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El Telégrafo

Vajda, el “jefe” de Djokovic

17 de marzo de 2012 - 00:00

Todos los fanáticos del tenis saben perfectamente quien es Novak Djokovic, el actual número 1 del mundo, que tuvo una temporada 2011 espectacular  ganando el Abierto de Australia, Wimbledon y el Abierto de los Estados Unidos. Además, comenzó el 2012 de la misma manera, al defender su título en Melbourne en el primer Grand Slam del año.

Pero estoy seguro de que muy pocas personas conocen al hombre que tiene mucho que ver en la exitosa carrera del serbio, su entrenador desde hace 6 años: el eslovaco Marian Vajda.

Vajda, nacido en Povazska en marzo 24 de 1965, un ex tenista profesional que ganó dos títulos ATP en singles en su carrera (Praga y Ginebra) y que llegó a ser el jugador # 34 del mundo. Es una persona sencilla, tranquila, trabajadora, de perfil bajo, pero que, según las palabras del propio “Nole”, es el comandante de la nave, el hombre que toma las decisiones más importantes, no solo en la parte técnica sino en tantos otros aspectos, muchas veces hasta de su vida privada. Por estas razones la relación entrenador-jugador es generalmente bastante complicada, ambos pasan más tiempo juntos que con sus propias esposas, novias, familiares o amigos cercanos; es por eso que no es algo muy común dentro del circuito ATP ver trabajando juntos durante tantos años a un equipo como el de Vajda-Djokovic.

Siendo el tenis un deporte individual y teniendo un calendario tan exigente, con los tenistas jugando entre 20 y 25 o más torneos al año, más el estrés de los viajes, competencias, victorias y derrotas; los roces entre pupilo y entrenador son normales. Además, hay que tener en cuenta una situación que no se da prácticamente en ningún otro deporte: en el tenis el entrenador es el jefe  en cuanto a ejercer autoridad, planificar entrenamientos y torneos, estudiar a los oponentes, diseñar la estrategia para cada partido, hacer correcciones técnicas y tácticas, controlar la alimentación, coordinar y supervisar la parte física con el preparador, reservar hoteles, pasajes aéreos o terrestres, asegurarse de que las raquetas estén encordadas, con el peso y balance exactos, que no le falten los suplementos vitamínicos y muchos otros detalles demasiado largos para seguirlos enumerando; todo para tener al jugador contento y relajado.

El coach es el director de orquesta, pero el tenista es quien le paga su sueldo, es decir el “subordinado” le paga al jefe y tiene la potestad de despedirlo en cualquier momento, es por eso que ser entrenador de un tenista profesional es una carrera de mucha presión y muy baja estabilidad laboral. La sociedad del serbio y el eslovaco también ha pasado por dificultades, la más grande fue, sin duda, cuando Djokovic decidió contratar al americano Todd Martin para que se una al equipo y trabaje al lado de Vajda.

La idea de “Nole” era asesorarse de un excelente ex jugador, finalista de Australia y US Open, ex #4 del ranking; buscaba mejorar su servicio con los consejos del gran sacador americano, lo cual era vital si quería subir del tercer al primer lugar de la clasificación; pero, como era de esperarse, en una situación tan delicada como esa, los problemas no tardaron en aparecer, los cambios que quiso implantar el americano no funcionaron, el servicio de Novak comenzó a empeorar, las doble falta eran cada vez más frecuentes en sus partidos y la tensión aumentó. Yo, personalmente, pensé que al entrar Martin, Vajda tenía los días contados; pero “Nole” después de pocos meses decidió separar al estadounidense de su equipo de trabajo y continuar con el eslovaco, su entrenador de siempre. Los siguientes 12 meses su servicio y su condición física mejoraron ostensiblemente y se volvió casi invencible.

Una de las razones que dio “Nole” para explicar la salida de Martin fue la mala comunicación entre ellos y la diferencia de mentalidad entre los europeos del este y los americanos. Y es que un entrenador puede ser muy bueno para un jugador y no tan bueno para otro; tiene que haber una química especial, no solamente dentro de la cancha, durante el entrenamiento, sino también afuera, pues compartes comidas, viajes y muchas veces hasta la habitación del hotel, especialmente en los inicios de carrera, cuando los tenistas luchan por salir adelante económicamente.

En ese tiempo Djokovic declaró que seguiría con Marian Vajda y que esperaba lograr muchos más éxitos  con éste, que él sería el único jefe, que era como su segundo padre, que depositaba toda su confianza en él, que era quien había estado con él en las buenas y en las malas, no solamente en el tenis sino en la vida, que ambos tenían un sentido del humor similar, que Marian le transmitía energía positiva; en resumen, el entrenador ideal para guiarlo a la cima del tenis mundial.

Y vaya que tuvo razón, eso fue en abril de 2010 y recordemos lo que pasó en el 2011, Djokovic tuvo una de las mejores temporadas en la historia del tenis profesional, se encaramó en la primera posición y no tiene la más mínima intención de cederla.

Por su parte, Marian Vajda continuará haciendo su trabajo, fiel a su estilo; equilibrado, sin aspavientos ni poses, tras bastidores, pasando casi desapercibido para los aficionados, él sabe que los aplausos son para el jugador, para la estrella, no los busca ni los necesita, lo cual denota personalidad y fortaleza de carácter; le basta con saber que tiene bajo su mando al mejor jugador del momento, que su presencia ha sido vital para ello y que  juega un rol muy importante en sus triunfos.

Vajda sabe cómo mantenerlo motivado y sabe que no se puede conformar con lo que han logrado, que hay que seguir trabajando y mejorando, por eso ya ha declarado que su meta para esta temporada es lograr que “Nole” mejore su juego de red y sea más agresivo, así que seguramente lo veremos definiendo más puntos adelante. Si logra añadirle esa virtud a su juego, va a ser virtualmente imposible interrumpir su dominio del circuito ATP.

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