La embajadora de Ecuador en Londres, en cuya representacion sigue refugiado el fundador del portal WikiLeaks Julian Assange, estimó que en los inicios de este caso Gran Bretaña actuó como si fuese aún un imperio dominando el mundo.

"Pienso que al comienzo, trataron de mostrar a este pequeño país" que es Ecuador "que Gran Bretaña era aún un imperio y que debíamos portarnos bien mientras estuviésemos aquí", declaró Ana Albán en una entrevista difundida este domingo por la BBC.

La diplomática lamentó que Gran Bretaña haya dejado entender que podía entrar a la embajada para detener al fundador de Wikikeaks - "el mayor error" que haya constatado desde que asumió sus funciones - y el despliegue policial en torno al edificio.

La embajadora relató riendo que incluso había visto a un agente instalado frente a la ventana de los servicios higiénicos.

También relató la llegada por sorpresa de Assange a la embajada, revelando que su primera preocupación había sido de orden práctico.

"Se presentó una mañana a eso de las 10H30 (...) No figuraba en la agenda de citas. Lo primero que me pregunté fue: ¿Cómo vamos a hacer para hacerlo dormir aquí? Quizás porque soy una mujer, pensé primero en la cuestión de las sábanas", explicó. Efectivamente, la embajada no tiene máquina de lavar para enfrentar este tipo de imprevistos.

Julian Assange, australiano de 41 años, está refugiado desde mediados de junio en la Embajada de Ecuador para tratar de escapar a su extradición hacia Suecia que lo reclama por presunta violación y agresión sexual.

Ecuador le acordó el asilo político, pero Londres espera aplicar el mandato de detención sueco. Las negociaciones entre los dos países por el momento no han dado ninguna solución.

El australiano afirma que si es enviado a Suecia corre el riesgo de ser extraditado hacia Estados Unidos, donde podría ser condenado a muerte por haber publicado documentos estadounidenses secretos a través de Wikileaks.