“La maratón es la culminación de un atleta fondista. La prueba que se disputó en Quito fue la maratón número 39 en la que participo, luego de hacerlo en varias partes del mundo. Fui segundo en Mazatlán (México), tercero en Roma (Italia), cuarto en Los Ángeles o cuarto en Las Vegas (Estados Unidos), pero no podía ganar. Esta vez se me dio, gracias a Dios.

Ganar por primera vez una maratón a mis 45 años representa algo muy grande para mí. Estaba muy emocionado por lograrlo, a pesar de que ya no entreno con la misma intensidad como en mi mejor época. Después de ganar, le envié un mensaje de texto a mi hermana Martha y le dije: ‘Ahora sí puedo retirarme en paz’. Era un sueño que tenía.

Hoy soy un poco más prudente, porque tengo actividades particulares también. Sin embargo, la experiencia, la madurez que tengo me sirvieron para ganar. Además, soy muy disciplinado, cuido mucho el descanso y la nutrición y también me he valido de la tecnología para recuperarme de forma óptima.

Mi estrategia de carrera fue sencilla. Para una prueba de 42 kilómetros hay que tener madurez mental y paciencia para aprender a correr. No se puede hacer una salida rápida, porque es un recorrido largo y extenuante, pero desde que salimos imprimí mi ritmo, que siempre lo he hecho en cada competición.

Sabía que venían competidores de afuera, pero traté de no enterarme de quiénes eran y simplemente confiar en mis posibilidades. Desde la partida pude tomar la delantera y de inmediato sentí que querían ponerse a mi lado o detrás, pero no pudieron aguantar mi ritmo y en el kilómetro 10 ya sentí que se fueron quedando.

En los 2 últimos kilómetros tenía la referencia de que los que me seguían estaban muy atrás. Me decía a mí mismo ‘solo faltan dos kilómetros’, pero en ese último tramo podía contracturarme o sufrir algún otro tipo de lesión. Hoy, con más calma, puedo decir que tuve esa fortaleza y ese plus para poder ganar. Pensé también en la primera maratón en la que participé, cuando tenía 29 años, en Roma, porque fue una competencia que disfruté.

Luego vi que la Policía me abría el paso, en el último tramo de la maratón de Quito y la gente me daba ánimos. Se me iban las lágrimas al ver esas muestras de cariño.

Ganar una carrera de este tipo a los 45 años es porque siempre me cuidé en todo aspecto. Corro desde los 11 años y tuve la suerte de que mis padres siempre me alimentaron bien. Mi familia tenía propiedades y allí aprendí a cultivar la tierra. Teníamos todo y crecí bien alimentado. Por esa razón tampoco he tenido lesiones comprometedoras.

Siempre peleé los primeros lugares, pero no se me daba. Cuando tenía 36 años, en mis segundos Juegos Olímpicos, me sentía una persona madura en el ámbito físico, de motivación y afectivo. No sé si sufrí un tipo de estrés de entrenamiento o competitivo que no me permitía ganar. Lo del domingo pasado fue un poco más de experiencia, porque en mi mejor momento intentaba hacer lo mismo, pero las cosas no funcionaban como quería.

42 kilómetros no es una distancia fácil. Siempre pensé que cuando tuviera 10 o 15 maratones no tenía que apuntar a vencer a los demás, sino primero a mí mismo. Cuando logras eso, ahí sí se puede someter a los rivales a la voluntad de uno. Esta fue mi tercera participación en la maratón de Quito; en las 2 anteriores quedé en segundo lugar.

¿Hasta cuándo voy a seguir? Esa es la gran duda. Estoy en una disyuntiva porque yo me siento con capacidad de buscar una marca y competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Pero también estoy consciente de que para lograrlo necesito tiempo y una inversión grande.

Quisiera ser el deportista más longevo que se califique a unos Juegos Olímpicos. Eso sería un premio para mí. Siempre diré que el ser humano, mientras no deje de soñar y confiar en sí mismo, debe seguir creciendo y luchando por conseguir cosas. Soy de ese tipo de gente.

Otra de mis motivaciones para continuar es mi hija Ana Fiorella, de 14 años. Ella es campeona nacional infantil en la categoría cadetes y demuestra mucha capacidad.

Yo le digo que fui cuarto en los Juegos Panamericanos y que me gustaría que ella sea medallista. Terminé en el puesto 25 en el Mundial; yo quisiera que ella consiga estar entre los 10 primeros.

Tengo el ‘bichito’ que me hace no dejar la actividad. El atletismo se ha vuelto parte fundamental de mi vida:ponerme mis zapatos, salir a correr, estar al tanto de la última tecnología de mi deporte. Eso hace que quiera mucho esta disciplina y que sea parte íntegra de mi vida.El atletismo siempre estará a mi lado”.

Datos

Franklin Tenorio nació en Salcedo el 30 de junio de 1969. A los 11 años se inició en el atletismo y su especialidad son las carreras de largo aliento.

Ha participado en 2 Juegos Olímpicos en su carrera. Primero se clasificó a la cita olímpica en Atenas 2004, en la que consiguió el puesto 71 con un registro de 02h 31min 12s. Su primera experiencia no fue buena.

En su segunda experiencia olímpica, en Beijing 2008, Tenorio pudo mejorar su tiempo y su ubicación con respecto a 2004. El fondista ecuatoriano llegó en el puesto 65 con un tiempo de 2h 29min 05s.

Su mejor registro en una competencia de 42 kilómetros lo consiguió en la maratón de Roma en 1998, cuando tenía 29 años. En la capital italiana cronometró 02h 10min 22s en la competencia.

En la media maratón (21 kilómetros) el ecuatoriano registró su mejor tiempo en Medellín, Colombia. En la prueba consiguió un tiempo de 01h 03min 31s.

En los 10.000 metros el deportista nacional consiguió establecer un tiempo de 30,44 minutos en 1988.