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El Telégrafo

Respaldo continental

Respaldo continental
25 de agosto de 2012 - 00:00

Ecuador completó ayer el respaldo de los principales organismos de integración regional americanos frente a las amenazas de Reino Unido de asaltar su Embajada en Londres.

La Organización de Estados Americanos (OEA) se unió a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alternativa Bolivariana para Nuestra América (ALBA) en expresar su solidaridad a Quito.

El principal bloque del hemisferio, en una reunión extraordinaria de ministros de Relaciones Exteriores, adoptó, por consenso, una resolución que reafirma la inviolabilidad de las instalaciones diplomáticas y la plena vigencia de la Convención de Viena.

Los representantes de los 32 países miembros aplaudieron al término de la lectura del documento. Sin embargo, Estados Unidos y Canadá mostraron sus objeciones.

John Feeley, secretario de Estado adjunto de EE.UU. para Latinoamérica, se mostró en contra del numeral 4, en donde se expresa la solidaridad con Ecuador. Washington optó por no  bloquear la resolución y pidió una “nota al pie de página” para que quede claro su disenso.

Una misma actitud tomó Canadá, país que forma parte de la “Mancomunidad de Naciones”, un grupo de ex colonias británicas que reconoce como jefe de Estado a la reina Isabel II.

La exclusión de Canadá y Estados Unidos sirvió para dejar en claro la división al interior de la OEA. De un lado los norteamericanos y por el otro América Latina y el Caribe.

Por eso, al final de la reunión, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, calificó como “histórica” la cita. “Estados Unidos y Canadá se han quedado solos”, aseguró.

Y es que se temía que los estados caribeños, que también forman parte de la “Mancomunidad de Naciones”, no se unieran a los países sudamericanos en el respaldo a Ecuador. De hecho, esas islas mostraron sus reservas en la votación de la semana pasada que permitió la convocatoria a la reunión de cancilleres.

Finalmente eso no ocurrió y el documento, que fue presentado por el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, se adoptó unánimemente.

Y es que los cabildeos iniciaron desde el jueves. Los contactos continuaron incluso durante la plenaria efectuada durante toda la jornada de ayer.

Las negociaciones giraron en torno a la palabra “amenaza”. Para Ecuador esa fue la actitud de Reino Unido cuando envió una “ayuda memoria” en la que advirtió sobre una posible incursión en la legación diplomática para detener al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien permanece allí como asilado diplomático.

En una posterior rueda de prensa, Patiño reconoció que Ecuador cedió en esa postura a favor del consenso. Al final, la resolución rechaza “cualquier intento de poner en riesgo la inviolabilidad de las misiones diplomáticas”.

La resolución además insta a los gobiernos de Ecuador y del Reino Unido a “continuar el diálogo que permita resolver sus actuales diferencias, de acuerdo con el derecho internacional y teniendo en cuenta las expresiones recientemente formuladas por autoridades de ambos gobiernos”.

Ecuador ha reiterado que el diálogo será retomado cuando Londres retire la amenaza que hizo contra su legación. Quito considera que ésta aún sigue en pie.

Y es que fueron los intensos diálogos en busca del consenso que impidió que Estados Unidos bloqueara la resolución. Así lo reconoció el representante norteamericano que destacó el diálogo y “permitiría pasar” el documento por respeto a los países.

Frente a esta situación, Patiño dijo que “los poderes imperiales ya no mandan en este continente”. Y agregó que ahora “hay quienes se quedan solos cuando no respetan el derecho internacional”, en referencia a Estados Unidos y Canadá.

El canciller ecuatoriano resumió la jornada con esta frase: “Hemos alcanzado un consenso sin Washington”. Patiño indicó que Ecuador acudió a la OEA en busca de la solidaridad regional frente a la amenaza de un país para usar la fuerza para resolver un conflicto.

Por eso destacó el importante apoyo ofrecido por los países sudamericanos y caribeños. Y es que a lo largo de la reunión, que fue televisada en su totalidad por el circuito cerrado de la OEA, los 12 cancilleres y 22 delegados especiales presentes expresaron su apoyo a Ecuador.

Todos los países ratificaron la importancia de la inviolabilidad de las embajadas y la primacía del derecho internacional por encima de leyes internas.

Todos también destacaron que el asunto del asilo a Assange es una decisión soberana de Ecuador que debe ser respetada, pese a que Reino Unido no reconozca esa figura.

