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El Telégrafo

Testigo descarta ayuda al enemigo

Testigo descarta ayuda al enemigo
05 de junio de 2013 - 00:00

La defensa de Bradley Manning, el soldado acusado de la mayor filtración de datos clasificados de la historia de Estados Unidos, intentó ayer demostrar que su defendido no simpatizaba con grupos terroristas o tenía sentimientos antipatriotas.

La defensa, encabezada por el abogado civil David Coombs, intentó contrariar la acusación de “ayuda al enemigo” que persigue la Fiscalía, el cargo más grave al que se enfrenta el soldado de 25 años y que podría acarrearle la cadena perpetua.

Tras reconocer haber filtrado información, la defensa de Manning, intenta definir los motivos que llevaron al acusado a facilitar más de 700.000 documentos clasificados a WikiLeaks, algo que atribuyó a su carácter “idealista” y su intento de “búsqueda de la verdad” sobre la guerra.

La Fiscalía norteamericana insiste en que las filtraciones sirvieron a la red Al QaedaAdrián Lamo, hacker que delató a Manning en 2010 a las autoridades, dijo al ser interrogado por Coombs que durante sus conversaciones por chat en ningún momento el acusado hizo comentarios que pusieran en entredicho su “lealtad a Estados Unidos” o que indicara “interés de ayudar a sus enemigos”.

Un perito informático, Mark Johnson, indicó que en sus análisis de los equipos informáticos de Manning tras su detención a finales de mayo de 2010 no encontró información que lo delatara como un simpatizante del terrorismo, un financiador de organizaciones terroristas o una persona con sentimiento de odio hacia su país.

La Fiscalía, que representa al gobierno estadounidense, intenta demostrar en este juicio, que comenzó ayer tras más de 3 años de espera, que Manning ayudó indirectamente a la organización terrorista Al Qaeda al ceder información clasificada a WikiLeaks.

Lamo, condenado en 2004 por actividades de infiltración en servidores, describió el contenido de sus conversaciones de chat con Manning.

El joven soldado, que por aquel entonces tenía 22 años y llevaba varios meses desplegado en Irak, no estaba integrado, sufría de depresión e impulsos suicidas relacionados con dudas sobre su sexualidad.

Según Lamo, Manning se describió como un “humanista” que quería cambiar el mundo poniendo a disposición de la opinión pública datos de las guerras de Afganistán o Irak o sobre las relaciones diplomáticas de EE.UU. en el mundo.

Lamo también indicó que Manning admitió durante sus conversaciones de chat entre el 20 y 26 de mayo de 2010, justo antes de ser detenido, conocer a Julian Assange, fundador de WikiLeaks.

Por su parte, el australiano aseguró que “el gobierno (de Estados Unidos) se ha preparado un buen espectáculo” en un comunicado publicado en la web de WikiLeaks. “Esto no es justicia, nunca podrá ser justicia. El veredicto fue establecido hace tiempo”, agregó el activista que en 15 días cumplirá un año encerrado en  la embajada de Ecuador en Londres.

La función de este juicio, subrayó, “no es determinar cuestiones como culpabilidad o inocencia, verdad o falsedad. Es un ejercicio de relaciones públicas, diseñado para dar al gobierno una coartada para la posteridad. Es un espectáculo de venganza inútil; una advertencia teatral para la gente que tiene una conciencia”.

El juicio a Manning debe durar hasta el 23 de agosto. Él  está acusado de haber entregado a WikiLeaks unos 700.000 documentos militares y diplomáticos considerados secretos desde noviembre de 2009 hasta su detención en mayo de 2010. “Bradley Manning está de hecho acusado de conspiración de cometer periodismo”, ironizó el australiano Julian Assange.

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