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Ecuador, 05 de Octubre de 2024
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El Telégrafo
Rosalía Arteaga Serrano

¡Ya déjense de vainas!

08 de noviembre de 2022

Estamos desolados con la ola de violencia que se abate sobre él, otra hora, tranquilo Ecuador, las noticias nos apabullan con la crueldad manifiesta de bombas colocadas en diversos lugares, con las masacres en las cárceles, los atentados que arrojan unas cifras jamás vistas de muertos, degollados, así como también de personas amenazadas en sus domicilios, chantajeadas por hordas de delincuentes.

Parece que los carteles del narcotráfico, alentados por mezquinos intereses, pretenden acosar y atenazar al país y a sus habitantes, aprovechar la indefensión en la que nos colocan ciertas leyes, así como también la carga de desencuentros, de mezquindades políticas que parecen ser el pan de todos los días y que hacen que las diversas funciones del estado y los actores políticos no se pongan de acuerdo ni tan siquiera en temas tan elementales como la seguridad de los habitantes que viven en el país y que constituye el deber número uno de los gobiernos, de cualquier tinte que ellos sean.

Los últimos días la situación se vuelve inmanejable, se toman medidas como la declaratoria de estados de emergencia, que deben ir acompañados de drásticas medidas para garantizar esa seguridad que aparece como tan vulnerada y que atemoriza a buena parte de la población.

Se necesita agilidad en todas las funciones del estado, no solo en la del ejecutivo, se requiere que cada una de las funciones asuma sus deberes y actúe con un compromiso de patria, sin dejar traslucir la decisión de algunos de pescar a río revuelto, de atender a cálculos electorales, que deben ser dejados de lado para atender a esta real emergencia nacional.

Me parece que estamos viviendo los días más obscuros, más que cuando enfrentábamos a situaciones de guerra y convulsión externa, porque es ahora el crimen organizado el que está tratando de hacerse con el dominio en el país, sembrando terrores y miedos y captando a los más jóvenes para que éstos sean los instrumentos que ejecuten las misiones más sangrientas y protervas.

Ya déjense de discusiones inútiles y actúen, los jueces, los legisladores, los fiscales, la policía, el ejército, las cabezas de los diversos poderes del estado y pongan orden en este maravilloso país.

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