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El Telégrafo
Ketty RomoLeroux G.

Un ejemplar y hermoso encuentro fraternal

31 de marzo de 2016

El pasado 12 de febrero el mundo fue testigo de un hermoso encuentro histórico, muy cordial. El realizado en el aeropuerto de La Habana, entre el papa Francisco, sumo pontífice de la Iglesia católica, y su santidad Kirill, patriarca de toda Rusia, durante una escala de aquel en su viaje a México.

La primera inquietud que surgió fue: ¿Por qué en Cuba, un Estado socialista, con un gobierno presidido por un ateo confeso, como es Raúl Castro, combatido por las fuerzas reaccionarias del mundo, fue sede de tan importante reunión? Porque es “un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo y de los dramáticos acontecimientos de la historia del siglo XX”, expresó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

Ahora bien, ¿cuáles fueron las diferencias políticas fundamentales que llevaron a la ruptura de ambas iglesias, hace más de 1.050 años, y que hoy tratan de superarlas? La separación del Imperio Bizantino del Sacro Imperio Romano y la competencia por el liderazgo sobre toda la cristiandad.

En el Concilio Vaticano II (1962-65), el papa Juan XXIII, y después de su muerte Paulo VI, se llevó a cabo un concilio ecuménico, tendiente a lograr la unidad de todas las religiones cristianas, el cual tuvo cuatro sesiones. En la última se encontró con el patriarca de Constantinopla en 1964, en la ciudad de Jerusalén.

“Hoy, en la trágica situación actual, es necesario dejar de lado las diferencias internas y unir esfuerzos para rescatar el cristianismo en aquellas regiones en las que está sometido a la persecución más severa”, expresó el presidente del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Rusia, Federico Lombardi.

Sus principales diferencias doctrinarias son: Primera: en la religión católica existe la presencia de tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Para los ortodoxos, solo el Padre y el Espíritu Santo. Segunda: en la Iglesia ortodoxa el patriarcado es el que decide, junto con un cuerpo colegiado, mientras que en la Iglesia católica solo hay una autoridad, el Sumo Pontífice. Tercera: las iglesias rusas son étnicas y tienen una fuerte identidad nacional. La católica incluye una cantidad de naciones y culturas diferentes. Cuarta: en la Iglesia rusa los sacerdotes pueden casarse antes de ordenarse, en la católica no es permitido.

En fin, más allá de las diferencias, hubo un gran interés para lograr la paz.

“Luchar por la paz es el deber más sagrado de todos los seres humanos, cualesquiera que sean sus religiones o país de nacimiento, el color de su piel, su edad adulta o su juventud”, expresó Fidel en un artículo del periódico oficial Cuba Debate, de esos días. La entrevista de los dos obispos de la Iglesia cristiana hizo historia.

El papa Francisco marchó a México. País con un modelo neoliberal, caracterizado por la violencia extrema, principalmente contra la mujer. El papa Kirill inició una gira, dos días después, por nuestra América del Sur.

Ojalá que otros organismos internacionales o Estados en conflicto sigan su ejemplo.

El acuerdo de paz con Siria, realizado el 27 de febrero, aunque siguen los enfrentamientos; y la visita del presidente Obama a Cuba, en estos días, después de 88 años, presagian la esperanza de un futuro mejor. (O)

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