TE CUIDO, TE CUIDAS, NOS CUIDAMOS
Son varias las iniciativas y políticas que aparecen en el tema del cuidado de los niños, adolescentes y jóvenes que asisten a los centros de educación en el país, y todos hacen referencia, de manera implícita a los riesgos que corren los educandos y a cómo desarrollar estrategias que garanticen su integridad y al mismo tiempo que se cumplan las metas en los procesos educativos que se establecen en el Ecuador.
En este sentido, se requieren, más allá de las disposiciones ministeriales y gubernamentales, la convicción, por parte de todos los actores del proceso educativo, de que es necesario proteger a los estudiantes, dejar que las diferentes etapas y estadios de la niñez, la adolescencia, la juventud, transcurran en entornos seguros, en los que puedan desarrollar sus aptitudes y transformarse en esos ciudadanos que requiere la sociedad y el país.
Para ello se necesita una convicción por parte de los educadores, pero también de los padres de familia, de que hay que aunar esfuerzos para conseguir lo planteado en torno a los cuidados que deben recibir niños y jóvenes en el proceso escolar.
Sabemos que debemos estar alertas frente a las situaciones que se presenten y está bien que se propongan políticas de cuidado frente a los peligros que sufren los niños y jóvenes y que parten muchas veces de los entornos en los que quienes están llamados a prestar los cuidados se transforman en agresores, ocasionando secuelas imborrables, sobre todo en los más pequeños.
Las políticas de los cuidados deben ser explícitas y abarcar todos los escenarios que van desde el entorno familiar, la calle y la escuela para proporcionar a los estudiantes el clima de tranquilidad que requieren para desarrollar sus capacidades.
La violencia que impera en los diferentes lugares atenta contra la política de cuidados, por lo que debe ser denunciada y castigada, de manera que se establezcan situaciones ejemplarizadoras que desestimulen el cometimiento de acciones violentas contra los menores.
Hacia allá debe estar encaminada la decisión de políticas que pongan de relieve el cuidado de quienes necesitan estar protegidos para construir sociedades más resilientes y tengan un futuro más promisor.