En Venezuela sigue la estrategia del ‘golpe blando’: calentar la calle, provocar, crear desorden permanente. Es cierto que la respuesta de Maduro es puramente defensiva, y no la mejor: endurecerse, declarar la emergencia, abroquelarse. Mucho mejor sería lanzar campañas de acción en favor de lo popular, mejoras en el acceso a bienes y servicios, movilizaciones proactivas. Pero en cualquier caso, la estrategia de la derecha filoestadounidense es ostensible: voltear al Gobierno como sea, usar la posibilidad de revocación de mandato otorgada por el gobierno chavista para sacar de su sitio al gobierno chavista. Y sin ningún reconocimiento del valor democrático de esa herramienta, que jamás fue siquiera imaginada cuando ellos -vía Carlos Andrés Pérez, Caldera, Herrera Campins o quien fuera- estaban en el Gobierno.
En Brasil marchamos hacia lo pasmoso. El ministro mano derecha de Temer debe irse porque aparecieron grabaciones donde se muestra, de manera obvia e irrefutable, que se hizo el impeachment contra Dilma para parar los juicios por corrupción contra los que eran oposición de la presidenta suspendida. Es decir, contra ellos mismos. Nada menos. Como en una versión exacerbada de lo ‘real maravilloso’, todo ha sido un teatro propio de una republiqueta sin reglas, a fines de salvar la propia ropa por parte de los destituyentes que hoy gobiernan. La vergüenza no parece asomar en los miembros de esta nueva coalición de gobierno, frágil y deslegitimada de entrada. La acusación al presidente interino, según la cual ha trabajado para la inteligencia de Estados Unidos, tampoco halla eco en la prensa hegemónica brasileña.
Argentina también supera a la mejor literatura de lo ‘real maravilloso’: allí, la naturaleza supera al arte. García Márquez o Carpentier morirían otra vez, ahora de envidia. Por ej., el Gobierno pretende que una ‘limitación’ de la suba de tarifa del gas a ‘solamente’ el 400% para la Patagonia debe ser agradecida, ya que inicialmente -para todo el país con Patagonia incluida- según el nivel de consumo el aumento es del 600%, del 800% y hasta del 1.000%. ¿Parece ficción? Seguro. Pero es la amarga realidad, mientras los tarifazos se disfrazan bajo la inocente expresión de ‘sinceramientos’ (???).
Mientras, un presidente acosado por el creciente descontento social, y protegido apenas por una vaga promesa de que el futuro será mejor, dedica su tiempo a... ¡dar un almuerzo para Mirta Legrand! Esta Sra. es una diva de la TV, oligárquica y anticuada, que aún mantiene algún peso en el rating y la opinión pública. La Sra. fue fanáticamente adversaria del gobierno anterior, y apoyó y alabó a Macri cuando las elecciones. Pero tiene alguna sensibilidad, y ahora se peleó con el asesor ecuatoriano de Macri, Jaime Durán Barba, cuando este aventuró en su programa que la pobreza es un invento discursivo de los burgueses (???).
Macri, en vez de resolver la situación de pobreza, quiere acallar a quienes hablan de ella (hay 1’500.000 nuevos pobres en 4 meses, según la Univ. Católica Argentina). Y por eso, en vez de hacer actividades de gobierno, usa los dineros públicos en una acción de neto corte propagandístico y de cooptación, como es otorgar un almuerzo personal y exclusivo en Casa de Gobierno a una Sra. de la televisión.
Pero no todo salió bien. Legrand declaró al salir, no sin mostrar cierta valentía, que había dicho a Macri que las tarifas están demasiado altas. De tal modo, se advierte que algo ha logrado el presidente con su extraño almuerzo oficial, ajeno a toda función genuina de gobierno: se ha mostrado más a la derecha y más insensible a la pobreza, que la aristocrática y reaccionaria conductora televisiva. Sin dudas, un nuevo milagro que hace empalidecer a Macondo. (O)
