su cupo para los Juegos Panamericanos que se desarrollarán en julio en Toronto, Canadá.  

En esa competición, en Sao Paulo (Brasil), registró 5,20 metros en el salto con pértiga y superó con holgura el registro de 5 metros que necesitaba para conseguir el boleto a los Panamericanos.  

Será su primera experiencia en este evento que reunirá a 41 países de América y el Caribe. “Veo que todo mi esfuerzo está rindiendo frutos. Algunos lo hacen por diversión o pasatiempo, pero yo me dediqué a este deporte porque quiero ser profesional”, dijo con seguridad durante un entrenamiento en la pista de Los Chasquis en La Vicentina en el centro-norte de la Capital.   

Y justamente los 5,20 metros que registró sin derribar la barra se mantienen como récord nacional en esta disciplina atlética.

Los 4 años que lleva practicando el salto de altura los toma como un ‘ciclo olímpico’ que culminará con su pelea por un puesto para los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Además de los Panamericanos,  el esmeraldeño de 19 años mostrará sus habilidades en el Sudamericano Sénior, el Sudamericano Juvenil -que será en Cuenca- y el Panamericano Juvenil, también en Toronto.

En todos estos eventos intentará poner la marca para clasificar al Mundial de Atletismo en Pekín, China, este agosto y los Juegos Olímpicos de Brasil.

Y va por buen camino. A inicios de febrero, durante una práctica en Los Chasquis, alcanzó la marca de los 5,40 metros con una banda elástica en la parte alta en lugar de una barra. “Quiero estabilizar y dominar esta altura en los entrenamientos, para transferirla en las competencias”. Y si lo logra, practicará en los 5,65 metros, registro que necesitaría para llegar a Río de Janeiro 2016.

“Mi objetivo macro al que apunto a largo plazo son los Juegos Olímpicos. Todas las competencias que tendré en este año, incluidos los Panamericanos, las veo como preparación para Río de Janeiro”, comentó el esmeraldeño, quien se prepara a diario con el entrenador cubano Luis Small.

Por el momento, solo el garrochista José Pacho ha superado la marca de los 5 metros, por ello será el único representante ‘tricolor’ en esta disciplina en suelo canadiense. Su compañero de prácticas, César Quiñónez, intentará en estos meses llegar a ese registro para también defender al país en los Juegos Panamericanos.

“Aquí en el país la barra que utilizo no es muy empleada, porque se necesita bastante control de la garrocha y tener una gran velocidad y fuerza para manejar este instrumento”, afirmó Pacho.

Y esa velocidad quedó plasmada durante un entrenamiento en la pista de Los Chasquis, cuando en los 100 metros le sacó una diferencia de 2 segundos a Quiñónez.

Pacho, quien antes de 2011 practicaba escalada deportiva, desde hace un par de años usa pértigas de nivel internacional, con un largo de 4,75 metros, que gracias a la fibra de vidrio (material del que son fabricadas) son más resistentes y flexibles que las semiprofesionales.

Por su longitud, ha tenido problemas para transportarlas en aviones y buses. Y le ha tocado cargar las pértigas todo el día durante las competencias, pues no ha podido dejarlas en ningún lugar.

En los 4 años que practica el salto con garrocha, el esmeraldeño, de  1,70 m de estatura, ha roto 11 pértigas, pero reconoció que no es un número descabellado entre los atletas de esta disciplina.

“Se te puede romper una garrocha por errores técnicos o por fuerza. En mi caso al principio fue por defectos en el despegue; sobrecargaba demasiado la pértiga y se rompía”, comentó el dedicado atleta, quien complementa los saltos con ejercicios de velocidad con vallas y trabajos de gimnasio.

Al perfeccionar su técnica, las pértigas de fibra de vidrio ya no se le rompían por falta de coordinación, pero se le empezaron a quebrar por fuerza. Estas resisten un peso de hasta 175 libras y se flexionan lo suficiente para impulsarse con tranquilidad y alcanzar un salto superior a los 5 metros.

En abril se desarrollarán en Ecuador los Juegos de la Alba, pero Pacho no competirá, pues en ese mes estará en Italia en un campamento en el que continuará con su meta de llegar en 2016 a ser el primer garrochista ecuatoriano que dispute unos Juegos Olímpicos.

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