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El Telégrafo
José Vales

Vacunas varias se necesitan

30 de octubre de 2020

Solo hay que recorrer las bolsas de valores más tradicionales o revisar los índices financieros en buena parte del mundo para poder entender de una vez el tenor de la crisis, que avanza a convertirse en la peor desde la Segunda Guerra Mundial.

La pandemia sigue su marcha y ahora Europa vuelve a repetir la cerrazón de marzo último. Allí, la emergencia sanitaria se cobró una nueva y destacada víctima: el estado de bienestar. Ya venía calificado como un paciente de riesgo desde hace varios lustros y ahora, acaba de  pasar a mejor vida. En algunos países del Viejo Mundo ya había muerto hacía años, pero nadie se lo había avisado. El virus le prestó ese luctuoso servicio. Ahora falta que ver cómo presidentes y primeros ministros se lo explican a su electorado. Eso, por lo visto con Emmanuel Macron, esta semana, suena un poco más difícil.

Super Trump no lo tiene más fácil el próximo martes. Insiste en que Estados Unidos está a punto de dar la vuelta de página a la pandemia, por lo menos a esta. Pero la que se manifiesta con enfrentamiento político y renovada violencia racial, sigue dando el presente sin vacunas a la vista. Aun cuando el resultado en las urnas sea claro e inobjetable.

Y eso no es todo. Quedan dos largos meses para que acabe este annus horribilis y seguimos asistiendo a una suerte de Esperando a Godot, por lo tragicómico nomás porque no se vislumbra entre los que mandan o deciden el talento de Samuel Beckett. Incluso hay muchos que no llegan ni a la categoría de comedias. Pero eso será asunto de otro análisis.

Por lo pronto habrá que prepararse para contener a los sectores más afectados por lo peor de la crisis que aún está por llegar. O sea a los más vulnerables como siempre, pero también habrá que ir buscando legiones de psicólogos para asistir a esas clases medias con aspiraciones, para el momento que se les anoticie que hace rato que han dejado de serlo y que el hilo del que se aferraban con ímpetu se cortará inexorablemente.

Y es que no sólo de coronavirus vive el hombre. La economía y sus ciclos insiste con mover al mundo y aquí estamos: aguardando vacunas para todo tipo de pandemias.    

 

 

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