La Economic Cooperation Administration (ECA) era una organización estadounidense que fue creada para implementar el Plan Marshall en la Europa de posguerra. Mientras que la United Estates Foreing Operations Administration (USFOA) fue creada tras finalizar la guerra de Corea, en 1953, con la intención de incrementar la ‘cooperación y el desarrollo’.
Estas organizaciones se fusionaron dando lugar al nacimiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), en 1961, bajo la administración de John F. Kennedy. Era la época de la Guerra Fría y el papel de la agencia era promocionar el ‘desarrollo económico y social’ -a imagen y semejanza del modelo estadounidense– en muchos países del planeta.
La USAID depende directamente del presidente, el Departamento de Estado y el National Security Council (NSA).
Son dos los programas básicos que históricamente ha manejado la agencia: ‘asistencia para el desarrollo’ y ‘asistencia militar’. Ambos con el objetivo de evitar la expansión de las ideas ‘comunistas’. El presidente Johnson las denominó ‘Operaciones de Contención’; en tanto que el presidente Reagan las llamó de ‘Reversión’.
Entre los programas sociales y las asistencias militares está el espacio, generalmente invisible, para el posicionamiento de ideas neoliberales y para la puesta en marcha de mecanismos de recolección primaria de información con fines de inteligencia.
Fue la entonces secretaria de Estado del Gobierno de George Bush II, Condoleezza Rice, quien impulsó la convergencia estratégica de todos los programas desarrollados por Estados Unidos en el planeta, a través de la creación de una Oficina de Recursos de Ayuda Exterior (Foreing Assistance Office). Además, la señora Rice introdujo el concepto de ‘Diplomacia Transformacional’, que no es otra cosa que el desarrollo de programas combinados entre el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa.
Recordemos algunas acciones: en la hermana República del Perú, en el período 1995 - 2000, durante el gobierno de Alberto Fujimori, se inició un programa de esterilización forzada. Según cifras del Ministerio de Salud, se esterilizaron 331.600 mujeres y 25.590 hombres. Los fondos para esta ‘operación’ habrían sido proporcionados por la USAID.
El 1 de mayo de 2013, el presidente de la República Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, mencionó en su discurso en La Paz: “Hemos decidido expulsar a la USAID de Bolivia”; acusó directamente a esta organización de conspirar contra su Gobierno.
En el caso de Ecuador, sería interesante conocer –por ejemplo- de dónde provienen los fondos para el funcionamiento de ciertas ONG ambientalistas.
Varios programas de la agencia también guardarían relación con acciones desestabilizadoras en los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Según Mark Feierstein, administrador adjunto para América Latina y el Caribe de la USAID, Washington mantiene una estrecha relación y entrega fondos a sectores de oposición.
En un país altivo y soberano como Ecuador, no tiene cabida una organización de las características de la USAID.
Por ello, el próximo 30 de septiembre (¡Qué casualidad!), Gobierno y pueblo le dirán: ‘Que le vaya bonito. Good bye’.