Publicidad

Ecuador, 27 de Junio de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
+593 98 777 7778
El Telégrafo
Ecuado TV
Pública FM
Ecuado TV
Pública FM

Publicidad

¿Qué será de hacer? (II)

11 de diciembre de 2013

Me llega una carta de comentario a mi artículo anterior. En ella se afirma que no siempre  el hombre es quien agrede, y se describe una situación real en la que la mujer es quien se porta de una manera muy poco recomendable, agrediendo físicamente a su esposo y manteniendo otro tipo de conductas inconvenientes en su hogar. Sin que se pueda dudar de lo afirmado, me atrevería a decir que lo que esta carta cuenta es una excepción. Lo cual, obviamente, no justifica para nada a quien comete este tipo de actos contra su pareja y su prole.

Más allá de que se haya comprendido o no la intención con la que escribí mi artículo de la semana pasada, debo explicar que mi  texto no estaba en contra de los hombres ni era una diatriba a favor de la sanción a los agresores o agresoras. Más bien se refería inicialmente a que, en un caso de violencia intrafamiliar, sea esta
perpetrada por el hombre o la mujer, se tiende a atender a las víctimas bajo el concepto de que son quienes están más afectadas por esta situación, pero que, si nos ponemos a ver, también quienes agreden necesitan algún tipo de atención, más allá de que se les aplique o no cualquier tipo de sanción.

Decía el artículo que una persona, hombre o mujer, que maltrata a quien afirma amar o haber amado, no se encuentra plenamente en sus cabales.

Una persona, hombre o mujer, que maltrata a quien afirma amar o haber amado, no se encuentra plenamente en sus cabales.No es lo mismo agredir, maltratar o hacer cualquier tipo de daño a un desconocido o desconocida, que hacerlo con quienes habitamos y a quienes decimos tener infinito cariño. Y así como es importante animar a las víctimas (mujeres y hombres maltratados, niños y niñas que también sufren este tipo de abusos) a defenderse y a defender su derecho al respeto a una integridad física y psicológica, también es importante echar una mirada a quienes perpetran las agresiones. Pues si bien una sanción (multa, privación de libertad, prohibición de acercarse a sus víctimas) puede resultar conveniente en determinado momento, también es conveniente animar al agresor, no solo a reflexionar acerca de su conducta, sino a mirar el dolor espiritual, el trauma o el terrible ejemplo de su infancia que sembraron en su alma tanta sed de violencia o de venganza.

Si bien una sanción puede resultar útil, en una relación familiar de violencia y maltrato también es necesario atender al agresor, no para justificar o perdonar lo injustificable e imperdonable, sino como una manera de prevenir y, sobre todo, de sanar las causas y las consecuencias de este grave problema social.

Publicidad Externa