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El cuencano desea sumarse a sixto moreta, quien ya clasificó a los juegos parapanamericanos Toronto 2015
Castro apunta a la marca panamericana
Desde que encontró en el atletismo la oportunidad de surgir, Darwin Castro no detiene la carrera de sus aspiraciones. El 26 y 27 de este mes terciará en el ‘I Open Internacional de Paratletismo Medellín 2015’, en busca de un cupo en los Juegos Parapanamericanos ‘Toronto 2015’, a desarrollarse del 7 al 15 de agosto.
Pero antes de entrar a la pista, el azuayo se someterá a la reclasificación funcional, es decir, una evaluación médica que determinará si debe continuar en la categoría T12, para exponentes con discapacidad visual parcial, o cambiarse a la T11, que agrupa a los ciegos totales.
Jairo Cubero, coordinador deportivo de la Federación Ecuatoriana de Deportes para Personas con Discapacidad Visual (Fedediv), expresó que el análisis con el oftalmólogo se estableció para las 16:15 de este martes. Ahí se conocerá si el corredor compite en las pruebas para T12 o en las de T11.
Lo más seguro será su presencia en T11, pues desde hace algún tiempo no divisa absolutamente nada, al punto que entrena asistido por el guía Sebastián Rosero. Sea como sea, Cubero afirmó que Darwin está listo para una buena actuación. La especialidad del exponente son los 1.500 metros, pero, si el torneo de 5.000 metros es posterior al de 1.500, Castro también incursionará en dicha distancia.
Cubero detalló que en los 1.500 metros la marca base para acceder a la justa continental en la división T11 es de 4 minutos con 50 segundos (4m50s); mientras en T12 es de 4m30s. El mejor crono de Darwin es de 4m27s, por lo que, sea cual sea la categoría en la que lidie, tiene opciones de calificar.
Si es incluido en la serie T11 y logra la marca, el cultor irá a Brasil en abril y participará en los torneos de las Loterías Caixa; así activará su licencia en la nueva división.
Amistad y motivación
Darwin, quien nació en Cuenca el 6 de julio de 1993, comenzó a perder la vista a los 12 años de edad. Y aunque su situación lo volvió algo introvertido, siempre contó con el respaldo de su familia.
Su madre, Nieves Reyes, ama de casa; su padre, Luis Castro, maestro de obras en el área de la construcción, y su hermana Michelle (13 años) le alentaron a seguir adelante y a encontrar una motivación.
Es así que se vinculó al club Vulcano (para invidentes) y empezó en el atletismo. En enero de 2014 conoció al capitalino Sebastián Rosero, quien le acompañó como asistente en una brega nacional celebrada en aquella época.
La amistad entre ambos resultó tan fuerte que Darwin se mudó a Quito y ahora reside en la vivienda de Sebastián, ubicada en Santa Anita. Van juntos a las prácticas en la pista del estadio Atahualpa, donde los orienta el instructor Edmundo Hidalgo.
En estos días efectúan doble jornada (07:00 a 10:00 y 17:00 a 19:00) y Darwin se da tiempo para cursar el segundo año de bachillerato en el colegio José Miller Salazar. Las vitaminas, la alimentación, los implementos, se los provee la Fedediv y el Comité Paralímpico Ecuatoriano. A estas entidades y al país entero, él les quiere retribuir con medallas internacionales.