Me han servido, me sirven y me servirán. Son mi cuota y lo que se sepa de ellos o se manifieste, los errores que hayan cometido o ilegalidades juzgadas, sean las que sean, poco importan. Ellos se quedan y punto”. Parecería que de tal forma -quizá con iguales palabras- reconocidos partidos dentro de la Asamblea Nacional defienden la permanencia de Diana Atamaint y José Cabrera, como consejeros del Consejo Nacional Electoral (CNE). Es como si escucháramos a los jefes de bancadas, tanto del ala política del incendiario de Bélgica, como a los asambleístas del más querido de los páramos, defender a sus consejeros, a capa y espada.

No cabe -con los varios antecedentes y no menos presentes- otro ejercicio de imaginación para intentar entender cómo, luego de tantas denuncias e irregularidades que han corrido bajo el puente contra ambos funcionarios, aún estos se mantienen en el CNE. Intriga más ahora, cuando las diferentes “irregularidades” (eufemismo de fraude) del pasado 20 de octubre en las elecciones en Bolivia, nos acercan de una manera tan clara y contundente a las “irregularidades” que acontecieron en las elecciones seccionales de nuestro país el 24 de marzo último. Y no pasa nada. Elecciones que, por cierto, en las provincias con más denuncias de fraude “ganaron” los defensores de Atamaint y Cabrera.

Las coincidencias del CNE dirigido por ambos consejeros y del ente electoral de Bolivia (TSE-B) son muchas. En el país del altiplano sucedió un apagón “cambia-tendencia”, como aconteció aquí; los servidores de contingencia del TSE-B -tal como un informe determina que sucedió en el CNE- mantuvieron por un momento una base de datos diferente a la principal e ingresos externos. Así como esas similitudes, muchas más.

Desde nuestra Asamblea Nacional también se ha pasado por alto la aprobación irregular de candidaturas al CPCCS, sentencias del Contencioso Electoral, hasta poner en peligro al proceso legal contra las aportaciones irregulares de campaña en 2013. En caso de buscar contar con un CNE que nos dé tranquilidad a todos en 2021, ¿qué más esperan, asambleístas? (O) et