Ecuador / Sábado, 25 Octubre 2025

¡Panas!, ser embajadores del bien es importante

¿Sabían que el 80 % de mis panas no tienen idea de que hoy se celebra el Día de las Naciones Unidas? ¿Sabían que el 100 % no sospecha que sea relevante porque, sin notarlo, son embajadores? Acompáñenme y descubramos por qué nuestras acciones, por pequeñas que parezcan, tienen un eco mayor en el mundo.

Cada 24 de octubre conmemoramos la entrada en vigor de la Carta de las Naciones Unidas (firmada en 1945). Hoy celebramos su aniversario número 80 (¿bodas de roble?) con la certeza de que ninguna otra organización internacional tiene tanto reconocimiento ni impacto en la vida de millones. A pesar de los desafíos contemporáneos, la esencia se mantiene en promover la paz, resolver conflictos por vías pacíficas, proteger los derechos humanos y fomentar la cooperación para el desarrollo colectivo.

Aunque la ONU opera en el escenario global, su mensaje aterriza en cada rincón del planeta. Ya no es solo tarea de gobiernos. Cada uno tiene un papel en esta historia. Somos protagonistas de una transformación que empieza en la esquina de nuestra calle, en el patio de la escuela, en la sala de casa.

No se necesita un cargo diplomático para generar cambios. Basta con asumir nuestra responsabilidad con convicción. Existen personas que lo hacen todos los días. Voluntarios que ayudan a mujeres migrantes a conocer sus derechos. Jóvenes que desde sus trabajos impulsan proyectos sociales. Líderes barriales que gestionan mejoras. Hombres y mujeres que donan su tiempo con generosidad, sin esperar aplausos.

Y panas, ustedes también.

Cuando devuelven esos centavos que les dieron de más en el vuelto; cuando cargan esa basurita en el bolsillo hasta encontrar un tacho; cuando compran una rifa para apoyar a un vecino en apuros; cuando celebran los logros ajenos como si fueran propios; cuando evitan el chisme y apuestan por el respeto y; cuando prefieren escuchar antes que juzgar.

Todo eso construye paz, aporta a la solidaridad global y al desarrollo que soñamos, porque las grandes transformaciones empiezan con gestos sencillos y cada buena acción, por mínima que parezca, tiene impacto real.

Así que vamos con todo mis panas embajadores del bien; aleteen sus alas y causen un tifón de cambio en el otro extremo. A trabajar hoy de manera honorífica para hacer nuestras comunidades tal como las soñamos mañana.

Hoy más que nunca, celebremos esta fecha honrando lo mejor de nosotros: la voluntad de hacer comunidad y la capacidad de construir esperanza.