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El Telégrafo
Oswaldo Paz y Miño

Una decepción más, la presidenta de la Asamblea Nacional

22 de septiembre de 2021

El país con expectativa y buen ánimo recibió el nombramiento de la Señora Guadalupe Llori como Presidenta de la Asamblea Nacional. El haber sido víctima de la persecución correista, le concedía un voto de confianza adicional, y su retórica de mantener relaciones con el Poder Ejecutivo, que contribuyan a la gobernabilidad, hicieron pensar en cambios, para que el país pueda recuperarse del daño causado por los dos gobiernos inmediatos anteriores.

En la posesión de su cargo dijo: “que actuará “con firmeza” en defensa de los derechos de los ecuatorianos. Llegó a la presidencia cuando se derrumbó el pacto que habían concebido entre social cristianos y correistas, que al no ser apoyado por el Presidente Lasso, unió más a los verdes pro Correa y los amarillos de Nebot, en contra del gobierno actual.

Con el paso del tiempo la imagen política, y la confianza en la señora Llori se han venido muy a menos, los desatinos en su gestión, la han desbordado. El cargo parece le quedó grande, es la sensación de que los temas de fondo los legislativos, los tratamientos de proyectos de ley, que requiere el país con urgencia, fueron desplazados por temas domésticos, logísticos, por la búsqueda de lujillos y espacios de VIP ( “personas muy importantes”) tales como: una frustrada a tiempo, adquisición de vehículos de alta gama, un  oneroso contrato de atención en eventos sociales, ceremonias protocolarias, conmemoraciones institucionales por la suma de 100.000 dólares que pagaríamos  los contribuyentes; y condumios tales como  almuerzos, cenas y hasta empanadas de a seis dólares por unidad, han desbordado el plato  de la paciencia y el líquido amargo  se ha regado sobre la señora Llori.

Para mostrar cambios, ella,    ha dispuesto pedir renuncias a 21 colaboradores de remoción libre asignados a su despacho. De igual forma sin cargo quedan aquellos que gozaban de contratos ocasionales. Es decir, confirma equivocaciones al contratar y desconfianza en los que contrató que de una u otra forma dejaron escapar información sobre la suntuosidad con la que se pretendía gobernar la Asamblea. Los contratos cuestionados al parecer han sido detenidos, ojalá así sea, lo que, de todas maneras, es muestra de imprecisión en la gestión,

La pregunta que los ciudadanos de a pie es: ¿antes de llegar a los cargos, los supuestos VIP, legisladores o quienes se den tales ínfulas en la gestión pública, ¿Vivian, presupuestaban y gastaban, como cuando se han encumbrado en el poder y cobran del Estado?

¿Su estándar de vida, gastos y lujos eran los mismos?  ¿Por qué el Estado tiene que pagar autos, choferes, celulares, internet, pasajes, combustible de los elegidos o nombrados para servir a la gente, si la mayoría de los que tienen cargos “importantes” cobra bien y a tiempo?  Se dice que vivimos en época de austeridad, pero con los legisladores, no parece eso sea tan cierto. Urge la disminución de ellos para el futuro y de sus canonjías.  

Cuatro meses de escándalos, lo más destacado. No se conoce de una agenda legislativa, actúa bajo la coyuntura, poco se sabe de proyectos de ley que tiren al tacho de basura normativas correistas, aprobadas por los famosos levanta manos. La tarea contra la corrupción desde la legislatura sigue pendiente.

La distancia con el Presidente Lasso es mayor, los cambios ofertados por la dama Presidente de la Asamblea se han diluido, a tal punto que urge la consulta popular, a la que se oponen ella, su partido y sus cercanos correistas,  cuando es por ella y su falta de liderazgo, que es necesaria. La Asamblea no tiene un norte, salvo el de boicotear lo que el Poder Ejecutivo proponga.

Que recuerde la señora Llori sus palabras el día que fue electa Presidenta de la Asamblea Nacional: “Señalo que no  “izquierda” ni “derecha.” Que: “El verdadero peligro estará en las palabras nefastas y actitudes perversas como la corrupción, la impunidad, el autoritarismo, la discriminación y la xenofobia.

¿Ha cumplido o no?

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