En el primer nivel de la Escuela Politécnica Nacional, algunas décadas atrás, estaba muy indeciso de mi vocación de ingeniería, pero el Dr. Franz Leutner, un profesor alemán de química, que enseñaba en Ecuador bajo un convenio con la Unesco, me inició dentro del fascinante mundo de la investigación científica con sus maravillosos y didácticos experimentos con nitrógeno líquido que burbujeaba a muy bajas temperaturas, globos de hidrógeno que se quemaban como pequeños Hindenburg, cohetes propulsados por etanol que volaban a través del aula y el sodio metálico que reaccionaba violentamente en contacto con el agua. Así descubrí que la química era divertida, por lo cual no puedo entender por qué es la menospreciada de las ciencias. ¿Por qué están todos atemorizados por los productos químicos?
La simple palabra químico es a menudo usada como sinónimo de veneno o toxina. Normalmente se dice que algo está ‘repleto de químicos’ implicando que es artificial y malo para la gente. Eslóganes sin sentido, como ‘libre de químicos’, son desplegados en tiendas de productos naturales y saludables. Y a nadie parece preocuparle la total falacia de esa aseveración. Alguna vez, en un foro con las autoridades de salud, reclamé que eso era publicidad engañosa, pues todo está compuesto por elementos químicos. Simplemente me dijeron que los consumidores claramente entendían que libre de químicos realmente significa ‘libre de químicos sintéticos’. No veo la distinción. ¿Por qué los productos químicos sintéticos son peores que los naturales? ¿Por qué el aditivo sintético de los alimentos E300 es malo, mientras que la vitamina C en un recién exprimido jugo de naranja es bueno, a pesar de que son el mismo ácido ascórbico?
Por otra parte (y aquí me pongo verde de la envidia), la biología no tiene mala reputación. La biología tiene sorprendentes animales y plantas y al Proyecto del Genoma Humano. Biología es buena y natural. ¿Y qué tal la física? Bueno, la física es realmente ‘chévere’. Nos acerca a las estrellas, a los láseres y a la más impresionante máquina jamás construida -el Gran Colisionador de Hadrones-, liderada por el físico Brian Cox, que en una forma muy hermosa explica las maravillas del origen del universo confirmando la existencia del bosón de Higgs. No hay nada más impactante que esto.
La química, por su lado, con su mala reputación, tiene polución, toxinas y armas y se consideran tan perversas que hay un Premio Nobel concedido solamente para controlarlas. Y se han hecho películas y series de televisión tan aterradoras acerca de los ‘químicos locos’ que sintetizan drogas y venenos contribuyendo a crear un ambiente de fobia a la química.
Para mí, la química sigue siendo fascinante, por su habilidad para sintetizar nuevos productos que ayudan a combatir el hambre y la pobreza, que son los verdaderos azotes de la humanidad. Pongamos elementos químicos en un crisol de la manera correcta y construiremos el mundo a nuestro alrededor. Hay más peligro en la contaminación biológica, en las bacterias y virus, que en los químicos que nos rodean y que además nos ayudan a combatir dichas plagas. Por eso estoy seguro de que el Gran Arquitecto del Universo es realmente un químico. (O)
