Inforicos-Infopobres
Uno de los grandes retos para la humanidad es la disminución de la pobreza, consta entre los famosos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODS), cuando dice precisamente en el número uno: Erradicar la pobreza extrema, reducir la proporción de personas que viven en la pobreza extrema con menos de 1.25 dólares al día, o también cuando se menciona “hambre cero”, es decir que nadie en el mundo deje de llevarse diariamente los alimentos a la boca.
Para centrar la reflexión en el título de esta columna, queremos llamar la atención a lo que significa el avance de la tecnología en el mundo, que ha sobrepasado hasta las proyecciones más prometedoras en temas como el mundo digital, el internet con la ansiada conectividad, hasta llegar al desarrollo indetenible de la Inteligencia Artificial.
Algunos optimistas piensan que este avance tecnológico propiciará un desarrollo más equilibrado de los habitantes del planeta, porque a través de las tecnologías que propician el conocimiento.
Sin embargo, en la realidad, lo que estamos viendo, es un aguzamiento de estas desigualdades, por una serie de razones, que tienen que ver con las diferencias en el acceso a la tecnología y la conectividad a internet, causadas muchas veces por esas brechas económicas y sociales, así como la falta de habilidades y conocimientos para utilizar la tecnología, por lo que esta brecha digital puede profundizar ese tipo de desigualdades que hemos mencionado, por lo que son excluidos de la sociedad digital, con las consiguientes dificultades para acceder a oportunidades laborales. Es lo que conocemos como Infopobres, en contraposición a lo que se denomina como Inforicos, quienes si tienen acceso a un gran caudal de información, poseen conocimientos científicos, técnicos y tecnológicos, y utilizan estas herramientas para acceder a la información y mejorar su situación laboral y económica.
Si esto lo trasladamos a una visión de los países en el mundo, nos damos cuenta de que son fundamentalmente dos los países que tienen el predominio en el manejo de la Inteligencia Artificial, los Estados Unidos de Norteamérica y China, que aparecen enzarzados en una especie de nueva guerra por el desarrollo más avanzado en estos campos, lo que implica el dominio sobre ciertos minerales, aquellos denominados tierras raras, que posibilitan la fabricación de chips que son indispensables para el avance de los soportes que conduzcan al uso de estas tecnologías.
Los gigantes tecnológicos ya dominan al mundo por su capacidad económica, y lo hacen aún más concentrando las fuentes y el acceso al conocimiento, direccionando lo que la gente, sobre todo los más pequeños pueden aprender, lo que vuelve aún más real la concentración del poder en el mundo.
En consecuencia, la brecha puede ser más enorme aún, si no se tienen los cuidados necesarios y la afectación continúa siendo grave, más grave cada día, alejando la posibilidad de que se conviva en un mundo más equitativo, menos perverso en cuanto a las desigualdades en el acceso a una mejor calidad de vida.