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El Telégrafo
Alfredo Vera

Un día de claridad

23 de diciembre de 2014

Nota inicial: Se hizo pública la carta al diario enviada por el señor embajador de Chile y apreciado amigo, don Gabriel Ascencio Mansilla, para señalarme el equívoco que habría dicho, sobre la petición a Unasur para que “ayude a propiciar” el convertir al nuestro en un continente de paz y buscar, amistosamente, se solucione los conflictos de la violencia en Colombia y la salida al mar de Bolivia: no dije “intervenir”, sino “propiciar”.

Esto de la intervención tiene relación con la reflexión de hoy, que se propone resaltar con suprema alegría latinoamericanista que ha conmocionado no solo a la Patria Grande, sino también a la humanidad entera, porque el 17 de diciembre, que se conmemora -con poca trascendencia- la fecha del fallecimiento del Libertador Bolívar, coincidió con los anuncios conjuntos desde Washington y La Habana, hechos por los presidentes de Estados Unidos y Cuba. Barack Obama y Raúl Castro, entre muchas expectativas, la reanudación, luego de 50 años, de las relaciones diplomáticas y la liberación de los detenidos por supuesto espionaje.

Acuerdos que permitieron el retorno a La Habana de los 3 patriotas antiterroristas, dos de los cuales estaban condenados, con ilegalidad y mañosería, a cadena perpetua, y uno de ellos a dos cadenas perpetuas, por cuya liberación se habían movilizado en los últimos 15 años, en casi todos los rincones del mundo, miles de miles de ciudadanos solidarios con esos patriotas que se trasladaron a Miami para infiltrarse en los grupos terroristas y poder prevenir a la seguridad cubana de los atentados con bombas y sabotajes que preparaba la gusanera para perjudicar y debilitar a la Revolución Cubana.

La solidaridad ciudadana con ‘los 5’ en estos 3 lustros fue creativa, militante y fervorosa porque era inadmisible que la injusticia norteamericana, que supuestamente combate al terrorismo, en este caso cometiera una agresión al sentido común contra jóvenes que defendían a su patria y no espiaban al país en el que estaban viviendo.

Pero esos acuerdos también conducían a la posibilidad de que el injusto, agresivo, criminal, perverso y genocida bloqueo unilateral contra Cuba fuese terminado como lo vienen demandando todas las naciones del mundo en la ONU, donde cada año solo 2 de ellas, el propio Estados Unidos y los belicistas de Israel votan contra el mantenimiento de ese atropello que afecta a la pequeña Cuba.

Los pueblos de la Tierra, involucrados en este conflicto por su voto anual en sentido justo y positivo, ahora con mayor o menor fervor, pero con unanimidad, festejamos que con la ayuda de importantes gestores, como el papa Francisco, el Gobierno de Canadá y otros que se mantienen en reserva, más la eficiente voluntad de los 2 presidentes, Obama y Castro, haya sido posible dar a la colectividad universal una alegría tan grande.

Lástima que al día siguiente la amenaza del intervencionismo imperial vuelva a perturbar la paz con las decisiones norteamericanas contra la hermana República de Venezuela, y borren con el codo lo que habían escrito con la mano.

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