Ecuador / Viernes, 31 Octubre 2025

Un llamado de China: fortalecer la gobernanza global y construir juntos un futuro compartido para la humanidad

Por: Sun Xiangyang, embajador de China en Ecuador 

Hace poco, el presidente chino Xi Jinping presentó la “Iniciativa para la Gobernanza Global” (IGG), una nueva e importante propuesta para fortalecer la cooperación internacional. Esta iniciativa se suma a las ya conocidas Iniciativas Globales para el Desarrollo, la Seguridad y la Civilización, consolidando una visión integral de China para promover un mundo más justo, equitativo y sostenible.

El año 2025 marca el 80.º aniversario de la victoria en la Guerra Mundial Antifascista y de la fundación de las Naciones Unidas. A lo largo de estas ocho décadas, los conceptos y las prácticas de la gobernanza global —como el sistema internacional centrado en la ONU, el orden internacional basado en el derecho internacional y las normas fundamentales de las relaciones internacionales inspiradas en los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas— han contribuido de manera histórica a la paz y al desarrollo mundial.

No obstante, el mundo actual está lejos de ser pacífico. La coyuntura internacional es cambiante y turbulenta, con frecuentes conflictos regionales, obstáculos en el crecimiento económico, una tendencia creciente hacia la antiglobalización, la ausencia de reglas claras y un déficit de gobernanza global marcado por las sombras del unilateralismo, el hegemonismo y el proteccionismo.

Ante los desafíos que enfrentan las Naciones Unidas y el multilateralismo, la gobernanza global se encuentra hoy en una encrucijada decisiva que demanda cooperación, visión y responsabilidad compartida.

En este contexto, China, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y el mayor país en vías de desarrollo, ha renovado su llamado a la comunidad internacional para promover la coexistencia pacífica y la cooperación de beneficio mutuo.

La Iniciativa para la Gobernanza Global aborda el desafío contemporáneo de definir qué tipo de sistema de gobernanza global se debe construir y cómo reformarlo y perfeccionarlo. Con sus cinco conceptos centrales, esta iniciativa ofrece nuevos enfoques para impulsar un sistema de gobernanza global más justo, inclusivo y equilibrado.

I. La igualdad soberana es la premisa fundamental de la gobernanza global. Todos los países, independientemente de su tamaño, poder o nivel de riqueza, deben ver respetadas su soberanía y dignidad, mantenerse libres de toda injerencia externa en sus asuntos internos, y conservar el derecho a elegir de manera independiente su sistema social y su modelo de desarrollo.

Asimismo, deben gozar del derecho a participar, decidir y beneficiarse en condiciones de igualdad dentro del proceso de gobernanza global. Por ello, debe promoverse una mayor democratización de las relaciones internacionales, de modo que el sistema de gobernanza global refleje mejor los intereses y aspiraciones de la mayoría de los países, y fortalezca la representatividad y la voz de las naciones en desarrollo.

II. El Estado de derecho internacional es la garantía fundamental de la gobernanza global. Los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas constituyen las normas básicas universalmente reconocidas que rigen las relaciones internacionales y deben ser defendidos sin excepción.

En los ámbitos emergentes, las normas internacionales deben elaborarse sobre la base de un consenso amplio y equitativo entre los Estados. Es indispensable aplicar el derecho internacional de manera igualitaria y coherente, sin dobles raseros ni imposiciones unilaterales, salvaguardando su autoridad y solemnidad.

Los países con mayor peso internacional, en particular, deben asumir la responsabilidad de promover y defender activamente el Estado de derecho internacional, dando ejemplo de respeto, coherencia y compromiso con un orden mundial más justo.

III. El multilateralismo es la vía esencial para la gobernanza global. Constituye el principio central del actual sistema y orden internacionales. Frente a los riesgos y desafíos que enfrenta toda la humanidad, ningún país puede permanecer ajeno ni garantizar su seguridad de manera aislada.

Los asuntos globales deben resolverse bajo el principio de amplias consultas, contribución conjunta y beneficios compartidos, fortaleciendo la cooperación y el diálogo inclusivo entre las naciones.

Por ello, el unilateralismo —en el que un solo país pretende imponer su voluntad— debe ser firmemente rechazado por la comunidad internacional.

IV. El enfoque centrado en las personas es el valor esencial de la gobernanza global. La gobernanza solo adquiere sentido cuando sirve a los intereses y al bienestar de los pueblos. La reforma del sistema de gobernanza global debe orientarse a satisfacer las necesidades reales de las sociedades, fortalecer de manera constante la confianza y la estabilidad en sus expectativas, y promover que toda la humanidad —en especial los pueblos del Sur Global—se sienta más beneficiada, segura y feliz, garantizando así un desarrollo más equitativo y sostenible.

V. La búsqueda de resultados concretos constituye un principio esencial de la gobernanza global.

Una gobernanza verdaderamente efectiva es aquella que resuelve los problemas reales y responde a las necesidades comunes de la humanidad.

Para que ello sea posible, la gobernanza global debe desarrollarse de manera más coordinada, integral y coherente. Los países desarrollados deben asumir con seriedad sus responsabilidades y proporcionar más recursos y bienes públicos internacionales. Por su parte, los países en desarrollo deben fortalecer su cooperación y capacidad de acción conjunta, contribuyendo desde sus propias potencialidades al bienestar y progreso comunes de la humanidad.

En conjunto, estos cinco conceptos se inspiran en los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

No buscan reemplazar el orden internacional existente ni crear estructuras paralelas al sistema actual, sino que representan un aporte constructivo y una mejora innovadora de los mecanismos internacionales vigentes.

Su propósito es fortalecer la capacidad del sistema internacional para adaptarse a los cambios, y responder con mayor rapidez y eficacia a los diversos desafíos globales, en beneficio de toda la comunidad internacional.

Tanto China como Ecuador son países en desarrollo y miembros destacados del Sur Global.

Ambos son firmes defensores del multilateralismo y del papel central de las Naciones Unidas en los asuntos internacionales. Comparten valores e ideales que se corresponden plenamente con los conceptos centrales de la Iniciativa para la Gobernanza Global, lo que refuerza su compromiso común con un mundo más equitativo, pacífico y cooperativo.

China reitera su disposición a fortalecer la comunicación y profundizar la cooperación con todos los sectores del Ecuador, con el fin de explorar conjuntamente un camino hacia una gobernanza global que responda a las exigencias del desarrollo contemporáneo.

Ambas naciones aspiran a contribuir a la construcción de un mundo abierto, inclusivo, limpio y hermoso, caracterizado por la paz duradera, la seguridad universal y la prosperidad compartida.