Terminar los 42.195 metros de un maratón no resulta fácil para ningún deportista, mucho menos cuando el cuerpo deja de responder hasta el punto que, agotado, se desploma en el suelo. Pero ni eso pudo evitar que la keniata Hyvon Ngetich cruzara la línea de meta de la prueba de Austin (EE.UU.), gateando, el domingo pasado.

El corredor de toda la vida y director del maratón de Austin, John Conley, ha participado en muchas carreras, pero ningún final se puede comparar con lo que presenció el domingo en Texas. “Lo que vimos fue a una campeona”, dijo Conley, quien no se refería a Cynthia Jerop, la ganadora de la rama femenina de esta maratón y que terminó la carrera en 2h, 54m y 21s.     
Él estaba esperando ver a la corredora keniana Hyvon Ngetich atravesar primero la meta, porque según los informes que había recibido desde la pista de carreras, ella había ido al frente en la mayor parte del recorrido. Pero cuando solo quedaban 300 metros para proclamarse ganadora, Ngetich comenzó a temblar y a tambalearse, y finalmente cayó. Intentó ponerse nuevamente de pie y seguir corriendo, pero fue en vano, agregó Conley.

Lo que no esperaban era que Ngetich nunca dejara de avanzar. Rodeada por los miembros del personal médico del equipo de la carrera, quienes la animaban, esta deportista se arrastró hasta la meta ayudándose de sus manos y rodillas.   

Cuando solo le quedaban 2 metros por arrastrarse, Ngetich fue rebasada por Hannah Steffan, quien terminó en segundo lugar, mientras que la aguerrida keniata ocupó el tercer puesto en el podio, con un tiempo de 3h, 4m y 2s.

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Ngetich se arrastró más de 300 metros para cruzar la meta, terminó con sus rodillas y codos ensangrentados y sus manos manchadas por el pavimento. Apenas cruzó la meta fue trasladada a una unidad médica, donde fue tratada por presentar niveles peligrosamente bajos de azúcar en la sangre.

Dada su incapacidad para seguir corriendo en los últimos metros, los organizadores le ofrecieron una silla de ruedas, pero la atleta keniata la rechazó y les dijo: “Déjenme terminar la carrera”.

Ella sabía que si recibía ayuda corría el riesgo de quedarse descalificada. Ante la garra de la maratonista, las personas que la estaban auxiliando la animaban a seguir, hizo más de una pausa para tomar aire, pero su constancia le dio la satisfacción de llegar tercera.

Lo que hizo Ngetich es una hazaña, que ni ella misma pudo creer después, cuando recuperó el conocimiento en la casa asistencial. “No puedo recordar lo que pasó hacia el final. No vi la línea de meta”, contó la corredora de 29 años.

“Me desperté en un ambulatorio y ellos me contaron que había terminado la carrera”, dijo Hyvon, quien tampoco recuerda que la gente coreaba su nombre, alentándola a seguir hasta cruzar la meta.

“Pregunté si había finalizado la carrera y ellos respondieron: ‘Sí, y aquí está tu medalla’. Entonces les dije: ‘No, no terminé’. Pero allí me mostraron las imágenes de cómo había gateado”, declaró la maratonista africana. Su extraordinario logro conmovió a los organizadores, que decidieron recompensar el esfuerzo entregándole un premio económico equivalente al que recibió el segundo lugar, la estadounidense Steffan. “Corriste y te arrastraste en la carrera más valiente que he visto en mi vida”, le dijo Conley a Ngetich el domingo por la noche. “Te has ganado mucho honor”.

El dilema que ha sacudido al mundo del deporte tras ver estas imágenes es si está justificado el sufrimiento extremo de la atleta o si, por el contrario, la organización debió obligar a la keniata a parar y subirse en la silla de ruedas. ¿Puso realmente su vida en peligro tras el descomunal colapso que sufrió a 50 metros de la línea de llegada?

Datos

Hyvon Ngetich nació el 12 de mayo de 1985, en Kenya y desde muy temprana edad se sintió atraída por las pruebas de fondo. La maratón es su especialidad.  

En 2007, Ngetich se ubicó segunda en la Media Maratón de Chihuahua, México. Un año más tarde ganó la Media Maratón de Puerto de Veracruz (México); además, fue tercera en la Media Maratón de Austin y en la Ottawa Race Weekend (10K).

El 2010 fue un año exitoso, debido a que ganó la Media Maratón de Zapopan (Jalisco, México), la Maratón Ciudad-Juárez, Monterrey Media Maratón y en el Gran Maratón del Pacífico.

Un año más tarde se adjudicó la Maratón de Santiago (Chile) y obtuvo el segundo lugar en la Maratón de Ciudad-Juárez y Dallas. Es considerada una de las promesas del atletismo de su país.