La situación social y política cambiante y a veces hasta incierta me anima a compartir las siguientes reflexiones. Coincidentemente llegó a mis manos el libro Curación espontánea de las creencias, cómo liberarse de ellas, del autor Gregg Braden.
La creencia (dice el autor) es un tipo de sentimiento. Cuando albergamos una creencia con respecto a algo, generalmente tenemos un sentimiento a menudo intenso con respecto a lo que creemos. Creencia es una experiencia que ocurre, tanto en nuestras mentes como en nuestros cuerpos. Podemos definir como la certeza derivada de aceptar lo que pensamos que es verdad en nuestra mente, unido a lo que sentimos que es cierto en nuestro corazón.
Vivimos nuestras vidas basándonos en lo que creemos con respecto a nuestro mundo, a nosotros mismos, a nuestras capacidades y a nuestros límites. Lo que nosotros creemos que es verdad en la vida puede ser más poderoso que lo que otros aceptan como verdad. La creencia es poder personal, contiene todo el poder que necesitamos para realizar los cambios que elijamos, como el poder de enviar órdenes a nuestro sistema inmunitario y a nuestras células madre y nuestro ADN; de poner fin a la violencia en nuestros hogares y nuestras comunidades, o en grandes áreas, como nuestro país; el poder de curar nuestras heridas más profundas, de vivificar nuestras mayores alegrías y así, literalmente, la capacidad de crear nuestra propia realidad según lo elijamos. Significa que en nosotros está el poder de elegir el poder de cambiar la realidad.
Buda dice: “No creáis en nada simplemente por haber oído. No creáis en nada simplemente porque ha sido dicho y repetido por muchos o basándonos meramente en la autoridad de los ancianos. Más bien después de observar y analizar, cuando descubráis que es acorde con la razón, aceptadlo y ponedlo en práctica”.
Lo que nosotros creemos que es verdad en la vida puede ser más poderoso que lo que otros aceptan o nos quieren mostrar como verdad. (O)
