Resulta siempre gratificante recordar a aquellos combatientes que, con las armas en la mano, murieron en combate, por construir otro mundo de bienestar y solidaridad. Ernesto Guevara de la Serna, conocido cariñosamente como el ‘Che’ Guevara, es uno de ellos.
Nació en el puerto fluvial argentino del Rosario, el 14 de junio de 1928. Enfermizo, afectado por un asma alérgica, sin embargo practicaba deportes. Su padre lo inició en la lectura de muchos libros de la biblioteca familiar. Terminada su secundaria decidió estudiar medicina en Buenos Aires.
Siendo aún estudiante, con su amigo Alberto Granado, en motocicleta, realizó un primer viaje por Latinoamérica en 1952. Cruzaron los Andes y Chile. Desde ahí viajaron ‘a dedo’ hasta Venezuela, de donde se las arreglaron para seguir hasta Miami, en un avión de carga. Regresó a continuar sus estudios. Se graduó en 1953. En julio de este mismo año decidió emprender un segundo viaje con su amigo Carlos Ferrer (Calica).
Arribaron a nuestro país el 27 de septiembre y llegaron a nuestra ciudad el 2 de octubre. Guevara se hospeda en el barrio Las Peñas hasta el 28 del mismo mes.
Utilizando un pasaje que le consiguió la hermana de un amigo en una naviera propiedad de la United Fruit, salió a Panamá rumbo a Guatemala, donde existía el gobierno nacionalista revolucionario del capitán del Ejército Jacobo Arbenz, amenazado de inminente invasión dirigida por EE.UU.
Fue entonces aquí en Guayaquil que el joven médico argentino Ernesto Rafael Guevara de la Serna decidió emprender la gran aventura que lo condujo a la inmortalidad.
Aquella fue la razón por la que el Concejo Cantonal de Guayaquil resolvió, por unanimidad, aprobar el levantamiento de un busto en su honor en un lugar cercano al que vivió.
El embajador de Cuba de ese entonces, licenciado Benigno Pérez, autor de la petición al Concejo, asumió la responsabilidad de su construcción, la que delegó a nuestra Coordinadora de Solidaridad con Cuba, filial del Guayas, presidida en ese entonces por la suscrita, apoyada por una entusiasta directiva. Construido gracias a la contribución económica de sus simpatizantes y múltiples actividades, fue inaugurado el 30 de octubre de 2012. Es muy hermoso y constituye un justo reconocimiento de nuestra ciudad.
A los 47 años de su asesinato en Bolivia (La Higuera, 8 de octubre de 1967), perpetrado por orden de los gobiernos de Lyndon B. Johnson y René Barrientos, se recuerda su consigna de “crear dos, tres…muchos Vietnam”, aunque hoy la lucha de los pueblos de nuestra América no se orienta por la vía armada. El mundo ha cambiado radicalmente.
Si hoy en las luchas revolucionarias, le preguntáramos: ¿Hasta cuándo, comandante?, con seguridad respondería: “Hasta la victoria siempre”, que es la proclama con la que cerró su carta de despedida a Fidel.
Su ejemplo inflama el corazón de los revolucionarios.