Nicaragua “expresa su decidido apoyo y solidaridad al Gobierno y pueblo ecuatorianos ante amenazas latentes”, indicó el representante de ese país, Denis Moncada.

“Es una amenaza a todos los países aquí presentes”, afirmó el canciller argentino, Héctor Timerman. En el mismo sentido se expresó el representante de Bolivia, Diego Pary. Para el canciller uruguayo, Luis Almagro, “amenazar con ingresar a una embajada es uso de la fuerza” y la OEA “no puede admitir eso nunca”.

La colombiana María Ángela Holguín quiso “recalcar que hay normas esenciales del derecho internacional que favorecen el respeto mutuo y no pueden ser obviadas por ningún Estado” y agregó que “atañe” a todos los países del continente que la Convención de Viena “continúe siendo un faro que ilumine las relaciones internacionales”.

La canciller mexicana, Patricia Espinosa, subrayó que “el principio de la inviolabilidad”  es claro y “la obligación de respetar estos principios y normas es un asunto de interés común”.

En lo que variaron las posturas es en que si hubo o no amenaza a Ecuador. Los diplomáticos abogaron por una solución pacífica y bilateral al diferendo entre Londres y Quito.

Patiño, en su discurso inicial, leyó parte de la “ayuda memoria” entregado por el “Foreign Office”. “Los ingleses advirtieron a la embajadora (en Reino Unido) Ana Albán que cualquier decisión de su gobierno puede afectarla a ella y a su ‘staff’”.

Patiño también lamentó que el Consejo de Seguridad de la ONU no haya tenido el mismo interés en defender la Embajada ecuatoriana que tuvo con las legaciones estadounidenses y británicas en ocasiones anteriores.

En su primera intervención el representante estadounidense, John Feeley,  aseguró que la OEA no es el foro adecuado para discutir el tema ya que ninguna resolución que adopte servirá para que las partes resuelvan sus diferencias. “Seamos realistas y objetivos. No debemos perpetuar el debate sobre amenazas percibidas sobre las que se nos ha dado ya garantías de que no existen”, expresó.

El funcionario mostró su deseo de que la OEA asuma con la misma importancia otros problemas que afronta la región, como el respeto a la libertad de expresión.

Por su parte, Philip Barton,  delegado de Reino Unido, país que es observador de la OEA, negó que haya amenazado a Ecuador. Además reiteró su voluntad de retomar el diálogo para solucionar el impasse. “En ningún momento el Reino Unido ha hecho ninguna amenaza a la Embajada de Ecuador”, dijo el diplomático.

En cambio la observadora alterna de Suecia ante la OEA, Karin Hoglund, sostuvo que es necesario permitir que se lleve a cabo el procedimiento judicial contra Assange “por el interés de las víctimas”.

También dijo que bajo la ley sueca “no se puede extraditar a nadie que pueda ser amenazado con la pena de muerte”. Reino Unido, Suecia y Estados Unidos son aliados en la guerra en Afganistán, donde actúa la OTAN.

Reunión en Londres

En Londres, los embajadores de ocho países sudamericanos se reunieron en la sede diplomática de Ecuador, donde se encuentra Assange,  para seguir juntos a través de internet la reunión de la OEA.

El encuentro, al que asistieron  los embajadores de Ecuador, Argentina, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Uruguay, Cuba y Perú fue valorado por fuentes diplomáticas ecuatorianas como un “un gesto espontáneo de unidad y solidaridad”.

A través de un comunicado, la embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, dijo  que acudió a la Embajada a seguir la reunión de la OEA “en solidaridad y apoyo con Ecuador”.

“Reiteramos el derecho soberano de los Estados a otorgar el asilo y condenamos de manera contundente la amenaza del uso de la fuerza entre Estados y exigimos respeto por la soberanía”, señala  el texto.

Reacción de Assange

Mientras se realizaba la cita, Julian Assange intervino por teléfono en un mitin del partido francés Frente de Izquierda y aseguró que la reunión mantenida por la OEA constituye una “gran oportunidad para la solidaridad”.

Al final de la reunión del organismo americano, según conoció este Diario, Assange mostró enorme alegría por el gesto de solidaridad.

Al fundador de WikiLeaks ese documento le produjo satisfacción porque su problema ya no solo es de él, sino también de todo el mundo.

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