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El 24 de Mayo, en el marco del 182 aniversario de la Batalla del Pichincha que consolidó nuestra liberación del yugo español, el presidente Rafael Correa y su equipo rindieron cuentas al pueblo desde la Asamblea Nacional, sobre su gestión en el primer año del tercer período del gobierno de la Revolución Ciudadana (RC), iniciado el 15 de enero de 2007.
Enfatizó que va cambiando la correlación de fuerzas y la estructura de poder en beneficio de las grandes mayorías, que han apoyado el proceso democráticamente, en 10 elecciones consecutivas, derrotando a la oligarquía y la partidocracia, lo que ha permitido estabilidad política, a pesar de la permanente labor conspirativa de la más recalcitrante oposición, que busca frenéticamente devolverse al oprobioso pasado neoliberal que liquidó nuestra soberanía, recursos y dignidad, recuperados firmemente por la RC.
Mostró que el camino recorrido consolida una firme posición para continuar con las transformaciones. Se explicó con indicadores indiscutibles los logros en educación, infraestructura, recaudación tributaria, petróleo e inversión pública; así como reducción del desempleo, pobreza y marginalidad, lo que ha posibilitado ascender en forma significativa en los niveles de competitividad y desarrollo humano.
Hubo claridad sobre la necesidad de continuar la lucha y estar prevenidos y combativos frente a la labor desestabilizadora de la derecha internacional, que busca remozar el conservadorismo local, en su intentona de regresar al viejo modelo para volver a hipotecar la nación a las transnacionales y FMI. Para ello cuentan con unos cuantos dignatarios sometidos al poder oligárquico y sus instrumentos mediáticos, con verborrea de confrontación y revancha, calumnia y demagogia.
Buscan sumar apoyos desde ciertos dirigentes ultraizquierdistas, unos cuantos líderes indígenas que cuentan con apoyos de ONG extranjeras y algunos seudoecologistas que marchan, en los hechos, al ritmo de Chevron. Todos ellos, más la burocracia internacional, la que manipula los derechos humanos que jamás defendieron, los grandes propietarios de medios, banqueros convertidos en ‘ambientalistas’, están en la conspiración; por ello se exhortó a estar alerta, unidos, organizados y combatiendo junto a las masas populares, a las que hay que acercar más a Alianza País.
Profundizar la RC es obligación histórica. Más allá de las diferencias, está el objetivo y la agenda inmediata de revolución agraria, urbana, la reforma educativa y aprehender el conocimiento y tecnologías universales, alentar el nuevo modelo de industrialización y la integración solidaria, para construir la Patria Grande, indispensable para lograr la segunda y definitiva independencia, frente al capital financiero explotador y depredador.
Apoyar las reformas constitucionales, desde el legítimo poder de la Asamblea, fue el final de un informe claro y contundente, y de una decisión política de trascendencia: la reelección del Presidente y autoridades diversas, la que dependerá definitivamente de la voluntad del pueblo, que es lo justo y democrático.