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El oro olímpico es su meta pendiente
Ibargüen se hace más grande en Pekín y suma otro título
La colombiana Caterine Ibargüen sumó un nuevo título a su palmarés al ganar ayer el título de triple salto del Mundial de Atletismo de Pekín, con lo que renovó el oro conseguido hace dos años en Moscú 2013, sumando su 29ª competición invicta.
Ibargüen, que no pierde una competición de triple salto desde que fuera medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, se impuso con un salto de 14,90 metros, su mejor marca de la temporada, mientras que la medalla de plata fue para la israelí Hanna Knyasyeva-Minenko (14,78 metros) y el bronce para la kazaja Olga Rypakova (14,77 metros).
La colombiana logró esa marca en el cuarto de sus seis intentos en la final, superando en dos centímetros su mejor registro del año, aunque lejos de su récord nacional de 15,31 metros, que instauró el año pasado.
Ibargüen, que fue plata en Londres 2012, detrás de la kazaja Olga Rypakova, bronce en Pekín, espera ganar ese oro olímpico que falta en su palmarés en Río 2016, cuando tenga 32 años, compitiendo en los primeros Juegos que se disputan en Sudamérica.
La antioqueña dominó la final de triple salto de Pekín de principio a fin, con unos saltos de 14,47, 14,80, 14,54, 14,90, que a la postre sería el mejor de los seis, 13,93 y 14,70. La rusa Yekaterina Koneva, que había sido plata en el Mundial de Moscú 2013, detrás de Ibargüen, y que poseía la mejor marca de esta temporada (15,04), solo pudo terminar séptima (14,37).
Progresión de Ibargüen
La progresión de Ibargüen ha sido evidente. Tras lograr el bronce mundial en Daegu 2011 y la plata olímpica en Londres 2012, consiguió el oro en el Mundial de Moscú 2013 y ahora en Pekín 2015.
El deporte colombiano no había ganado nunca una medalla en el Mundial de Atletismo hasta la edición de Daegu 2011, cuando se colgó dos bronces, con Luis Fernando López en 20 kilómetros marcha, e Ibargüen en triple salto.
Estos dos oros mundiales de la colombiana han sido históricos para su país en una disciplina como el triple salto, disciplina en la que Ibargüen se ha dado a conocer internacionalmente, pero no fue la primera en la que compitió.
Lo intentó en el salto de altura, pero sus resultados no fueron espectaculares y su mejor marca fue el 1,93 metros que superó en Cali en julio de 2005.
En grandes citas había caído en las calificaciones de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y de los mundiales de Helsinki 2005 y Berlín 2009, hasta que su entrenador y mentor cubano, Ubaldo Duany, tomó una decisión que iba a cambiar la vida y la carrera de ambos: pasar al triple salto.
Durante años, el atletismo colombiano vivió del recuerdo del bronce conseguido por Ximena Restrepo en los 400 metros de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, pero ahora Ibargüen es la reina del deporte ‘cafetero’.
Con esta medalla de oro, Ibargüen es la segunda mejor atleta latinoamericana de la historia, detrás del ecuatoriano Jefferson Pérez, que obtuvo tres preseas de oro en mundiales en 20 km marcha. (I)
Caterine recorrió un largo camino al triple salto
El espíritu ganador de Ibargüen no tiene problemas en batirse en la arena de los estadios, aunque el camino fue largo para llegar al triple salto.
De niña empezó en el voleibol, hasta que un entrenador recondujo su rumbo hacia el atletismo, que le terminó llevando a Puerto Rico para entrenar y cursar sus estudios superiores. El salto de altura fue la prueba donde primero intentó destacar, sin el éxito deseado, quedándose en la ronda clasificatoria en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y en los Mundiales de Helsinki 2005 y Berlín 2009.
Su mentor y el artesano de su éxito, el cubano Ubaldo Duany, su entrenador, decidió entonces pasar al triple salto y la apuesta vino acompañada de una lluvia de medallas (bronce mundial en 2011, plata olímpica en 2012 y oros mundiales en 2013 y ahora en 2015) para esta enfermera obsesionada con la salud y con no engordar, por lo que se tiene prohibidas las bebidas azucaradas.
Si por ella fuera, una jornada perfecta le permitiría dormir hasta tarde antes de ir de compras o darse un atracón de capítulos de series. La estadounidense Friends, pese al paso de los años, continúa haciéndole reír.
Pero si algo consiguió el profesor Duany es inculcarle el sentido de la responsabilidad y un espíritu de atleta que le hacen ser muy ordenada en sus horarios, más de lo que de joven podría haber imaginado.
“Soy un instrumento en sus manos”, dice Ibargüen sobre su admirado Ubaldo, al que dedica sus éxitos y que constituye un porcentaje muy alto de las victorias de ‘Caterine la Grande’, sobrenombre que se ganó tras su primer título mundial, hace dos años en Rusia.
Los éxitos conseguidos en estos años han disparado su popularidad y la han convertido en un referente internacional, en una colombiana universal que solo despega los pies del suelo para saltar.
“Caterine es una persona que uno no se imagina. Que una campeona del mundo sea tan normal... Le gusta estar con nosotros, ella es una guía y una gran persona, es impresionante. No quiere que le traten especial por ser la campeona que es”, dice sobre ella Gerarld Giraldo, uno de los atletas de la delegación colombiana en Pekín 2015, antioqueño como ella.
La misma humildad que se esforzó en inculcarle su abuela Ayola, la persona que le crió en Urabá y que constituye otro de los referentes de la gran campeona del deporte colombiano. (I)