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Dicen desde Estados Unidos que aquí no se respetan los derechos humanos. Están preocupadísimos porque no hay libertad de expresión. Desde Twitter, Emilio Palacio y Lucio Gutiérrez (los deslenguados tontos útiles de la desestabilización) ya quieren que salgamos a la calle, a protestar. Pero la realidad es un tapabocas mejor que cualquier elucubración o argumentación. Porque se puede protestar. Pero también se puede hacer el ridículo con la protesta.
De los doce objetivos planteados por las Naciones Unidas para el milenio, Ecuador ha cumplido ocho, más del 60%. Las metas alcanzadas son: la reducción de la pobreza extrema, la erradicación del hambre, el acceso masivo a la educación básica, la igualdad de oportunidades de estudio para los sexos, la reducción de la mortalidad infantil, la detención de la propagación del VIH, la reducción de la incidencia de paludismo y tuberculosis y el acceso a servicios básicos de agua y saneamiento. El solo cumplimiento de cuatro de estas metas bastaría para tapar la boca al preocupadísimo Gobierno de Estados Unidos que sufre por nuestros derechos humanos mientras tortura que da miedo gente en Guantánamo, y también para que algunos profesionales de la comunicación se abstengan de cizañar y de buscar el quinto pie del gato.
De los doce objetivos planteados por la Organización de las Naciones Unidas para el milenio, Ecuador ha cumplido ocho, más del 60%.Hay otros objetivos del milenio que se encuentran en proceso: trabajo decente para todos, acceso a medicamentos retrovirales, y acceso universal a la salud reproductiva. Sobre este último punto, tal vez convenga volver a hacer un llamado a las conciencias en el poder, pues en este aspecto se está legislando a partir de una base religiosa en un estado laico, sobre todo en lo que a despenalización del aborto se refiere. No será casualidad que la meta desafío que todavía estamos lejos de alcanzar sea la reducción de la mortalidad materna.
Es una inveterada costumbre de las personas (unas más que otras) poner el acento sobre lo que no está bien. Hablar de derrotas, enfocarse en los problemas y en las peleas domésticas entre los medios y las autoridades. Sin embargo, esta noticia habla por sí sola del sentido de la Revolución Ciudadana. Mientras nos hemos ocupado como verdaderas comadres y compadres en pos del chisme del día, con una labor tesonera e imparable se han ido alcanzando estos objetivos.
Obviamente, nada ni nadie es perfecto (ni tiene por qué serlo, ni ningún otro ser humano imperfecto tendría derecho a exigirlo). Sin embargo, si por algo hubiera que salir a la calle, sería a festejar… y a agradecer. No a nada más.